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28 de Marzo,  Jujuy, Argentina
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Pasividad cómplice: Nos siguen robando paisajes

La firma Samsonite impulsó una campaña en la que promociona Salta con imágenes de las Salinas Grandes y Purmamarca.
Miércoles, 04 de octubre de 2017 21:11
PRUEBAS DEL SAQUEO/ EL CERRO DE SIETE COLORES PARA PROMOCIONAR SALTA.
PUBLICACIÓN CON FOTO DE LAS SALINAS.

No es la primera vez que ocurre. Es más, ya es una costumbre que se mantiene y se acrecienta, especialmente frente a la pasividad de las distintas autoridades responsables de cuidar el patrimonio jujeño, cuya pasividad finalmente termina en una suerte de complicidad que no se puede comprender. Ocurre que Salta ha instalado en el mundo que dos sitios emblemáticos de nuestra provincia, como son las Salinas Grandes y el incomparable cerro de Siete Colores de Purmamarca, son salteños, y sigue así. En algún momento fueron afiches pegados en toda la ciudad de Buenos Aires, otra vez, en carteles distribuidos en todas las líneas de subterráneos de la Capital Federal, En otro momento, en las propias revistas de la empresa de bandera Aerolíneas Argentinas se anunciaba que visitar Salta era sinónimo de disfrutar la Quebrada de Humahuaca con una profusión de fotografías de los paraísos jujeños que cautivaban a los lectores. En aquel momento, se pudo contener -durante un tiempo- este aluvión de saqueo de imágenes y lugares, merced a una gestión realizada desde Jujuy que obtuvo una comprensiva respuesta del entonces gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, quien detuvo el vil aprovechamiento, al menos desde los organismos oficiales. Tiempo después reaparecieron los robos y la publicidad engañosa en las lunetas de colectivos de media y larga distancia y en la Caba. Y ahora, volvemos a ver de qué manera aviesa y al parecer impunemente, se repite la historia.

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No es la primera vez que ocurre. Es más, ya es una costumbre que se mantiene y se acrecienta, especialmente frente a la pasividad de las distintas autoridades responsables de cuidar el patrimonio jujeño, cuya pasividad finalmente termina en una suerte de complicidad que no se puede comprender. Ocurre que Salta ha instalado en el mundo que dos sitios emblemáticos de nuestra provincia, como son las Salinas Grandes y el incomparable cerro de Siete Colores de Purmamarca, son salteños, y sigue así. En algún momento fueron afiches pegados en toda la ciudad de Buenos Aires, otra vez, en carteles distribuidos en todas las líneas de subterráneos de la Capital Federal, En otro momento, en las propias revistas de la empresa de bandera Aerolíneas Argentinas se anunciaba que visitar Salta era sinónimo de disfrutar la Quebrada de Humahuaca con una profusión de fotografías de los paraísos jujeños que cautivaban a los lectores. En aquel momento, se pudo contener -durante un tiempo- este aluvión de saqueo de imágenes y lugares, merced a una gestión realizada desde Jujuy que obtuvo una comprensiva respuesta del entonces gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, quien detuvo el vil aprovechamiento, al menos desde los organismos oficiales. Tiempo después reaparecieron los robos y la publicidad engañosa en las lunetas de colectivos de media y larga distancia y en la Caba. Y ahora, volvemos a ver de qué manera aviesa y al parecer impunemente, se repite la historia.

Se trata de publicidad de una empresa de nivel internacional como Samsonite, que en una de las redes sociales más importantes como Instagram, promociona Salta mostrando las Salinas Grandes, precisamente donde se explota la sal como argumento turístico, y naturalmente, el robo clásico, el Cerro de Siete Colores, a través de un programa denominado "destinos Samsonite, recorriendo Argentina". Hiere la vista leer eso. Hiere el orgullo provinciano volver a ver el latrocinio y más duele la aparente pasividad de los responsables de proteger el patrimonio cultural y turístico de Jujuy de quienes no se conocen reacción alguna. Remitiéndonos al título de esta nota, no roban sólo fotografías y paisajes, sino el uso engañoso de Jujuy en la publicidad de otra provincia, termina en un pillaje que afecta los recursos económicos que a través del turismo le pertenecen a Jujuy y a su gente. Tal vez algún funcionario responsable haya realizado algún trámite, o planteado alguna queja, pero no se conoce si fue así. Y de no haberlo hecho, da por supuesto que aceptan con resignación el antiguo y lamentable eslogan de "Conozca Salta visite la Quebrada de Humahuaca". Y da por tierra también con la vieja ambición de seguir trabajando para convertir a Jujuy en lugar de pernoctes, polo concentrador de llegadas, alojamientos y centro distribuidor de excursiones hacia nuestros propios destinos. De no hacerse algo serio en este tema, seguiremos escuchando en cada temporada la satisfacción de los funcionarios, diciendo: "Este año llegaron mil turistas más que el año pasado". Satisfacción insólita, puesto que simplemente Salta absorbió mucho más de mil y los derivó usando a Jujuy como corredor de paso. Así el esfuerzo estatal y privado seguirán comportándose como un satélite que gira alrededor del planeta Salta, que invierte en promoción y protección de su acervo turístico.

 

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