TILCARA. La aparición de los restos óseos descubiertos por un pastor a dos kilómetros al oeste del Angosto de Perchel, echaron a correr varias conjeturas desde que el hecho se hizo público. Recordemos que Lorenzo Calatayud, pastor de Jueya, fue quien dio aviso a la policía el sábado pasado, tras lo que los efec7vos recogieron los restos humanos y sus pertenencias que, según información posterior, se sabe que al dinero extranjero, un zapato femenino, lentes de lectura y la mochila con algunos papeles que se supo originalmente, se le agregarían zapa7llas de niño.
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TILCARA. La aparición de los restos óseos descubiertos por un pastor a dos kilómetros al oeste del Angosto de Perchel, echaron a correr varias conjeturas desde que el hecho se hizo público. Recordemos que Lorenzo Calatayud, pastor de Jueya, fue quien dio aviso a la policía el sábado pasado, tras lo que los efec7vos recogieron los restos humanos y sus pertenencias que, según información posterior, se sabe que al dinero extranjero, un zapato femenino, lentes de lectura y la mochila con algunos papeles que se supo originalmente, se le agregarían zapa7llas de niño.
Opiniones recogidas arman que, por el estado en el que se encontraban los huesos, datarían de al menos cinco años desde el fallecimiento, y los lugareños aseguran que las piezas faltantes habrían sido fruto de la rapiña de animales salvajes, que habrían desenterrado los restos. Esas circunstancias han despertado un viejo recuerdo entre los habitantes de Jueya, localidad ubicada relavamente cerca del sino del macabro hallazgo. Se recuerda a una mujer que trabajaba en un puesto algo alejado de la localidad, entre las quebradas de San José y de Chuchuy, hacia el oeste de Jueya, que hace más de diez años salió con rumbo al hospital de Tilcara y de quien nunca se tuvieron más no7cias. La mujer dejó en aquel entonces niños pequeños, quienes nunca supieron lo que pudiera haberle ocurrido.
Más de una década pasó desde entonces y algunos se animan a creer que el hallazgo de Calatayud podría despejar la incógnita, cuando lo único cierto hasta el momento son los restos encontrados, que la justicia se encargará de determinar a quién pertenecen.
Quebrada de Jueya
Entre las localidades de Tilcara y Huacalera, la Quebrada de Jueya y el Angosto de Perchel son los accidentes geográficos más llamativos si uno transita por la ruta 9. La primera, a cinco kilómetros de Tilcara, es un ancho lecho de río lo más del año seco. A tres kilómetros de la ruta se encuentra el poblado homónimo. El Angosto es un acercamiento de los cerros que enmarcan la Quebrada de Humahuaca, hecho que obliga al río a formar una curva, y se encuentra algunos kilómetros al norte de Jueya. Yendo desde Tilcara, poco antes de llegar al Angosto hacia el oeste, entre una importante antena y la escuela de Perchel, senderos de pastores van subiendo los huaycos. En camioneta podrían hacerse unos 200 metros, tras lo cual, si se va desde la ruta, se deben andar aproximadamente dos kilómetros para llegar al sitio donde aparecieron los restos semienterrados en el andar de uno de esos huaycos.