El popular cantautor Leo Dan se presentó en el estadio de la Federación de Básquet ofreció un singular espectáculo para todos sus fanáticos jujeños. El santiagueño durante una velada llena de nostalgia y humor interpretó todos sus éxitos ante un predio colmado por un entusiasta público, constituido en su mayoría por mujeres, que coreó cada uno de sus inoxidables hits.
El artista fue recibido con una ovación y comenzó cantando "Te he prometido" ante efusivas demostraciones de cariño de sus seguidoras. Siguió con "Jamás podré olvidar" que puso de pie a los presentes para continuar con "Raquel", "Como te extraño", "Se que te amaré", "Como poder saber que te amo", para culminar con "Solterito y sin nadie", todas populares composiciones que ocupan un lugar de privilegio entre las mal de tres mil canciones escritas por Leo Dan a lo largo de sus más de 50 años de trayectoria. También cantó otra recordada melodía, su primer gran éxito "Celia" y decenas de jujeñas se abalanzaron sobre el escenario invitadas por su ídolo y lo acompañaron cantando con frenesí. El artista no desaprovechó la posibilidad de interactuar con el público cada vez que pudo y con sus cómicos comentarios arrancaba carcajadas de la audiencia. Después siguió el repaso de los principales éxitos de su carrera entonado con voz intacta "Por un caminito" y "Siempre estoy pensando en ella" y transportó a muchos de los presentes a sus épocas juveniles. También dedicó un instante a la música folclórica y rindió homenaje a sus raíces santiagueñas entonado la chacarera "Corazón atamisqueño". Ya en los tramos finales del recital el artista que en 2012 recibió un Grammy Latino a la excelencia musical, cautivó a su audiencia con otra seguidilla estupenda integrada por joyas del cancionero romántico latinoamericano como "Que Dios te aleje de mí", "Esa pared", "Las horas más lindas" y "Mary es mi amor", para culminar con una sentida interpretación de "Más que un loco", con el que rindió un emotivo tributo al recordado Leonardo Favio. Se despidió con la canción "Jesús en mi pastor" y con el mensaje cristiano, que trata difundir en cada una de sus presentaciones, se despidió de los jujeños.
Así, con carisma y sencillez demostró porque se mantiene como un ídolo de multitudes, casi una leyenda.
El artista fue recibido con una ovación y comenzó cantando "Te he prometido" ante efusivas demostraciones de cariño de sus seguidoras. Siguió con "Jamás podré olvidar" que puso de pie a los presentes para continuar con "Raquel", "Como te extraño", "Se que te amaré", "Como poder saber que te amo", para culminar con "Solterito y sin nadie", todas populares composiciones que ocupan un lugar de privilegio entre las mal de tres mil canciones escritas por Leo Dan a lo largo de sus más de 50 años de trayectoria. También cantó otra recordada melodía, su primer gran éxito "Celia" y decenas de jujeñas se abalanzaron sobre el escenario invitadas por su ídolo y lo acompañaron cantando con frenesí. El artista no desaprovechó la posibilidad de interactuar con el público cada vez que pudo y con sus cómicos comentarios arrancaba carcajadas de la audiencia. Después siguió el repaso de los principales éxitos de su carrera entonado con voz intacta "Por un caminito" y "Siempre estoy pensando en ella" y transportó a muchos de los presentes a sus épocas juveniles. También dedicó un instante a la música folclórica y rindió homenaje a sus raíces santiagueñas entonado la chacarera "Corazón atamisqueño". Ya en los tramos finales del recital el artista que en 2012 recibió un Grammy Latino a la excelencia musical, cautivó a su audiencia con otra seguidilla estupenda integrada por joyas del cancionero romántico latinoamericano como "Que Dios te aleje de mí", "Esa pared", "Las horas más lindas" y "Mary es mi amor", para culminar con una sentida interpretación de "Más que un loco", con el que rindió un emotivo tributo al recordado Leonardo Favio. Se despidió con la canción "Jesús en mi pastor" y con el mensaje cristiano, que trata difundir en cada una de sus presentaciones, se despidió de los jujeños.
