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¿Estás soltero, separado o viudo? ¿Sentís el deseo de entablar una relación con alguien más? Comparto a continuación algunas ideas prácticas que te pueden ayudar a construir una "relación de a dos" sana que sume y dure para toda la vida.
1. Permitir que pase, al menos, un año desde la finalización de tu última relación
Actualmente es muy común ver a personas, de cualquier edad, que conocen a alguien y casi inmediatamente se van a vivir juntos. En algunos casos, esto resulta bien pero la realidad nos demuestra que a veces puede ser contraproducente. Lo cierto es que, cuando nos enamoramos y sentimos que no podemos vivir sin el otro, no somos capaces de ver con claridad. Entonces le adjudicamos a él o a ella rasgos que tal vez no posea (de lo cual nos daremos cuenta muy pronto al convivir).
Está comprobado que el enamoramiento decrece a medida que pasa el tiempo y llega el momento en el que comenzamos a ver al otro como realmente es. De ahí que el consejo sea esperar y conocer mejor a quien tenemos a nuestro lado, antes de comprometernos a largo plazo. Hoy se hace uso de las redes sociales para conocer a alguien, pero no es lo mismo "chatear" que "conversar" con alguien cara a cara y ver sus reacciones. ¡No te apresures!
2. Tener en cuenta la velocidad de la otra persona y la mía
¿Qué significa esto? No todos tenemos las mismas urgencias en la vida. Una mujer, por lo general, tiene mucho más presión externa (e interna) que un hombre, a la hora de formar pareja. A veces el motivo es su edad, y a veces el anhelo de convertirse en madre. En las cuestiones del corazón, ellas suelen ir en un coche de fórmula uno y ellos, en bicicleta...
En la cultura que vivimos, la presión del afuera es fuerte porque nos han inculcado que las mujeres, si no tienen un compañero o no son madres, son "solteronas" o "incompletas". Nada más lejos de la realidad. Dichos mandatos culturales pueden conducir a una mujer a iniciar una relación con alguien que no conoce bien y termina sometiéndola, algo tan común por estos días.
3. Prestar atención al estilo de vida de la otra persona y al mío
Cuanto más jóvenes somos, más fácil nos resulta formar pareja porque todavía no tenemos los hábitos negativos que se van acumulando con los años. No nos cuesta cambiar lo que sea necesario. Pero para alguien de 40, 50, 60 años o más, con hábitos bien establecidos, es más difícil modificar algo cuando tiene que compartir su vida con alguien. Esto no quiere decir que sea imposible. Siempre se puede cambiar, cuando hay voluntad. Una pareja recién formada, a cualquier edad, deberá crear su propio mundo y eso suele llevar tiempo.
4. Dejar muy en claro cuáles son las expectativas de cada parte
Es casi imposible que una pareja con expectativas sobre el mañana distintas funcione bien. Por ejemplo, si ella es divorciada con hijos y él es soltero sin hijos, deberán sentarse a charlar en algún momento sobre si ambos desean tener hijos en común. Tal vez ella no quiera volver a ser madre... Cuestiones como esas son fundamentales para no llevarnos sorpresas más adelante, que puedan perjudicar la relación.
Todo lo que no se habla con claridad, con el tiempo, puede generar conflictos y llegar a separar a la pareja.
5. Resolver las historias del pasado, antes de comprometerse con alguien más
Para conocer a alguien, enamorarse y comprometerse, es necesario cerrar las relaciones anteriores. Muchas personas buscan (y encuentran) pareja, cuando todavía siguen estando en guerra con su ex. En la mayoría de los casos, lo hacen porque se sienten solos; pero algunos lo toman como una revancha hacia su ex, actitud que no puede terminar en nada bueno.
Si estás, o te sentís, solo, lo ideal es que salgas con amigos, no que formes pareja. La finalidad de la pareja idealmente es construir un proyecto de vida en común a largo plazo. Nadie se une a otra persona para después separarse. Pero para estar con alguien, es fundamental estar sano y ser feliz sin compañía, lo cual nos permitirá ser felices juntos.
Si tenés alguna inquietud, podés escribirme [email protected]