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Centenario de la escuela primaria 363 "Policía Federal Argentina"

Puesto Sey se vistió de gala para celebrar los cien años de la "segunda madre" de sus vecinos que muestran orgullosos sus logros. Carlos Mamani, el hijo pródigo que regresa con su chaqueta de médico o Lucrecia Soriano que desde Ushuaia apoya guardería.
Jueves, 02 de noviembre de 2017 00:00

Con profundo respeto y humildad la pequeña comunidad educativa de la Escuela Primaria N° 363 "Policía Federal Argentina" recordó con emoción a don Hipólito Yrigoyen, quien al asumir su primera presidencia en 1916 ordenó construir durante su mandato 3126 escuelas primarias a lo largo de todo el territorio argentino.

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Con profundo respeto y humildad la pequeña comunidad educativa de la Escuela Primaria N° 363 "Policía Federal Argentina" recordó con emoción a don Hipólito Yrigoyen, quien al asumir su primera presidencia en 1916 ordenó construir durante su mandato 3126 escuelas primarias a lo largo de todo el territorio argentino.

 

Los padrinos llegaron con calzado, indumentaria, computadoras, equipos de música y golosinas.

Tampoco faltó el reconocimiento al primer director Ortola Merce, quien superando todas las dificultades que la época le imponía, llegó hasta ese recóndito paraje de la puna jujeña para iniciar las actividades de esa humilde escuela rancho, hoy constituido en un importante complejo educativo que cuenta con nivel inicial y primario.

 

En sus instalaciones también alberga los sueños e ilusiones de pequeños niños que llegan desde parajes cercanos o no tanto para iniciar el periodo de aprendizaje de la mano de un reducido equipo de docentes a cargos del maestro Robert Vásquez.

Sus orgullosos padrinos estuvieron encabezados por el jefe de la agencia regional federal Tucumán de la Policía Federal Argentina, comisario mayor Adrian Lucero, en representación del jefe de la Policía Federal, comisario general Néstor Roncaglia.

"La Escuela N° 363 "Policía Federal Argentina" cumple hoy cien años y conmemorar no debe significar única, ni necesariamente celebrar" expresa Vázquez agregando inmediatamente. "significa, sobre todo, hacer memoria, recuperar lo transitado; significa explicar y diagnosticar el presente, para lanzarnos con más fuerza hacia el futuro".

Robert Vázquez es el motor que genera energía y proyectos permanentemente acompañado de un grupo de incansables docentes. "Por ello, este aniversario, es un momento fundamental para comprender algo más. Para reconocer el valor más profundo de esta institución, que más allá de los desafíos y obstáculos que debió enfrentar, jamás se ha resignado a cambiar la esencia de su misión educativa, abogando por la inclusión y el respeto a la diversidad" agrega.

Vázquez agrega que "hoy cien años después, podemos decir que el objetivo que aquellas personas se marcaron al fundarla, ha sido cumplido. Porque la escuela ha sostenido en el proceso histórico sus ideales y ha ido generando y creando los espacios necesarios en función de las demandas de todos aquellos que conforman la institución. Por ello, seguimos en la idea de adaptarnos a las nuevas necesidades, a los nuevos desafíos, porque nos hemos constituido en un lugar para el encuentro, un lugar para el debate, para el consenso en medio de la puna agreste y que Hipólito Yrigoyen no miro donde fundar escuelas".

Para finalizar el docente remarcó que "por ello, nos encontramos en una reflexión profunda y permanente en torno de lo que estamos haciendo, de lo que significa educar hoy en el mundo que vivimos. Sostenemos la importancia de que la educación debe contribuir al progreso individual y colectivo, debe brindar oportunidades para que todos logren una vida más plena, generando espacios para optar, decidir, gozar de iguales derechos y posibilidades. En este sentido, tomamos como ejes fundamentales de nuestra intervenciones, la transmisión de conocimientos cimentada en la formación en valores y el compromiso permanente con la lucha por el reconocimiento y el respeto de pa persona con discapacidad intelectual poseedora de los mismos derechos civiles y sociales de todos los ciudadanos".

No faltaron los regalos para la institución desde distintos sectores de la comunidad, especialmente de sus padrinos que desde las delegaciones de Tucumán, San Ramón de la Nueva Orán y San Salvador de Jujuy de la Policía Federal Argentina se hicieron presentes con calzado, indumentaria, computadoras, equipos de música y el mejor y más preciado de los regalos, unas bolsas conteniendo golosinas que los 43 alumnos disfrutaron felices.

Guardería 

EXALUMNOS/ POSAN JUNTO A UNA PLACA RECORDATORIA DEL ACONTECIMIENTO.

En el salón multiuso de la escuela los invitados que llegaron desde distintos lugares al igual que los lugareños, los dueños de casa disfrutan del almuerzo comunitario, llama al horno de barro con mote y papa del norte, una riquísima sopa de quinoa y naranja de postre, Lucrecia charla animadamente con sus compañeros de mesa.

De manera casi fortuita y mientras la algarabía aumenta dentro del lugar surge la charla con El Tribuno de Jujuy.

