La economía en la frontera norte de la provincia entre las ciudades de La Quiaca y Villazón (Bolivia) entró en una recesión alarmante desde principios del 2016 debido a la fuerte devaluación del peso argentino con respecto al peso boliviano.
Justamente el billete altiplánico pasó a ser la moneda fuerte en toda la región y sólo comparada con el dólar.
Cuando la moneda de cualquier país se devalúa, siempre hay sectores favorecidos y otros perjudicados, por ejemplo especialmente en zonas de frontera, la desvalorización de nuestra moneda, hicieron que por ejemplo la venta de dólares del lado boliviano sea escasa, debido a la gran demanda de compradores argentinos.
Por otro lado existe una "fiebre" comercial de productos de consumo masivo, que ciudadanos del otro país adquieren en la localidad quiaqueña.
Hay rubros que se vieron favorecidos y otros afectados entre ambas ciudades, divididas solamente por el Puente Internacional "Horacio Guzmán".
También desde la Aduana de Bolivia y otros organismos incrementaron el control con respecto al ingreso de mercadería de nuestro país "es para proteger la industria nacional" dijeron fuentes de Aduana del vecino país.
Cabe acotar que al momento de redactar este artículo 100 pesos argentinos, equivale a $ 38 bolivianos, no es para sorprenderse los valores son los correctos.
Comercio
Por un lado los comerciantes bolivianos están de capa caída, mientras del lado argentino algunos productos como bebidas alcohólicas, pañales, alimentos para perros y limpieza, continúan al tope de ventas.
Comerciantes fronterizos dedicados a esos rubros no cerraron sus puertas, otros debieron hacerlo antes de perder su capital en la zona comercial que tiene La Quiaca.
Cruzando el puente internacional quiaqueño, de otras comunas vecinas y capitalinos siguen adquiriendo productos, tal es el caso de la hoja de coca, utensilios de cocina, ropa y demás artículos, los compradores "gauchos" provenientes desde otras urbes jujeñas siguen llegando a pesar de la enorme diferencia cambiaria,
"En San Salvador un par de zapatillas supera los mil pesos, en Villazón con esa plata compramos dos pares", argumentan compradores. Esa ciudad boliviana depende netamente de los capitales argentinos.
Aunque por lo pronto son pocos quienes reciben pesos argentinos al momento de vender algún artículo, no le tienen fe al peso argentino.
Justamente el billete altiplánico pasó a ser la moneda fuerte en toda la región y sólo comparada con el dólar.
Cuando la moneda de cualquier país se devalúa, siempre hay sectores favorecidos y otros perjudicados, por ejemplo especialmente en zonas de frontera, la desvalorización de nuestra moneda, hicieron que por ejemplo la venta de dólares del lado boliviano sea escasa, debido a la gran demanda de compradores argentinos.
Por otro lado existe una "fiebre" comercial de productos de consumo masivo, que ciudadanos del otro país adquieren en la localidad quiaqueña.
Hay rubros que se vieron favorecidos y otros afectados entre ambas ciudades, divididas solamente por el Puente Internacional "Horacio Guzmán".
También desde la Aduana de Bolivia y otros organismos incrementaron el control con respecto al ingreso de mercadería de nuestro país "es para proteger la industria nacional" dijeron fuentes de Aduana del vecino país.
Cabe acotar que al momento de redactar este artículo 100 pesos argentinos, equivale a $ 38 bolivianos, no es para sorprenderse los valores son los correctos.
Comercio
Por un lado los comerciantes bolivianos están de capa caída, mientras del lado argentino algunos productos como bebidas alcohólicas, pañales, alimentos para perros y limpieza, continúan al tope de ventas.
Comerciantes fronterizos dedicados a esos rubros no cerraron sus puertas, otros debieron hacerlo antes de perder su capital en la zona comercial que tiene La Quiaca.
Cruzando el puente internacional quiaqueño, de otras comunas vecinas y capitalinos siguen adquiriendo productos, tal es el caso de la hoja de coca, utensilios de cocina, ropa y demás artículos, los compradores "gauchos" provenientes desde otras urbes jujeñas siguen llegando a pesar de la enorme diferencia cambiaria,
"En San Salvador un par de zapatillas supera los mil pesos, en Villazón con esa plata compramos dos pares", argumentan compradores. Esa ciudad boliviana depende netamente de los capitales argentinos.
Aunque por lo pronto son pocos quienes reciben pesos argentinos al momento de vender algún artículo, no le tienen fe al peso argentino.
