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Preocupa el avance geográfico de los casos de fiebre amarilla | fiebre amarilla, salud, Brasil

Martes, 14 de febrero de 2017 01:30
5AEDES AEGYPTI LA FIEBRE AMARILLA ES UNA INFECCIÓN VIRAL QUE SE TRANSMITE POR LA PICADURA DE UN MOSQUITO INFECTADO.<br><br>
Con más de mil casos notificados de fiebre amarilla en ciento veintiún municipios de seis estados de Brasil, el Ministerio de Salud del país vecino recomendó que las personas que estén planeando viajar a cuatro de esos distritos extremen las precauciones para evitar la infección. Son Río de Janeiro, Espíritu Santo, Bahía y Minas Gerais, que es donde se confirmaron brotes en seres humanos.
En el resto, la infección viral que se transmite a través de mosquitos se diseminó entre monos de áreas selváticas.

En las zonas de riesgo de Argentina es obligatoria la vacunación

"La distribución geográfica de los casos confirmados se está ampliando y, en la actualidad, incluye no sólo el estado de Minas Gerais, sino también los de Espíritu Santo y San Pablo.
Además, se están investigando seis casos en el estado de Bahía", informó hace dos semanas la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El viernes pasado, el Ministerio de Salud brasileño actualizó la información epidemiológica, de acuerdo con los registros del brote que comenzó el 1 de diciembre pasado.
Informó que se notificaron 1170 casos de fiebre amarilla selvática (no urbana): se confirmaron 230 (19,7%) y se descartaron 93 (7,9%). El resto (72,4%), continúa en estudio. Las autoridades le atribuyeron a la infección 79 de las 186 muertes que se investigan.
La fiebre amarilla es una infección viral que se transmite por la picadura de un mosquito infectado. Los síntomas, cuando aparecen, son fiebre, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, ictericia (color amarillento en la piel y los ojos), dolor muscular y cansancio generalizado. Duran poco menos de una semana, pero en un pequeño porcentaje reaparecen a las 24 horas con más gravedad. Es, como indica la OMS, una segunda fase, más tóxica, que afecta distintos órganos. La mortalidad es más alta en esta fase de la enfermedad.
En las zonas urbanas, el mosquito vector del virus de la fiebre amarilla es el Aedes aegypti, el mismo que transmite el dengue, el zika y la fiebre chikungunya.
En la transmisión selvática, como ocurre en Brasil, intervienen mosquitos de otros dos géneros: Sabethes o Haemagogus.
"Lo que está sucediendo en Brasil ya se vivió varias veces en la región, como, por ejemplo, los casos de Paraguay y el noreste de la Argentina en 2008", comentó Nicolás Schweigmann, que dirige el Grupo de Estudio del Mosquito (GEM) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. "Hubo epizootias [epidemias en animales] en monos, en las que intervienen mosquitos de los géneros Sabethes o Haemagogus", agregó.
Brasil informó hasta ahora 623 epizootias en primates no humanos, en las que murieron 1513 monos. Las pruebas confirmaron fiebre amarilla en 341 casos.
En tanto, las personas afectadas, según lo que informan las autoridades brasileñas, no estaban vacunadas contra la enfermedad y visitaron zonas selváticas donde contrajeron la infección por la picadura de esos mosquitos ya infectados. La mayoría de los afectados son hombres, de entre 31 y 60 años.
Por eso, según explicó Schweigmann en una entrevista con el diario La Nación, "es que en las zonas de riesgo (donde hay monos y esos géneros de mosquitos) es obligatoria la vacuna contra la fiebre amarilla".
En nuestro país, la vacunación es obligatoria en las provincias del norte, como Misiones, Formosa y Corrientes.
A mediados de enero, el Ministerio de Salud de la Nación amplió esa recomendación sólo a la población que iba a viajar a aquellas zonas del país vecino donde se estaban registrando los casos. Hasta ese momento, no eran las áreas de playas a las que se suele ir por turismo.
Pero un informe preliminar del ministerio amplía esa recomendación a los municipios del sur y el suroeste del estado de Bahía, todos los municipios de Espíritu Santo y los municipios del norte de Río de Janeiro, limítrofes con los estados de Minas Gerais y Espíritu Santo.
"Pero -se advierte en el informe- las áreas de vacunación propuestas por Brasil tienen diferencias, incluyen menos municipios de la zona costera que los recomendados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS)."
Esto significa que podrían existir variaciones entre los datos epidemiológicos que aporta Brasil y los registros con los que la OPS elabora los mapas de áreas de riesgo.
De ser así, se estaría retrasando la información que debería recibir la población que visita las áreas de playa. Si fuera más grave el escenario epidemiológico en Brasil, las autoridades podrían comenzar a exigir que las personas que llegan al país de las zonas donde circula el virus o consideradas de riesgo tengan que presentar un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla.
Por ahora, el Ministerio de Salud argentino recomienda que se vacunen las personas que viajen al sur y el sudoeste de Bahía, a cualquier localidad del Estado de Espíritu Santo y a los municipios del norte de Río de Janeiro, limítrofes con los estados de Minas Gerais y Espíritu Santo, según el equipo técnico de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles y los especialistas de la oficina de la OPS en la Argentina. "Se está monitoreando el avance geográfico de los casos y la posibilidad de ampliar la recomendación de vacunación".
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Con más de mil casos notificados de fiebre amarilla en ciento veintiún municipios de seis estados de Brasil, el Ministerio de Salud del país vecino recomendó que las personas que estén planeando viajar a cuatro de esos distritos extremen las precauciones para evitar la infección. Son Río de Janeiro, Espíritu Santo, Bahía y Minas Gerais, que es donde se confirmaron brotes en seres humanos.
En el resto, la infección viral que se transmite a través de mosquitos se diseminó entre monos de áreas selváticas.