 “Qué hermoso es poder regresar cada año a mi pueblo, a mis raíces, a mi lugar”, nos dice Lucrecia Soriano, agregando “soy de la promo "84, pero en el "92 y siendo muy chica aún me fui con mis padres a vivir a Ushuaia, pero jamás me olvido de donde soy y menos de mi escuelita”.

Lucrecia luce un tradicional sombrero gaucho negro y una bandolera con tela de aguayo y una leyenda que reza sencillamente Jujuy “de aquí jamás me fui aunque viva en la otra punta del país”, comenta.

LUCRECIA SORIANO

“Este año no solo vine por el festejo de los cien de la escuela sino también porque por suerte coincide con las festividades de Todos los Santos y de los Difuntos y es aquí donde tengo enterrado a mis afectos”.

La historia de vida de Lucrecia no es una más cada viaje, cada visita a su tierra motivaron que desde “la isla” como se denomina cariñosamente a Tierra del Fuego, siempre llegaba con algún presente para su amada pueblo.

Hace un par de años atrás sus amigos y familiares le comentaron la necesidad de contar con un lugar donde pudieran quedar los niños mientras sus madres salen a pastorear, así es como surgió la idea de crear una guardería materno infantil.

Con la colaboración de los residentes de puneños, quebradeños y especialmente de aquellos provenientes de Puesto Sey que viven en Ushuaia se pudo crear la “Salita Lucerito” que alberga y recibe a todos los menores de 6 meses a tres años.

Cuando nos despedimos Lucrecia agrega “esta es mi tierra, aquí están mis raíces, mi cultura, mis sueños y mis esperanzas”, se aferra a sus palabras y probablemente a sus recuerdos de la infancia ya que su mirada se pierde en los cerros que rodean el pueblo.
 

De Puesto Sey al mundo

OBSEQUIO/ EL PERIODISTA DE NUESTRO DIARIO ENTREGA UNA BANDERA DE LIBERTAD CIVIL.

Los hermanos Carlos y Osvaldo Mamani, dos de los hijos dilectos de Puesto Sey no pueden estar ausente en esta celebración, mucho menos hoy que Dominga Calpanchay se desempeña como la presidente de la cooperadora de la Escuela “Policía Federal”, porque aunque ya “lidió” con sus changos, hoy acompaña a "su nietita" en su paso por el esa casa que es mucho más que la escuela, para ellos es la vida misma.

La historia de esta familia tiene la particularidad que hoy Carlos de 32 años es médico y Osvaldo de 37 técnico en minería, son dos de los cinco hijos de doña Dominga de 53 y los nietos de Benita Calpanchay de 76, que hoy “arrastrada” por sus hijos vive en Salta capital y que por razones de fuerza mayor no pudo estar presente.

Al igual que todos los integrantes de la familia, ellos estudiaron en la Escuela Nº 363 “Policía Federal Argentina”, pero entre todos son Carlos y Osvaldo quienes gracias al tesón puesto de manifiesto y el esfuerzo de todos empezando por la “mamá Dominga” hoy pueden ostentar orgullosos sus títulos.

Mientras doña Dominga trajina de un lado al otro el “doctor” del pueblo observa con ternura a su mamá mientras le comenta a El Tribuno de Jujuy “me fui del pueblo en el año 1998, cuando terminé la primaria y me fui a Susques para hacer la secundaria, cinco años después partía a Cuba donde inicié mis estudios en la Escuela Latinoamericana de Medicina desde donde regresé en el 2013”.

PRESENTES EN EL ACTO/ HERMANOS CARLOS Y OSVALDO MAMANI JUNTO A SU MADRE DOMINGA CALPANCHAY.
 

Osvaldo a su lado, dice orgulloso “yo también soy egresado de la escuela, pero como soy el mayor no pude seguir estudios universitarios, soy técnico en minas, mi mayor alegría es estar hoy aquí en mi pueblo con un proyecto minero, ya que la empresa en la cual trabajo fue contratada para realizar una exploración, pero es un orgullo estar acompañando a todo mi pueblo en esta celebración”.

Carlos con humildad y una sonrisa fresca nos cuenta de las dificultades que tuvo que sortear hasta poder obtener el título ansiado. “En los siete años que estuve viviendo en Cuba, solo pude venir una vez por un par de días a mi casa, a mi pueblo. Somos muy humildes y hoy estoy haciendo la residencia en pediatría en el Materno Infantil de la ciudad de Salta, quiero terminar esta etapa de perfeccionamiento y poder volver a Susques para servir a mi pueblo”.

Osvaldo por su parte nos comenta sus experiencias de vida y laboral “aquí aprendimos a leer, fue la base de nuestra educación, después pude conocer y trabajar en distintas partes del país e incluso en Chile, siempre con esta empresa y realizando exploraciones mineras”.

Cuando Carlos es invitado a hacer uso de la palabra con la sencillez de los grandes y dirigiéndose a los niños les dice “aprovechen lo que es la etapa inicial de la primaria, que es aquí donde se dan los primeros pasos en el aprendizaje, es la base para después seguir aprendiendo”. 

 

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