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El popular cantautor Leo Dan se presentó en el estadio de la Federación de Básquet ofreció un singular espectáculo para todos sus fanáticos jujeños. El santiagueño durante una velada llena de nostalgia y humor interpretó todos sus éxitos ante un predio colmado por un entusiasta público, constituido en su mayoría por mujeres, que coreó cada uno de sus inoxidables hits.
El artista fue recibido con una ovación y comenzó cantando "Te he prometido" ante efusivas demostraciones de cariño de sus seguidoras. Siguió con "Jamás podré olvidar" que puso de pie a los presentes para continuar con "Raquel", "Como te extraño", "Se que te amaré", "Como poder saber que te amo", para culminar con "Solterito y sin nadie", todas populares composiciones que ocupan un lugar de privilegio entre las mal de tres mil canciones escritas por Leo Dan a lo largo de sus más de 50 años de trayectoria. También cantó otra recordada melodía, su primer gran éxito "Celia" y decenas de jujeñas se abalanzaron sobre el escenario invitadas por su ídolo y lo acompañaron cantando con frenesí. El artista no desaprovechó la posibilidad de interactuar con el público cada vez que pudo y con sus cómicos comentarios arrancaba carcajadas de la audiencia. Después siguió el repaso de los principales éxitos de su carrera entonado con voz intacta "Por un caminito" y "Siempre estoy pensando en ella" y transportó a muchos de los presentes a sus épocas juveniles. También dedicó un instante a la música folclórica y rindió homenaje a sus raíces santiagueñas entonado la chacarera "Corazón atamisqueño". Ya en los tramos finales del recital el artista que en 2012 recibió un Grammy Latino a la excelencia musical, cautivó a su audiencia con otra seguidilla estupenda integrada por joyas del cancionero romántico latinoamericano como "Que Dios te aleje de mí", "Esa pared", "Las horas más lindas" y "Mary es mi amor", para culminar con una sentida interpretación de "Más que un loco", con el que rindió un emotivo tributo al recordado Leonardo Favio. Se despidió con la canción "Jesús en mi pastor" y con el mensaje cristiano, que trata difundir en cada una de sus presentaciones, se despidió de los jujeños.
Así, con carisma y sencillez demostró porque se mantiene como un ídolo de multitudes, casi una leyenda.
El artista fue recibido con una ovación y comenzó cantando "Te he prometido" ante efusivas demostraciones de cariño de sus seguidoras. Siguió con "Jamás podré olvidar" que puso de pie a los presentes para continuar con "Raquel", "Como te extraño", "Se que te amaré", "Como poder saber que te amo", para culminar con "Solterito y sin nadie", todas populares composiciones que ocupan un lugar de privilegio entre las mal de tres mil canciones escritas por Leo Dan a lo largo de sus más de 50 años de trayectoria. También cantó otra recordada melodía, su primer gran éxito "Celia" y decenas de jujeñas se abalanzaron sobre el escenario invitadas por su ídolo y lo acompañaron cantando con frenesí. El artista no desaprovechó la posibilidad de interactuar con el público cada vez que pudo y con sus cómicos comentarios arrancaba carcajadas de la audiencia. Después siguió el repaso de los principales éxitos de su carrera entonado con voz intacta "Por un caminito" y "Siempre estoy pensando en ella" y transportó a muchos de los presentes a sus épocas juveniles. También dedicó un instante a la música folclórica y rindió homenaje a sus raíces santiagueñas entonado la chacarera "Corazón atamisqueño". Ya en los tramos finales del recital el artista que en 2012 recibió un Grammy Latino a la excelencia musical, cautivó a su audiencia con otra seguidilla estupenda integrada por joyas del cancionero romántico latinoamericano como "Que Dios te aleje de mí", "Esa pared", "Las horas más lindas" y "Mary es mi amor", para culminar con una sentida interpretación de "Más que un loco", con el que rindió un emotivo tributo al recordado Leonardo Favio. Se despidió con la canción "Jesús en mi pastor" y con el mensaje cristiano, que trata difundir en cada una de sus presentaciones, se despidió de los jujeños.
Así, con carisma y sencillez demostró porque se mantiene como un ídolo de multitudes, casi una leyenda.