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Ser voluntario es el acto de llevar a cabo una acción solidaria dirigida hacia un bien social. Esta acción se ejerce sin pedir nada a cambio, aunque muchos de los que participan en instituciones de este rubro aseguran que ayudar al prójimo es reconfortante y satisfactorio, es decir, brinda felicidad y salud emocional.
Al ser una tarea sin remuneración económica, cuesta sostener a personas que trabajen allí responsablemente y de manera continua. Esta necesidad, de incorporar integrantes, afecta a varias Ongs que funcionan en nuestra provincia que están ligadas a diferentes áreas de la sociedad jujeña.
Muchas de ellas afirman que este año fue determinante en su funcionamiento ya que algunos voluntarios participaron en estas actividades de forma esporádica y sin regularidad.
Entre estas instituciones, se encuentra la fundación “Manos Abiertas”, que si bien, cuenta con un importante número de personas abocadas a su accionar asumiendo el compromiso requerido, necesita incorporar a más de ellas. Esta necesidad se debe a que el trabajo voluntario que llevan a cabo cubre diversas áreas sociales, por ende, es amplio y diverso.
La fundación "Manos Abiertas" es una organización de inspiración cristiana abierta a todo hombre y mujer que quiera realizar labores benéficas en el seno de la sociedad. Su misión es servir, promover y dignificar a los más necesitados mejorando su calidad de vida y suavizando las situaciones de pobreza, dolor y carencias que padecen. A esta generosa acción la llevan a cabo a través del trabajo voluntario.
Desde ese concepto, llevan a cabo tres obras en Jujuy, ellas son: la hospedería “San José”, “Buscadores” y un centro de niños. Mediante esas intervenciones colaboran con niños y sus madres en situación de vulnerabilidad, con adultos envueltos en adicciones y con otros que perdieron las esperanzas de seguir.
Este manto solidario con el que abrazan a cada persona que llega a ellos con un problema en particular puede crecer, puede extenderse y abrazar a más, pero la escasez de voluntarios lo impide. Por ello es que piden a la sociedad jujeña que se involucre en su causa que es un bien social y puede ser una buena oportunidad para empezar a cambiar realidades.
“Hace un año que estoy en la fundación y acá encontré cosas nuevas y muy lindas, aun así, quisiera que sigamos avanzando y mejorando en todo lo que se pueda. Soy ingeniero y estoy acostumbrado a los números y estadísticas, pero acá me pregunto ¿cuántos corazones estamos acompañando? Aunque sea uno solo es muy importante porque a ese corazón le cambiamos la vida. Nuestro lema es el uno a uno, por eso entregamos amor a todo aquel que lo necesita para que se sientan parte de nuestra familia. Mientras esto siga adelante y avance es un triunfo de toda la institución y de la sociedad que nos colabora”, mencionó Jorge Hiruela, presidente de “Manos Abiertas”.
Continuó diciendo que “a pesar de que nuestro trabajo es positivo, podemos estar mejor, podemos realizar más servicios y llegar a más gente por eso surge la necesidad de que más personas se sumen”.
También se puede aportar desde lo económico
La institución actualmente no cuenta con el apoyo económico del Estado y es por ello que hacen un llamado a la solidaridad para afrontar los gastos que implica cocinar, mantener el lugar y pagar a los caseros. Incluye alquiler, impuestos, servicios, sueldos de los caseros, además del mantenimiento de la casa y los alimentos que se les entrega a las personas.
Todo esto requiere de un monto importante de dinero que es respaldado por el esfuerzo de los voluntarios que trabajan en la institución, pero muchas veces no se llega a reunir en su totalidad.
Hay diferentes formas de colaborar.
Aportando frecuentemente una cantidad de dinero determinada por cualquier método de pago (efectivo- tarjeta de crédito y débito-cheque-trasferencia-depósito).
También se puede formar un grupo de amigos, para hacer un aporte conjunto frecuentemente a la fundación.
Por ello sugieren una contribución mínima mensual de 20 pesos. Además, en la casa central de la fundación se reciben donaciones de cualquier índole que puede incluir alimentos, ropa en buen estado, útiles escolares, muebles, electrodomésticos y mercadería en general.
Para colaborar con un aporte económico o para integrarse a la institución como voluntario el número de contacto es 388 155259577 (Jorge Hiruela, presidente de la fundación). O también pueden acercarse a la sed ubicada sobre la avenida Almirante Brown 1186.
Tres oportunidades para sonreír y superarse
La institución funciona en 8 provincias, además de la nuestra, en Buenos Aires, Córdoba, Salta, Santa Fe, Entre Ríos, Chaco y San Juan. En Jujuy dio sus primeros pasos el 7 de junio del 2011 brindando a la sociedad un servicio a través de tres obras: la hospedería "San José", "Buscadores" y el centro de niños "Santa Teresita".
