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A seis años de la partida del tirador Eduardo Armella

Miércoles, 18 de enero de 2017 01:30
<div>5EDUARDO ARMELLA &nbsp;JUNTO A JENARO JUSTE Y JULIO FACETTI.</div><div>
Los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 será el punto de partida y el parámetro para el deporte jujeño de alto rendimiento.

Como suele suceder en cada cita olímpica, los Juegos de Japón también tuvieron un antes y un después. Terminada la II Guerra Mundial y el conflicto entre Japón y China, el país del sol naciente, se aprestaba a organizar y recomponer su imagen internacional y qué mejor oportunidad estos juegos de las olimpíadas para tal fin.

Allí confluyeron todas las sensaciones, todas las emociones y un legado para la humanidad de hermandad, paz y honor, al menos en el deporte.

El encargado de encender el pebetero fue nada más y nada menos que el "bebé de Hiroshima" Yoshinari Sakai. Como es habitual también en esta Olimpiada de Tokio hubo algunas ausencias, siempre motivadas por temas políticos. Por un lado China rechazó participar, por hacerlo también Taiwán. También estuvo ausente la República de Sud África, al no recibir invitación por su conocida política de segregación racial. Así mismo, Indonesia también estuvo ausente por sus conflictos interiores. Estas bajas fueron compensadas con la participación de catorce nuevos países. Participaron 93 países 5.151 atletas, 19 deportes, 163 eventos. La apertura se hizo un 10 de octubre por el Emperador Hirohito y la clausura el 24 de octubre de ese mismo año.
Además debemos resaltar las diferentes marcas olímpicas que quedaron para la historia, como el caso de la ucraniana Laryssa Latynina, ganadora de 2 preseas de oro, 2 de plata y 2 de bronce, almacenando en su historial olímpico la friolera cifra de dieciocho medallas olímpicas, sin dejar de mencionar que venía de ser mamá y con 30 años cumplidos. Otro atleta que se destacó fue de Estados Unidos, Bob Hayes, consiguió por primera vez en la historia, recorrer los 100 metros llanos, en menos de 10,0seg.

Otro grande del deporte olímpico fue el etíope Abebe Bikila, quien venía de ganar en Roma el maratón y ahora repetía la hazaña pero con calzado deportivo, dejando un nuevo record.
En todo este movimiento deportivo, estaba presente la misión argentina en Tokio, y entre ellos un jujeño: Eduardo Florentín Armella, en la disciplina de tiro con carabina. Además estuvieron presentes deportista como Roberto Perfumo, Mario Agustín Cejas, Miguel Tojo, entre otros, pero también quien fue el responsable de salvar el honor de la delegación: Carlos Muratorio y junto con Chalan, su caballo trajo la medalla de plata, por otra parte la única para nuestro país y ocho diplomas olímpicos.
Luego de esta breve reseña histórica, debemos recordar que muchos de estos deportistas marcaron un hito en la historia del deporte mundial y olímpico en particular, como sucedió con nuestros deportistas, pero lo cierto es que para nuestra provincia queda ese enorme orgullo de tener en el historial deportivo, un deportista como Eduardo Armella que no solo fue en representación del tiro argentino, sino que además fue campeón mundial, panamericano, argentino entre otros títulos de honor y que hoy marcan el rumbo de la excelencia deportiva nacional y con una gran proyección en el alto rendimiento que hasta ahora no se volvió a repetir en Jujuy.

El domingo se cumplió el aniversario número seis de la partida de este representante del deporte jujeño, nuestro homenaje a quien dejara un camino a seguir, pero fundamentalmente, el desafío estará puesto en el trayecto y la meta, que no muchos se atreven a cumplir.
(Sergio Tolaba, especial para El Tribuno de Jujuy).
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Los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 será el punto de partida y el parámetro para el deporte jujeño de alto rendimiento.

Como suele suceder en cada cita olímpica, los Juegos de Japón también tuvieron un antes y un después. Terminada la II Guerra Mundial y el conflicto entre Japón y China, el país del sol naciente, se aprestaba a organizar y recomponer su imagen internacional y qué mejor oportunidad estos juegos de las olimpíadas para tal fin.

Allí confluyeron todas las sensaciones, todas las emociones y un legado para la humanidad de hermandad, paz y honor, al menos en el deporte.

El encargado de encender el pebetero fue nada más y nada menos que el "bebé de Hiroshima" Yoshinari Sakai. Como es habitual también en esta Olimpiada de Tokio hubo algunas ausencias, siempre motivadas por temas políticos. Por un lado China rechazó participar, por hacerlo también Taiwán. También estuvo ausente la República de Sud África, al no recibir invitación por su conocida política de segregación racial. Así mismo, Indonesia también estuvo ausente por sus conflictos interiores. Estas bajas fueron compensadas con la participación de catorce nuevos países. Participaron 93 países 5.151 atletas, 19 deportes, 163 eventos. La apertura se hizo un 10 de octubre por el Emperador Hirohito y la clausura el 24 de octubre de ese mismo año.
Además debemos resaltar las diferentes marcas olímpicas que quedaron para la historia, como el caso de la ucraniana Laryssa Latynina, ganadora de 2 preseas de oro, 2 de plata y 2 de bronce, almacenando en su historial olímpico la friolera cifra de dieciocho medallas olímpicas, sin dejar de mencionar que venía de ser mamá y con 30 años cumplidos. Otro atleta que se destacó fue de Estados Unidos, Bob Hayes, consiguió por primera vez en la historia, recorrer los 100 metros llanos, en menos de 10,0seg.

Otro grande del deporte olímpico fue el etíope Abebe Bikila, quien venía de ganar en Roma el maratón y ahora repetía la hazaña pero con calzado deportivo, dejando un nuevo record.
En todo este movimiento deportivo, estaba presente la misión argentina en Tokio, y entre ellos un jujeño: Eduardo Florentín Armella, en la disciplina de tiro con carabina. Además estuvieron presentes deportista como Roberto Perfumo, Mario Agustín Cejas, Miguel Tojo, entre otros, pero también quien fue el responsable de salvar el honor de la delegación: Carlos Muratorio y junto con Chalan, su caballo trajo la medalla de plata, por otra parte la única para nuestro país y ocho diplomas olímpicos.
Luego de esta breve reseña histórica, debemos recordar que muchos de estos deportistas marcaron un hito en la historia del deporte mundial y olímpico en particular, como sucedió con nuestros deportistas, pero lo cierto es que para nuestra provincia queda ese enorme orgullo de tener en el historial deportivo, un deportista como Eduardo Armella que no solo fue en representación del tiro argentino, sino que además fue campeón mundial, panamericano, argentino entre otros títulos de honor y que hoy marcan el rumbo de la excelencia deportiva nacional y con una gran proyección en el alto rendimiento que hasta ahora no se volvió a repetir en Jujuy.

El domingo se cumplió el aniversario número seis de la partida de este representante del deporte jujeño, nuestro homenaje a quien dejara un camino a seguir, pero fundamentalmente, el desafío estará puesto en el trayecto y la meta, que no muchos se atreven a cumplir.
(Sergio Tolaba, especial para El Tribuno de Jujuy).

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