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Obama y Duterte en una reunión informal

Jueves, 08 de septiembre de 2016 01:30
<div>CUMBRE EN LAOS / PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS, BARACK OBAMA.</div><div>
Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Filipinas, Rodrigo Duterte, mantuvieron ayer una reunión informal en Laos tras el incidente diplomático desatado luego de que el líder asiático insultara a su homólogo norteamericano.
Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Filipinas informaron que Duterte y Obama conversaron durante dos o tres minutos poco antes de la cena de gala que se celebró ayer en el marco de la cumbre de la Asociación de Estados del Sudeste Asiático (Asean).
En el corto encuentro, los mandatarios pudieron "limar asperezas", luego de que el presidente filipino calificara de "hijo de puta" al estadounidense aseguró el portavoz de la Cancillería filipina, Charles Jose.
Las autoridades filipinas habían señalado que existía la posibilidad de una reunión "informal" entre ambos mandatarios durante la cena, y que Obama estaría situado al lado de Duterte en la mesa, aunque finalmente se ubicaron en lugares separados.
La conversación entre ambos mandatarios se produjo después de que Obama cancelara la reunión que debía mantener con Duterte en Laos tras los insultos del filipino en una conferencia de prensa en Manila, el lunes último antes de volar hacia la cumbre en Laos.
"Putang ini, mumurahin kita diyan sa forum na iyan" ("hijo de puta, te maldeciré en el foro", en tagalo), dijo Duterte sobre Obama, en respuesta a las críticas del estadounidense por la polémica guerra contra la droga iniciada por el presidente filipino el pasado julio, que ya ha causado más de 2.500 muertos.
Tras el exabrupto, Duterte se disculpó y lamentó que sus palabras hayan sido interpretadas como un "ataque personal", informaron.
Por su parte, el equipo de comunicación de la Presidencia filipina sugirió que el insulto "hijo de puta" iba dirigido a un periodista y no al Presidente estadounidense.
Filipinas es uno de los principales aliados de Estados Unidos en esta región del Pacífico donde Obama ha reorientado la política exterior de Washington para contrarrestar el auge de China.
Ambos países son históricamente aliados pero sus nexos se han degradado desde los comicios del pasado mayo, en que Duterte fue elegido presidente.
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Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Filipinas, Rodrigo Duterte, mantuvieron ayer una reunión informal en Laos tras el incidente diplomático desatado luego de que el líder asiático insultara a su homólogo norteamericano.
Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Filipinas informaron que Duterte y Obama conversaron durante dos o tres minutos poco antes de la cena de gala que se celebró ayer en el marco de la cumbre de la Asociación de Estados del Sudeste Asiático (Asean).
En el corto encuentro, los mandatarios pudieron "limar asperezas", luego de que el presidente filipino calificara de "hijo de puta" al estadounidense aseguró el portavoz de la Cancillería filipina, Charles Jose.
Las autoridades filipinas habían señalado que existía la posibilidad de una reunión "informal" entre ambos mandatarios durante la cena, y que Obama estaría situado al lado de Duterte en la mesa, aunque finalmente se ubicaron en lugares separados.
La conversación entre ambos mandatarios se produjo después de que Obama cancelara la reunión que debía mantener con Duterte en Laos tras los insultos del filipino en una conferencia de prensa en Manila, el lunes último antes de volar hacia la cumbre en Laos.
"Putang ini, mumurahin kita diyan sa forum na iyan" ("hijo de puta, te maldeciré en el foro", en tagalo), dijo Duterte sobre Obama, en respuesta a las críticas del estadounidense por la polémica guerra contra la droga iniciada por el presidente filipino el pasado julio, que ya ha causado más de 2.500 muertos.
Tras el exabrupto, Duterte se disculpó y lamentó que sus palabras hayan sido interpretadas como un "ataque personal", informaron.
Por su parte, el equipo de comunicación de la Presidencia filipina sugirió que el insulto "hijo de puta" iba dirigido a un periodista y no al Presidente estadounidense.
Filipinas es uno de los principales aliados de Estados Unidos en esta región del Pacífico donde Obama ha reorientado la política exterior de Washington para contrarrestar el auge de China.
Ambos países son históricamente aliados pero sus nexos se han degradado desde los comicios del pasado mayo, en que Duterte fue elegido presidente.

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