Cerca del final de un año, se hace necesario reflexionar sobre lo ocurrido para iniciar un nuevo período con un horizonte. Y si al final de este año, nos proponemos reflexionar sobre educación, o mejor dicho cambios en la educación, la situación se torna compleja. Se nos pasan por la cabeza las propuestas, la evaluación a través del operativo Aprender, el conflicto gremial, los días de paro, el anuncio de un nuevo Sistema de Educación Superior, la resolución 7.239, la discusión, las marchas, el llamado a un Pacto Educativo, Tecnópolis, Infinito por Descubrir, entre otros tantos acontecimientos.
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Cerca del final de un año, se hace necesario reflexionar sobre lo ocurrido para iniciar un nuevo período con un horizonte. Y si al final de este año, nos proponemos reflexionar sobre educación, o mejor dicho cambios en la educación, la situación se torna compleja. Se nos pasan por la cabeza las propuestas, la evaluación a través del operativo Aprender, el conflicto gremial, los días de paro, el anuncio de un nuevo Sistema de Educación Superior, la resolución 7.239, la discusión, las marchas, el llamado a un Pacto Educativo, Tecnópolis, Infinito por Descubrir, entre otros tantos acontecimientos.
Sin embargo, creo que este año el eje de discusión en el ámbito de las políticas públicas de educación, a diferencia de otros años en los que circunscribía a las condiciones de infraestructura o la discusión salarial únicamente, se centró en el tránsito hacia la calidad de educación que queremos. Y esa búsqueda de la calidad necesariamente tuvo que partir desde el diagnóstico de las políticas actuales.
Los resultados del operativo Aprender 2016 que ubicaron a Jujuy entre una de las provincias con menor rendimiento en varios ítems, la situación social vulnerable y los altos índices del desempleo, el proyecto de un cambio de matriz productiva y otros factores pusieron y pondrán a las políticas educativas en el ojo de la tormenta. El descuento de los días de paro y la implementación de un plus por presentimos a los docentes fueron medidas tomadas por el Ministerio de Educación en el primer semestre del año que despertaron críticas del sector gremial, pese a que estuvieron impulsadas con el propósito de garantizar los 180 días de clases de los alumnos y disminuir el ausentismo docente. Luego el anuncio del "Plan integral de mejora del sistema formador provincial", que contuvo a la resolución 7.239, despertó nuevamente la crítica de sectores sociales que consideraron una afrenta a la educación pública. En esa oportunidad la ministra Isolda Calsina indicó que "es imposible seguir formando docentes" para un "mercado saturado" por los próximos 10 años y propuso la diversificación de las carreras, anunció la apertura de muchas tecnicaturas sobre energías solar, minería, tecnología e informática en el territorio provincial. Planteó la necesidad de dar respuesta de esta forma al cambio de matriz productiva y el desempleo. Y que la discusión sea planteada en el ámbito del Pacto Educativo, donde se propone "discutir las metas". Ese será el desafío del próximo año, dar lugar a la discusión saludable en una sociedad que se involucra y opina sobre lo que quiere en el futuro. Todos queremos una educación pública que nos garantice inclusión y crecimiento personal y social. Tremendo desafío.