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La economía en la frontera norte de la provincia entre las ciudades de La Quiaca y Villazón (Bolivia) entró en una recesión alarmante desde principios del 2016 debido a la fuerte devaluación del peso argentino con respecto al peso boliviano.
Justamente el billete altiplánico pasó a ser la moneda fuerte en toda la región y sólo comparada con el dólar.
Cuando la moneda de cualquier país se devalúa, siempre hay sectores favorecidos y otros perjudicados, por ejemplo especialmente en zonas de frontera, la desvalorización de nuestra moneda, hicieron que por ejemplo la venta de dólares del lado boliviano sea escasa, debido a la gran demanda de compradores argentinos.
Por otro lado existe una "fiebre" comercial de productos de consumo masivo, que ciudadanos del otro país adquieren en la localidad quiaqueña.
Hay rubros que se vieron favorecidos y otros afectados entre ambas ciudades, divididas solamente por el Puente Internacional "Horacio Guzmán".
También desde la Aduana de Bolivia y otros organismos incrementaron el control con respecto al ingreso de mercadería de nuestro país "es para proteger la industria nacional" dijeron fuentes de Aduana del vecino país.
Cabe acotar que al momento de redactar este artículo 100 pesos argentinos, equivale a $ 38 bolivianos, no es para sorprenderse los valores son los correctos.
Comercio
Por un lado los comerciantes bolivianos están de capa caída, mientras del lado argentino algunos productos como bebidas alcohólicas, pañales, alimentos para perros y limpieza, continúan al tope de ventas.
Comerciantes fronterizos dedicados a esos rubros no cerraron sus puertas, otros debieron hacerlo antes de perder su capital en la zona comercial que tiene La Quiaca.
Cruzando el puente internacional quiaqueño, de otras comunas vecinas y capitalinos siguen adquiriendo productos, tal es el caso de la hoja de coca, utensilios de cocina, ropa y demás artículos, los compradores "gauchos" provenientes desde otras urbes jujeñas siguen llegando a pesar de la enorme diferencia cambiaria,
"En San Salvador un par de zapatillas supera los mil pesos, en Villazón con esa plata compramos dos pares", argumentan compradores. Esa ciudad boliviana depende netamente de los capitales argentinos.
Aunque por lo pronto son pocos quienes reciben pesos argentinos al momento de vender algún artículo, no le tienen fe al peso argentino.
Justamente el billete altiplánico pasó a ser la moneda fuerte en toda la región y sólo comparada con el dólar.
Cuando la moneda de cualquier país se devalúa, siempre hay sectores favorecidos y otros perjudicados, por ejemplo especialmente en zonas de frontera, la desvalorización de nuestra moneda, hicieron que por ejemplo la venta de dólares del lado boliviano sea escasa, debido a la gran demanda de compradores argentinos.
Por otro lado existe una "fiebre" comercial de productos de consumo masivo, que ciudadanos del otro país adquieren en la localidad quiaqueña.
Hay rubros que se vieron favorecidos y otros afectados entre ambas ciudades, divididas solamente por el Puente Internacional "Horacio Guzmán".
También desde la Aduana de Bolivia y otros organismos incrementaron el control con respecto al ingreso de mercadería de nuestro país "es para proteger la industria nacional" dijeron fuentes de Aduana del vecino país.
Cabe acotar que al momento de redactar este artículo 100 pesos argentinos, equivale a $ 38 bolivianos, no es para sorprenderse los valores son los correctos.
Comercio
Por un lado los comerciantes bolivianos están de capa caída, mientras del lado argentino algunos productos como bebidas alcohólicas, pañales, alimentos para perros y limpieza, continúan al tope de ventas.
Comerciantes fronterizos dedicados a esos rubros no cerraron sus puertas, otros debieron hacerlo antes de perder su capital en la zona comercial que tiene La Quiaca.
Cruzando el puente internacional quiaqueño, de otras comunas vecinas y capitalinos siguen adquiriendo productos, tal es el caso de la hoja de coca, utensilios de cocina, ropa y demás artículos, los compradores "gauchos" provenientes desde otras urbes jujeñas siguen llegando a pesar de la enorme diferencia cambiaria,
"En San Salvador un par de zapatillas supera los mil pesos, en Villazón con esa plata compramos dos pares", argumentan compradores. Esa ciudad boliviana depende netamente de los capitales argentinos.
Aunque por lo pronto son pocos quienes reciben pesos argentinos al momento de vender algún artículo, no le tienen fe al peso argentino.