A pesar de que en seis municipios de la provincia se aprobó la ordenanza de "Pirotecnia 0", ayer al recibir la Navidad se logró comprobar que todavía falta mucho para que las normativas se cumplan.
inicia sesión o regístrate.
A pesar de que en seis municipios de la provincia se aprobó la ordenanza de "Pirotecnia 0", ayer al recibir la Navidad se logró comprobar que todavía falta mucho para que las normativas se cumplan.
A nivel provincial todavía no existe una ley al respecto, aunque la Legislatura se encuentra trabajando en un proyecto.
El tema del uso de artefactos pirotécnicos es una disputa de vieja data, donde pese a los esfuerzos por desterrar una práctica muy arraigada en las costumbres jujeñas, todavía no existe una norma severa que permita poner fin a esta problemática
En la provincia, son seis los municipios que ya cuentan con la ordenanza de "Pirotecnia 0": San Antonio, El Carmen, La Quiaca, Libertador, San Pedro, Palpalá y Perico, comunas que en busca de lograr un territorio libre de pirotecnia, prohibieron la fabricación, tenencia, el expendio y la utilización de fuegos de artificio en sus respectivas jurisdicciones. Sin embargo, ninguno pudo superar la "prueba de fuego" que significó la noche del 24.
Para verificar el cumplimiento de las ordenanzas, El Tribuno de Jujuy realizó un relevamiento por las seis comunas "libres de pirotecnia", donde si bien en algunas de estas ciudades se notó un descenso en el uso de artefactos pirotécnicos, ninguno alcanzó a erradicarlo por completo y peor aún, dejó en evidencia la falta de control en cuanto a la venta de estos productos.
En San Antonio se pudo percibir una reducción del 70 por ciento aproximadamente, a las 12 de la noche con la llegada de la Navidad. No obstante, durante toda la jornada se notó en la localidad un permanente uso de las llamadas "cañitas voladoras" o "baterías" principalmente.
La Quiaca fue otro de los municipios que quedó muy lejos de cumplir con la prometida "Pirotecnia 0". A pesar de la fuerte campaña que realizaron desde la protectora de animales "Angelitos Callejeros" de dicha ciudad y el Cuartel VIII de bomberos que apostaron por concientizar a través de las redes sociales sobre las consecuencias, se pudo apreciar una reducción de apenas el 30 por ciento en la mayoría de los barrios.
En el centro de la ciudad fronteriza, sin embargo, hubo un mayor compromiso de los vecinos, según apreciaron, puesto que si bien se utilizaron fuegos artificiales, sólo fueron de luces y no de estruendo.
En Libertador la situación fue parecida. Las protectoras de animales y familiares de personas con autismo se pusieron "al hombro" la tarea de concientizar sobre los graves daños que ocasionan los cohetes. Para ello en las últimas semanas llevaron adelante charlas en las plazas y calles céntricas, pero no lograron su objetivo, puesto que sólo se redujo en un 50 por ciento el uso de pirotecnia.
Por lo pronto, se esperan pronunciamiento en contra por la fuerte desobediencia de la ordenanza y analizar cómo mejorar la normativa ya que la principal falencia fue que en las localidades vecinas, si vendieron pirotecnia, por lo que muchos vecinos de Libertador aprovecharon para comprar en sitios como Calilegua y Fraile Pintado, donde se instalaron numerosos puestos ambulantes sin ningún tipo de restricción.
San Pedro fue uno de los últimos municipios en adherir a la "Pirotecnia 0", no obstante la iniciativa ayudo de manera considerable a reducir el uso de fuegos artificiales durante la Nochebuena. Según comentaron los vecinos, se apreció una reducción del 50 por ciento.
Si bien en la comuna sampedreña no se montaron puestos de venta ambulante y tampoco se autorizó la apertura de locales, el problema se dio en que el municipio de La Esperanza (ubicado a menos de 10 kilómetros de distancia) todavía no cuenta con una normativa al respecto, por lo que incluso se autorizó la instalación de una "feria de cohetes", lo que permitió que muchos vecinos de San Pedro se trasladaran hasta ahí para comprar algo de pirotecnia para celebrar la llegada de la Navidad.
A principios de diciembre, Perico se sumó a la lucha contra la pirotecnia, aunque con una particularidad: se prohibió el uso de artificios de pirotecnia de impacto sonoro que supere los 50 decibeles, así como también se estableció la prohibición de venta ambulante y en la vía pública de artificios pirotécnicos.
Sin embargo, ninguno de las dos prohibiciones se cumplió ya que según informaron los vecinos de dicha ciudad, la gente hizo caso omiso a la distinción en cuanto a fuegos artificiales luminosos y de estruendo. Asimismo, tampoco se realizaron controles en cuanto a la venta ya que se pudo observar numerosos puestos callejeros en diferentes puntos de la ciudad.
Palpalá aprobó su ordenanza hace ya un año y aunque fue considerable el descenso en cuanto al uso de cohetes (más del 50 por ciento), la gran falla se registró en el expendio de estos productos porque en diferentes puntos de la ciudad siderúrgica se instalaron puestos de venta callejera que trabajaron sin ningún tipo de restricción a lo largo de la última semana, dejando en evidencia la falta de control para garantizar el cumplimiento de la normativa.
El Carmen fue quizás uno de los municipios ejemplares, donde el tema de la pirotecnia se redujo considerablemente. Si bien todavía hay quienes eligen festejar con fuegos de artificio, el 80 por ciento de las familias, optó por abandonar esta práctica y adecuarse a las normas de la comuna.
Es importante destacar que la venta estuvo totalmente restringida y hubo control permanente por parte de la comuna para evitar que se viole la ordenanza.