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Gaucho jujeño luciendo con orgullo y emoción sus pilchas

Se lo reconoce por cómo viste. Para él, no son sólo prendas son además su identidad y el símbolo de su pasado heroico.
Domingo, 12 de noviembre de 2017 00:00

"Mirá es un gaucho", dicen al ver a un hombre vestido a usanza campera, que recorre las calles, rompiendo la monotonía del personaje urbano jujeño. Y ciertamente llama la atención porque se destaca entre el gentío, y quizá no solo es su particular vestimenta sino su andar y su prestancia. Lleva con orgullo su prenda, sin importar si lleva botas o alpargatas, un sombrero viejo o la boina ladeada, el gaucho ama a su tierra y todo lo que de ella proviene. Por eso es que luciendo su avío es como lo demuestra.

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"Mirá es un gaucho", dicen al ver a un hombre vestido a usanza campera, que recorre las calles, rompiendo la monotonía del personaje urbano jujeño. Y ciertamente llama la atención porque se destaca entre el gentío, y quizá no solo es su particular vestimenta sino su andar y su prestancia. Lleva con orgullo su prenda, sin importar si lleva botas o alpargatas, un sombrero viejo o la boina ladeada, el gaucho ama a su tierra y todo lo que de ella proviene. Por eso es que luciendo su avío es como lo demuestra.

Pero la historia es larga, nos debemos remontar a los orígenes y también hacer un paneo a las diferentes regiones como para entender esa particular manera de expresión que tiene el hombre y la mujer del campo, traducida a través de lo que elige para vestir.

Y es que la vestimenta también habla. No con palabras sonoras o gráficas sino con el símbolo que representa. Y para el gaucho, la mayor expresión de su esencia está en su camisa, corralera, pantalón y cada uno de los accesorios con que luce para definir su identidad. Y cómo negar su origen cuando proviene de una estirpe de patriotas que desempeñaron un papel fundamental durante la Guerra de Independencia.

Etapas de la vestimenta gaucha

El término "pilcha" es empleado para denominar a toda la indumentaria del gaucho, e incluso la de su fiel compañero el caballo. Esta palabra es de origen indígena, pero ha pasado a ser parte del lunfardo, hasta incluso algunos autores lo usaron con un tono despectivo. Pero el gaucho lo usa con mucha emoción y sentir propio, porque es más que una vestimenta.

Cuando nos adentramos en la historia, nos encontramos con una variación en cuanto a las prendas que los gauchos fueron empleando, según la zona y la actividad a la que se dedicaban. Entonces, se puede hablar de que se reconocen dos etapas, una inicial abarca desde el año 1800 a 1920, y la segunda desde 1920 en adelante.

Para citar sólo unos ejemplos, en aquella primera etapa, la colonial, el llamado "paisano" que habitaba las pampas usó el chiripá, calzoncillo cribado, botas de potro, botas fuertes, saco largo, podía ser derecho o cruzado (la botonera o prendedura). La bota fuerte era la bota de cuero de confección; la usó por lo general el patrón de estancia. En tanto que los paisanos (puesteros o domadores) usaban botas de potro alta.

El chiripá (de la voz quechua chiripac) era un rectángulo de tela, se pasaba por entre las piernas y se sujetaba a su cintura por una ancha faja. Otra de las prendas comunes era el saco que al ser muy largos e incómodos se dejaron de usar; después se fue acortando hasta terminar usando la camisa corralera. Quien sí continuaba usando el saco largo era el patrón.

En cuanto a la camisa, llegaba al pié de cuello, porque por arriba se llevaba el pañuelo. Luego apareció la blusa corralera que se llevaba prendida en el cuello, donde sujetaba el pañuelo, tenía dos bolsillos al frente y dos tablas en la parte de atrás, las mangas tenían puños y estaban apenas despuntadas.

Antiguamente, los pañuelos se usaban abiertos y cubriendo casi hasta los hombros, anudado al frente, y también se empleaba el pañuelo serenero, que se colocaba bajo del sombrero cubriendo la cabeza y atado en el mentón.

Y el más tradicional del atuendo gaucho es el sombrero, podía ser de copa combada (casi entera), para evitar que se junte agua en los días de lluvia, el de ala mediana con barbijos así evitar que el viento se los saque. También se usaban los sombreros con dos o cuatro abolladuras. Por otra parte, estaba chambergo y también la gorra de vasco, de amplio tamaño, de modo tal que el paisano la ladeaba hacia el lado que le convenía para atajarse del sol o de la lluvia.

De 1920 en adelante

A partir de esta época se dejó de usar el chiripá y el calzoncillo cribado y empieza a usarse la bombacha un poco más angosta, y también empezó a acortarse la corralera. El pañuelo comenzó a usarse ceñido al cuello o sobre el pie del cuello de la camisa o la corralera. En cuanto al sombrero, empezaron a aparecer diferentes modelos, y se alargó un poco el ala y se bajó la copa.

(Fuente: http://tierradegauchos.com /generalidades-y-evolucion )


Las pilchas en Jujuy

Se diferencian de acuerdo a dos detalles muy importantes por un lado el aspecto geográfico donde habita el gaucho y por el otro, el uso ya sea en diario trajinar o si ha de vestirse con todas las galas.

Por ejemplo en las Yungas es común encontrar los sombreros "retobaos" que llevan el ala frontal doblada hacia arriba.

En la zona de pedemonte, los gauchos usan coleto, y a sus caballos les colocan guardamontes, para protegerse de las ramas y espinas duras típicas de la zona.

En la Quebrada y Puna, las prendas de los gauchos de texturas mucho más gruesas que le permiten protegerse del frío y de la agreste geografía.

Pero a todos los gauchos jujeños se los distingue por una prenda en común, el poncho color vicuña, bandera y símbolo de su historia.

Sobre la rastra

Existen dos tipos, la rústica es un cinturón de cuero trabajado artesanalmente que por lo general lleva las iniciales de su dueño.

Y una de orfebrería, que tiene como base un cinturón de cuero, pero al que se adosan un escudo en la parte delantera realizado de alpaca o plata, unidos a los costados por cadenas y que además puede llevar como adornos apliques de metal, o monedas antiguas.