En las zonas de riesgo de Argentina es obligatoria la vacunación

"La distribución geográfica de los casos confirmados se está ampliando y, en la actualidad, incluye no sólo el estado de Minas Gerais, sino también los de Espíritu Santo y San Pablo.
Además, se están investigando seis casos en el estado de Bahía", informó hace dos semanas la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El viernes pasado, el Ministerio de Salud brasileño actualizó la información epidemiológica, de acuerdo con los registros del brote que comenzó el 1 de diciembre pasado.
Informó que se notificaron 1170 casos de fiebre amarilla selvática (no urbana): se confirmaron 230 (19,7%) y se descartaron 93 (7,9%). El resto (72,4%), continúa en estudio. Las autoridades le atribuyeron a la infección 79 de las 186 muertes que se investigan.
La fiebre amarilla es una infección viral que se transmite por la picadura de un mosquito infectado. Los síntomas, cuando aparecen, son fiebre, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, ictericia (color amarillento en la piel y los ojos), dolor muscular y cansancio generalizado. Duran poco menos de una semana, pero en un pequeño porcentaje reaparecen a las 24 horas con más gravedad. Es, como indica la OMS, una segunda fase, más tóxica, que afecta distintos órganos. La mortalidad es más alta en esta fase de la enfermedad.
En las zonas urbanas, el mosquito vector del virus de la fiebre amarilla es el Aedes aegypti, el mismo que transmite el dengue, el zika y la fiebre chikungunya.
En la transmisión selvática, como ocurre en Brasil, intervienen mosquitos de otros dos géneros: Sabethes o Haemagogus.
"Lo que está sucediendo en Brasil ya se vivió varias veces en la región, como, por ejemplo, los casos de Paraguay y el noreste de la Argentina en 2008", comentó Nicolás Schweigmann, que dirige el Grupo de Estudio del Mosquito (GEM) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. "Hubo epizootias [epidemias en animales] en monos, en las que intervienen mosquitos de los géneros Sabethes o Haemagogus", agregó.
Brasil informó hasta ahora 623 epizootias en primates no humanos, en las que murieron 1513 monos. Las pruebas confirmaron fiebre amarilla en 341 casos.
En tanto, las personas afectadas, según lo que informan las autoridades brasileñas, no estaban vacunadas contra la enfermedad y visitaron zonas selváticas donde contrajeron la infección por la picadura de esos mosquitos ya infectados. La mayoría de los afectados son hombres, de entre 31 y 60 años.
Por eso, según explicó Schweigmann en una entrevista con el diario La Nación, "es que en las zonas de riesgo (donde hay monos y esos géneros de mosquitos) es obligatoria la vacuna contra la fiebre amarilla".
En nuestro país, la vacunación es obligatoria en las provincias del norte, como Misiones, Formosa y Corrientes.
A mediados de enero, el Ministerio de Salud de la Nación amplió esa recomendación sólo a la población que iba a viajar a aquellas zonas del país vecino donde se estaban registrando los casos. Hasta ese momento, no eran las áreas de playas a las que se suele ir por turismo.
Pero un informe preliminar del ministerio amplía esa recomendación a los municipios del sur y el suroeste del estado de Bahía, todos los municipios de Espíritu Santo y los municipios del norte de Río de Janeiro, limítrofes con los estados de Minas Gerais y Espíritu Santo.
"Pero -se advierte en el informe- las áreas de vacunación propuestas por Brasil tienen diferencias, incluyen menos municipios de la zona costera que los recomendados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS)."
Esto significa que podrían existir variaciones entre los datos epidemiológicos que aporta Brasil y los registros con los que la OPS elabora los mapas de áreas de riesgo.
De ser así, se estaría retrasando la información que debería recibir la población que visita las áreas de playa. Si fuera más grave el escenario epidemiológico en Brasil, las autoridades podrían comenzar a exigir que las personas que llegan al país de las zonas donde circula el virus o consideradas de riesgo tengan que presentar un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla.
Por ahora, el Ministerio de Salud argentino recomienda que se vacunen las personas que viajen al sur y el sudoeste de Bahía, a cualquier localidad del Estado de Espíritu Santo y a los municipios del norte de Río de Janeiro, limítrofes con los estados de Minas Gerais y Espíritu Santo, según el equipo técnico de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles y los especialistas de la oficina de la OPS en la Argentina. "Se está monitoreando el avance geográfico de los casos y la posibilidad de ampliar la recomendación de vacunación".
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