El Ministerio de Educación de la Provincia de Jujuy está tomando decisiones que generan tensión e incertidumbre en la comunidad educativa, de la que todos formamos parte. El mes pasado, se “suspendieron transitoriamente” las inscripciones en varios profesorados, medida que fagocitó el debate sobre la “utilidad” de la educación. ¿Es lícito diseñar la oferta del sistema educativo en función de las oportunidades de inserción laboral? Si la educación es un derecho humano fundamental, ¿no tendrían los Estados que implementar un sistema educativo que promueva también el desarrollo humano? En estos días, el foco de la nueva polémica se concentra en la Escuela Provincial de Teatro “Tito Guerra”, que se enteró por la página oficial del Ministerio de Educación del desalojo y traslado de la Escuela de Teatro a otro centro educativo, la Escuela Helen Keller.
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El Ministerio de Educación de la Provincia de Jujuy está tomando decisiones que generan tensión e incertidumbre en la comunidad educativa, de la que todos formamos parte. El mes pasado, se “suspendieron transitoriamente” las inscripciones en varios profesorados, medida que fagocitó el debate sobre la “utilidad” de la educación. ¿Es lícito diseñar la oferta del sistema educativo en función de las oportunidades de inserción laboral? Si la educación es un derecho humano fundamental, ¿no tendrían los Estados que implementar un sistema educativo que promueva también el desarrollo humano? En estos días, el foco de la nueva polémica se concentra en la Escuela Provincial de Teatro “Tito Guerra”, que se enteró por la página oficial del Ministerio de Educación del desalojo y traslado de la Escuela de Teatro a otro centro educativo, la Escuela Helen Keller.
No es la primera vez que los espacios de formación artísticas están amenazados por desalojo, suspensión y/o cierre durante esta Gestión de Gobierno. En un inicio fueron los Sistemas de Orquesta. En agosto del 2016, el IES Nº 3 que alberga al profesorado de Teatro sostuvo la misma lucha que hoy sostiene la Tito Guerra y en las mismas condiciones: el anuncio de la medida se realizó justo en el período de cierre de actividad educativa y la resolución edilicia que concernía al “traslado” quedaba sin resolver. En este contexto, las instituciones cierran el año sin expectativas de continuidad: ¿cómo planificar inscripciones para el ciclo 2018 si ni siquiera se tienen certezas respecto a la ocupación de un edificio donde realizarlo? ¿No es lo mismo esto que la “suspensión transitoria de inscripciones” que sufrieron otros profesorados el mes pasado?
El director de la Escuela “Tito Guerra”, Gerardo Albarracín, sostiene que el Ministerio de Educación lo citó con anterioridad, para conversar sobre el “posible traslado de la Escuela” y que se habían evaluado espacios alternativos. Sin embargo, el equipo directivo de la Tito Guerra no aprobó como aptos los espacios estudiados, motivo por el cual elevarán el próximo martes 19 de diciembre una propuesta de compra de predio para edificar un espacio idóneo donde trasladar a la Escuela. Albarracín informa que la Escuela de Teatro nunca recibió comunicación institucional formal, por tanto, les sorprendió la declaración de la Directora de Educación Superior, Natalia García Goyena, en pasado trece de diciembre: “Trasladarán la Escuela de Teatro “Tito Guerra” a un espacioso edificio”. García Goyena declaraba que el destino de la Tito Guerra será la Escuela Heller Keller. En este sentido, la comunidad educativa de la Heller Keller también reaccionó a la medida y rápidamente salió a manifestar su rechazo a la misma. A la vez, el criterio de “espacialidad” de la propuesta ministerial no se corresponde con la “idoneidad” de las infraestructuras edilicias que precisa la docencia de disciplinas teatrales. En definitiva, parece que el “estilo” del Ministerio de Educación consiste en “comunicar” decisiones en períodos críticos de cierres/aperturas de inscripciones, sin tener en cuenta el consenso con la comunidad educativa, activando “desalojos, traslados y suspensión de inscripciones” sin resolver las condiciones de los mismos. Parece pertinente preguntarse por qué este Plan integral de mejora del sistema formador provincial no ha sido consensuado ni formulado de manera clara con los principales actores de la misma: la comunidad educativa provincial. El desempeño del Ministerio de Educación Provincial muestra que las artes no son una prioridad para el mismo: prevalece el principio de “utilidad” que esgrime en el diseño de la oferta educativa, por lo tanto, inclina la balanza de las políticas públicas para la educación en clara desventaja para el fomento del desarrollo humano. Somos “activos diferenciales” para el sistema productivo antes que personas con voluntad de realización plena.