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La joven que derribó prejuicios y enseña a vivir con dignidad

Agustina Herrera, con Síndrome de Down, acaba de incorporarse como empleada del Juzgado Civil Nº 5.Dice que le encanta trabajar y que en la oficina se siente "una más". Está pensando en aprender a manejar.
Viernes, 01 de diciembre de 2017 16:47

 

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Agustina Herrera, que quiere ser abogada, recomendó a los padres de chicos con Síndrome de Down que los animen a trabajar.

Encontrarse con Agustina fue un baño de entusiasmo. Bajita, con los ojos bien abiertos, observando los equipos de grabación, me saludó con una sonrisa plena y fue derecho a sentarse presta para la entrevista, sin dudarlo. Le conté qué cosas le iba a preguntar, y que no debía prestarle atención a la cámara. Se portó como una verdadera profesional.

Agustina Herrera, una joven de 27 años con Síndrome de Down, acaba de incorporarse como empleada del Juzgado Civil N§ 5 a cargo de Marisa Eliana Rondón, gracias a la ley 22.431. Pero si bien la beneficia, no le presta mucha atención a eso. Tampoco es su primer empleo ya que hizo pasantías en dos empresas como secretaria, por eso el actual le permitirá seguir estando activa, socializando, y claro, ganando dinero. La acompaña su integradora laboral de la Asociación "Todos Juntos" y es clave en el éxito de su desempeño. La asistirá durante un lapso corto de tiempo hasta que pueda manejarse de manera independiente. Cuando llegue a esa instancia sólo supervisará su desempeño visitándola una vez a la semana.

Agustina se levanta con entusiasmo, bien temprano, elige su ropa, se viste y se arregla para ir a trabajar. Según sus compañeras, hasta quiere quedarse más de la cuenta, por lo que deben convencerla de que sus tareas terminaron por ese día.

¿Qué es esto de tener trabajo? ¿Estás contenta, te gusta? Estoy contenta, me gusta, me siento cómoda. Me preguntaron si me gustaría trabajar y dije que sí, me encantó mucho.

¿Cómo fue tu primer día de trabajo? -Lindo, les dije que me hagan un desayuno de bienvenida y lo tomamos. Ayer estuve enumerando expedientes, un montón, fui a sacar copias. Hoy fui a hacer trámites. Me encantó. En realidad, yo siempre me levanto con muchas ganas de trabajar. Antes trabajaba de lunes a sábados en una constructora. Estuve de secretaria, llenaba legajos, pasaba notas en la compu, archivaba las facturas. Acá por ahora estoy con los expedientes, numerándolos, después los coseré y los pasaré a la compu.

¿Qué te gustaría hacer de tu vida de acá a diez años, cuando tengas 37? ¿Cómo te ves?

Me gustaría ser abogada. Me gustaría defender a la gente a la que engañan.

¿Qué te dijeron tus amigas, tu familia cuando supieron que ibas a trabajar?

Mi hermana, mi cuñado y mis amigas se pusieron muy contentos.

Por ahora venís con Luciana (integradora laboral) pero después vas a poder manejarte sola.

Sí, vengo con Luciana, aunque con el auto podría manejarme sola, tendría que aprender a manejar. No manejo, pero ya lo voy a hacer.

¿Tenés novio? - No, por ahora no. Mi hermana nomás.

¿Te sentís distinta?

No, me siento cómoda, una más.

¿Qué le dirías a las mamás de niños con Síndrome de Down?

Que animen a sus hijos a trabajar.

¿Porqué es muy importante para vos trabajar?

Porque es relajado, ­y me re encanta!

Vas a cobrar además, vas a tener platita, ¿qué vas a hacer con eso?

Me iré de viaje, compraré ropa, cds Quiero ir a todos lados.

Quisiera que con tu primer sueldo tomemos el té, ¿promesa?

En realidad yo no tomo té. Tomo mate cebado o café.

Después del abrazo de despedida, Agus fue a continuar con su trabajo, el hecho de haber dado una nota la hizo sentir importante, sobre todo cuando sus compañeras de trabajo la felicitaron. Para ella salir adelante fue muy difícil en los últimos años, ya que fallecieron sus padres quedando a cargo de su hermana, persona fundamental en su vida, que permite que sea como es, expresiva, libre, pícara y muy independiente.

Luciana Danelli, integradora laboral, nos cuenta que estuvo trabajando en dos empresas con la modalidad de pasantía "y lo hacía muy bien". La dinámica del trabajo de Luciana es estar con ella desde que entra hasta que sale. Marcarle la rutina laboral, las tareas que se le van presentando, hasta que ella se adapte. Su función entonces será realizar visitas semanales para poder ver cómo continúa.

Luciana opinó también que fue muy bien recibida por sus compañeros de trabajo, "ahora se desempeña como secretaria administrativa, comenzó foliando expedientes, y de a poco se le van a ir agregando tareas, de acuerdo a las necesidades que se presenten y sus capacidades".

