¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
17 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Tributan homenaje a Carlos Alberto Alvarado

En el 113 aniversario del natalicio del ilustre médico jujeño se realizó un sentido acto en la escuela que lleva su nombre.
Martes, 07 de noviembre de 2017 00:00

Como ya es tradicional, la escuela N° 338 ubicada en la localidad de El Piquete, honró la figura de ilustre médico jujeño Carlos Alberto Alvarado, al conmemorarse los 113 años de su natalicio. Cabe acotar que el establecimiento enclavado en el departamento Santa Bárbara, en la región de la selva jujeña, ostenta con orgullo su nombre. Para ello, la comunidad educativa, realizó una serie de actividades que concluyeron con un acto conmemorativo.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Como ya es tradicional, la escuela N° 338 ubicada en la localidad de El Piquete, honró la figura de ilustre médico jujeño Carlos Alberto Alvarado, al conmemorarse los 113 años de su natalicio. Cabe acotar que el establecimiento enclavado en el departamento Santa Bárbara, en la región de la selva jujeña, ostenta con orgullo su nombre. Para ello, la comunidad educativa, realizó una serie de actividades que concluyeron con un acto conmemorativo.

El mismo se inició con la presentación de las Banderas de ceremonia Nacional y de la Libertad Civil, símbolo patrio histórico. Luego de la entonación del Himno Nacional Argentino y de la canción de la escuela, la docente de 3° B Sonia Pilinco, se refirió a la señera figura del médico jujeño, resaltando su obra, destacando el rol que tuvo como el organizador del Plan de Salud Rural, creando para ello la figura del agente sanitario y la ronda sanitaria, anticipándose a conceptos que varios años después, se plasmarían en la Atención Primaria de la Salud. Al final de su mensaje, la docente expresó que es un deber de todo alumno de la institución conocer la vida y obra del eminente médico, "cuyo nombre ostentamos con genuino orgullo por ser un verdadero ejemplo para nosotros".

El homenaje de los niños no estuvo ausente y se concretó en las voces de los alumnos de 3° A y B quienes recitaron la poesía "A Carlos Alvarado" y una composición sobre su obra en la medicina local, nacional y mundial. En tanto que los alumnos de 3° B, hicieron un recorrido en la línea del tiempo de la vida del Dr. Alvarado, mostrando las producciones realizadas en clase.

Después del retiro de las Banderas de Ceremonia los alumnos de 3° A, conociendo la lucha que libró el eximio profesional para erradicar enfermedades endémicas que afectaban la zona rural, danzaron una divertida canción: "No me piques mosquita".

De esta manera, la memoria del médico jujeño, sigue presente en el corazón y en la memoria de las nuevas generaciones, que merced al meritorio trabajo de las docentes, van descubriendo su obra en bien de la humanidad.

 

Destellos de su vida

Carlos Alberto Alvarado, nació en San Salvador de Jujuy, el 4 de noviembre de 1904. Sus padres fueron Roque Teodoro Alvarado y María Tránsito Romano. Cursó sus estudios primarios en la Escuela Normal Juan Ignacio Gorriti y los secundarios en el Colegio Nacional Teodoro Sánchez de Bustamante, ambos de su ciudad natal.

En 1923, ingresó a la Universidad de Buenos Aires y egresó en 1928 con el título de doctor en Medicina obteniendo el Diploma de Honor de su promoción. Regresó a Jujuy, escenario de su protagonismo humano y científico. Las primeras actuaciones profesionales las realizó en Tilcara donde fue director fundador del Hospital de Beneficencia Plácida Cari.

En 1929, la Universidad de Buenos Aires y el Gobierno de Jujuy lo becaron para un curso de Paludismo en Italia, donde obtuvo la máxima distinción que se otorgaba. La Universidad de Buenos Aires, le renovó la beca por un año más. Se trasladó a Londres donde logró el diploma de Doctor en Medicina Tropical e Higiene. En 1930 regresó a Jujuy e instaló su consultorio en calle Belgrano donde practicó medicina general.

En 1931, fue designado médico de la Defensa Antipalúdica del Departamento Nacional de Higiene.

Precedido por el éxito de su campaña contra la fiebre amarilla regresó a San Salvador de Jujuy, y se le confió la Dirección Regional de Paludismo de Jujuy. Durante los dos años siguientes se dedicó tesoneramente al estudio de la endemia palúdica. De sus experiencias, obtuvo el método de lucha antimalárica a la que llamó "profilaxis específica" denominada también Plan Alvarado que se constituyó en la base de la organización antimalárica en el país hasta que llegó el DDT (siglas de dicloro-difenil-tricloroetano).

El 26 de abril de 1937, el Poder Ejecutivo de la Nación, creó la Dirección General de Paludismo y fijó lugar de residencia en San Miguel de Tucumán. Alvarado fue designado al frente y se hizo cargo el 27 de Junio de ese año.

En 1955, la Oficina Sanitaria Panamericana, lo designó como asesor de los distintos países del continente y el 27 del febrero de ese año asumió ese cargo en Méjico. En marzo de 1957, pasó a la oficina central en Washington.

En 1959, fue designado Jefe de la Sección Erradicación de la Malaria de la Organización Mundial de la Salud, con sede en Ginebra- Suiza, donde trabajó hasta 1964. El 16 de agosto de 1966, asumió como Ministro de Salud Pública de Jujuy y el 6 de octubre anunció el Plan de Salud Rural.

En 1980 y abatido físicamente por la hemiplejia, el prestigioso médico debió alejarse de toda actividad científica.

El 28 de diciembre de 1986 la provincia perdió a una de las figuras más notorias de los últimos años, la muerte sorprendió al ilustre médico jujeño a los 82 años de edad. Por su lucha contra el paludismo y su contribución a la medicina sanitaria argentina mereció la admiración y el respeto del mundo.