Lo despidieron sus "ángeles terrenales", tal como él les decía a sus chicos de "Sol y Arte". Fue en la tarde del domingo, muy gris para ser Navidad, quizás por la tristeza de Jujuy. Ese día, en el sepelio del querido músico Ernesto "Negro" Altamirano, sonaron los sones de nuestro folclore, de la mano de músicos que quisieron darle su último adiós.
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Lo despidieron sus "ángeles terrenales", tal como él les decía a sus chicos de "Sol y Arte". Fue en la tarde del domingo, muy gris para ser Navidad, quizás por la tristeza de Jujuy. Ese día, en el sepelio del querido músico Ernesto "Negro" Altamirano, sonaron los sones de nuestro folclore, de la mano de músicos que quisieron darle su último adiós.
Elías Ábalos, Esteban Galarce, el Chango Huayra y otros con su música, Luis Chañi con su presencia, y un grupo enorme de alumnos y docentes del Centro de Educación Artístico Especial Asociación "Sol y Arte", que el maestro supo llevar adelante junto a su hija Gabriela Altamirano.
El músico jujeño falleció en la tarde del sábado.
En el cementerio se hicieron presentes familiares, amigos y colegas.
Palabras de despedida
Hablaron en su último adiós, su hija Gabriela, Esteban Galarce en nombre de los músicos, llegó una carta de los músicos de San Pedro, los padres de los jóvenes que se beneficiaron con su trabajo de integración a través del arte, y mayormente se expresaron los propios artistas de la asociación que él presidió, que a primera vista parecieran quedar huérfanos de un gran y amoroso protector y guía.
Sin embargo, cuando pasen los primeros tiempos de tristeza, seguramente sus alumnos con talento por sobre su discapacidad serán muy felices sabiendo que sin dudas, ellos bailando, cantando, actuando, son una de las mejores herencias que dejó el maestro a nuestra sociedad, y una de las mejores enseñanzas.