Cada una conlleva actividades comunitarias destinadas a diferentes poblaciones en situación de vulnerabilidad, haciendo hincapié en personas en situación de calle y en familias con carencias. Fomentando la inclusión y los valores para una reinserción social y oportunidades de una nueva vida.
En “Manos Abiertas” colaboran aproximadamente 87 voluntarios que están distribuidos en estas actividades y en áreas como ser administrativa, de recursos para captar donaciones y disponer los gastos, área de voluntariado destinada a captar integrantes y un área de comunicación.
“Es reconfortante y duro a la vez porque nos encontramos con realidades difíciles y aunque no estamos preparados hay una actitud, una intención de hacerlo y vamos incorporando conocimientos a través de charla y talleres”, dijo Jorge Hiruela.
Hospedería para adultos con poca esperanza
La hospedería "San José" tiene como objetivo cobijar a hombres en situación de calle ofreciendo un lugar cálido donde puedan asearse, recibir un plato de comida y descansar intentando que se sientan contenidos y aceptados. Se procura en todo momento que su estadía sea temporal, para que cada persona pueda redescubrirse dignamente y sea capaz de reinsertarse en su propio ambiente familiar, social y/o laboral.
Funciona de lunes a viernes de 19,30 a 8 de la mañana, y sábados y domingos todo el día.
Dentro de este hogar que han adoptado 10 hombres con distintas historias, pero desenlaces similares, se viven momentos con un ambiente familiar que ellos junto a los voluntarios construyen día a día.
Llegan cuando la tarde se muere, después de una larga jornada en las calles jujeñas. Luego se higienizan para después entablar un diálogo con los integrantes de la fundación que en muchas ocasiones son asistentes sociales. Comparten momentos lúdicos y de intensas charlas que tienen un solo objetivo: que ellos puedan reinsertarse.
Al día siguiente salen temprano para nuevamente buscar una oportunidad laboral. Haciendo “changas” pasan su tiempo y por la noche vuelven al lugar que se convirtió en su hogar. Ellos saben que no pueden consumir alcohol y deben presentarse en buen estado en su ingreso.
Muchos de estos hombres sienten que fracasaron en su vida y hasta llegaron a pensar en quitarse la vida. Pero “Manos Abiertas” les da otra oportunidad para que busquen un comienzo y un camino diferente al que ya transitaron.
Una búsqueda de abrazos y contención
Los "Buscadores" salen todos los días lunes a partir de las 20 a recorrer diversas arterias de la capital jujeña. A través de un grupo de voluntarios sirven un plato de comida caliente a personas en situación de calle.
El recorrido se hace en base a puntos preestablecidos de acuerdo a la experiencia y el contacto con los "patroncitos", quienes viven en la hospedería.
Esta labor está ligada a brindarles un alimento que pueda nutrirles el alma. Ese alimento es la contención.
“Es muy importante hablar con ellos por eso tratamos tener la suficiente gente para escuchar a las personas. La idea es que sean dos equipos, uno que charle y otro que sirva la comida”, comentó Hiruela.
Alimentos y valores para los pequeños
La tercera obra es la casita del niño “Santa Teresita”, la misma consta en recibir a familias en situación de vulnerabilidad tres días a la semana: lunes, miércoles y viernes desde las 9 hasta las 14.
Asisten pequeños de menos de un año de vida hasta adolescentes de 17, todos acompañados de sus madres. Llegan a la mañana a desayunar, luego hacen sus tareas escolares para luego al mediodía almorzar todos juntos como una gran familia.
“Nuestro objetivo es acompañarlos en sus problemas y dificultades. Intentamos empujarlos para que solucionen sus inconvenientes que principalmente son económicos”, mencionó Silvina de Villanueva, integrante de “Manos Abiertas”.
Las familias provienen en su mayoría de los barrios Alto comedero, San Francisco de Álava, San Pedrito y San Martín.
“Por más que haya tareas que tiene que resolver el Estado siempre hay huecos que se deben llenar con solidaridad, caridad y amor. Porque si no lo haces con amor no se puede lograr esto. Lo hacemos porque queremos ver mejor a las personas y porque las mayores satisfacciones se las encuentra en el trabajo hacia los demás. Es muy difícil encontrarlo en uno solo, en esa relación con el otro crecemos y nos realizamos como personas”, remarcó la voluntaria.
Nueva obra
Si llegan más voluntarios posiblemente la fundación emprenda una nueva obra. La misma irá destinada a acompañar a abuelos. Recorrer hogares de ancianos y brindarles esa contención, afecto y cariño que muchos adultos mayores necesitan porque se sienten en soledad.