Al preguntar sobre cómo es Agustina, un sinfín de elogios superaronlas expectativas: "Es una joven muy amorosa, donde va se hace querer, es muy buena, transmite mucha alegría.Una llega de una manera, pero te saca una sonrisa siempre". Más allá de la propia personalidad, única e irrepetible, hay algunas conductas comunes a las personas con Síndrome de Down: se aferran a una rutina de la que difícilmente se apartan, con lo que se puede esperar que raramente falten a sus trabajos. Enfrentan sus actividades con entusiasmo. Las personas con síndrome de Down suelen desempeñar sus tareas muy motivadas y con un alto sentido de la responsabilidad.

Es importante saber que una discapacidad y una enfermedad son cosas distintas. Una discapacidad es un estado de salud de la persona. Una persona con discapacidad no es una persona enferma, aunque puede enfermarse como cualquier otra persona. La mayoría de las personas que tienen una discapacidad no tiene una mayor propensión a contraer enfermedades. Por lo tanto, es un prejuicio creer que por tener una discapacidad vaya a faltar. "Son un ejemplo para todos, porque no faltan nunca. Son trabajadores. Los chicos integrados en general tienen compañeros de trabajo contentos con ellos".

En la actualidad, la Asociación "Todos Juntos" posee ocho jóvenes integrados laboralmente, distribuidos en el Concejo Deliberante, Tribunales, Legislatura, supermercados y una joven que se desempeña como auxiliar en un jardín de infantes. "Al niño hay que criarlo como uno más. Cambiaron los tiempos y hoy se llega lejos. Sé que hay miedos, pero hay que dejarlos crecer. Todo se puede", dijo la integradora laboral aconsejando a las madres que acaban de ver nacer a su hijo con trisomía del par 21. Tener Síndrome de Down es trabajo full time prácticamente desde que se nace. Las terapias comienzan desde muy temprana edad, primero de forma lúdica, después se intensifican. Estimulación temprana, psicopedagogía, kinesiólogía, psicomotricidad, fonoaudiología, terapia ocupacional, psicología, etc. Hay una variedad de tareas y todas ellas asumidas con una sonrisa. Son grandes guerreros, con muchas ocupaciones. Para sus compañeros la ansiedad, la sorpresa y las dudas no fueron menores cuando les informaron que trabajarían con Agustina.

"Fue una noticia muy hermosa, estábamos muy emocionados esperándola, estuvo muy bien, vamos permanentemente a verla, a charlar para ver cómo está, aunque ella sigue trabajando. Es un gran ejemplo para todos nosotros", mencionó Natacha Bulivacich, quien comparte con ella el área de trabajo y que no había tenido hasta el momento experiencia alguna ni en lo familiar ni en lo laboral con personas con discapacidad. "La verdad es que eso me preocupaba mucho, pero vino con su acompañante, y ella nos guía sobre cómo ayudarla y que se sienta lo más cómoda posible", "yo creo que nos va a enseñar mucho, a todos, tanto a mí como a las chicas y chicos que están con ella. Es una persona hermosa, y es muy lindo compartir con ella".

Un cambio para bien

DISTENDIDA/ LA ENTREVISTA CONCEDIDA POR AGUSTINA A LA PERIODISTA DE NUESTRO MATUTINO.

Sin duda que los tiempos cambiaron y para bien. A diferencia de la mirada que se tenía hace muchos años atrás sobre esta condición, ya no es vergonzante tener un hijo con trisomía. Son muy pocas las personas con esa condición criadas en el encierro como eternos bebés. Hoy verlos en una escuela común es una postal cotidiana, terminar la secundaria y hasta hacer una carrera terciaria o universitaria, buscando ser “uno más”, como dice Agustina es algo posible. Hacen deportes, se enamoran, tienen sus días difíciles, se casan, como cualquier ser humano promedio. 
Uno de los secretos más importantes es la estimulación permanente, y el conocimiento de la sociedad que los rodea: por sobre todo una persona con Síndrome de Down es eso, persona, con derechos y deberes. No son ángeles -afirmarlo también sería discriminar- ni enfermos. Necesitan que el mundo entienda que tienen sueños, anhelos, necesidades, y falta de oportunidades. Perder el miedo es nuestro deber para poder comprender y ayudar. Después de todo, hemos venido a la vida para ser felices y somos en parte responsables de eso. 

¿Qué dice la ley?

La ley 22.431 establece en sus artículos 8 y 10, que las personas con discapacidad tienen derecho a un empleo en la administración pública nacional, organismos descentralizados o autárquicos, los entes públicos no estatales, en las empresas del Estado, las empresas privatizadas, en las empresas concesionarias de servicios públicos, gobiernos provinciales y las municipalidades. La inserción laboral en igualdad de oportunidades es de obligado cumplimiento como política pública del Estado Nacional, estando obligados a ocupar personas con discapacidad que reúnan condiciones de idoneidad para el cargo, en una proporción no inferior al cuatro por ciento (4%) de la totalidad de su personal de planta permanente (efectiva). 

EN LA OFICINA / LA JOVEN POSA JUNTO A SUS COMPAÑERAS DE TRABAJO, EN EL JUZGADO CIVIL 5. SE SIENTE MUY FELIZ EN SU TRABAJO.