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Jujeño se destaca en el asombroso arte de tatuar | Fer Nómades

Jueves, 02 de febrero de 2017 01:30
<p>FER NÓMADE. EL JUJEÑO TIENE UNA LARGA TRAYECTORIA COMO TATUADOR.&nbsp;</p>
Fernando Compte, conocido en el mundo del tattoo como Fer Nómades, es oriundo de Yuto y se gana la vida siendo tatuador, una actividad que lo llevó por diferentes lugares y conocer a muchas personas, entre ellas grandes tatuadores referentes en el mundo de las tintas sobre la piel.

"Siempre tuve la suerte y el gusto de viajar, en mi antiguo trabajo yo era camionero y me permitió llegar a Chile, Perú, Buenos Aires. La ruta a Buenos Aires la conozco mejor que las calles de mi pueblo o las de acá mismo" cuenta Fer a la hora de comenzar su historia.
En San Salvador de Jujuy el tatuador jujeño Fer Nómades trabaja en Javitattoo de calle Belgrano 1226.

"Mi vida, de un momento a otro, tuvo un cambio rotundo y comencé a tatuar. Cuando quise formarme para ser mejor tatuador y mejor profesional comencé a viajar", manifestó.

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Fernando Compte, conocido en el mundo del tattoo como Fer Nómades, es oriundo de Yuto y se gana la vida siendo tatuador, una actividad que lo llevó por diferentes lugares y conocer a muchas personas, entre ellas grandes tatuadores referentes en el mundo de las tintas sobre la piel.

"Siempre tuve la suerte y el gusto de viajar, en mi antiguo trabajo yo era camionero y me permitió llegar a Chile, Perú, Buenos Aires. La ruta a Buenos Aires la conozco mejor que las calles de mi pueblo o las de acá mismo" cuenta Fer a la hora de comenzar su historia.
En San Salvador de Jujuy el tatuador jujeño Fer Nómades trabaja en Javitattoo de calle Belgrano 1226.

"Mi vida, de un momento a otro, tuvo un cambio rotundo y comencé a tatuar. Cuando quise formarme para ser mejor tatuador y mejor profesional comencé a viajar", manifestó.

Si bien no hace mucho que comenzó a tatuar, siendo uno de los más nuevos y referentes en la provincia, cuenta que "la gente me sigue bastante y le gustan mis trabajos sobre todo por mi forma de aplicar los negros", dijo.
Si bien cuenta que la ideal del tatuaje siempre estuvo en él, "me tatúo desde que era chico, ya a los 18 años me compré mi primera máquina de tatuar pero en 10 años debo haber hecho sólo 20 tatuajes, siempre con diseños básicos".
Pero no fue hasta el 2013 que lo vio como una profesión que lo podía hacer crecer, "me sucedieron cosas difíciles en mi vida, quedándome prácticamente en la calle, entonces fue allí que un amigo me dijo por qué no me ponía a tatuar. ¿Qué podía tatuar yo? Le dije a mi amigo, encima en una jungla donde estaban los mejores tatuadores como es Buenos Aires. Me prestó dinero para que me compré un equipo básico para tatuar y comencé. Me favoreció mucho que tuviera muchos tatuajes para hacer, ya que estaba en la Villa 31 de Buenos Aires. Imagínate que tatuaba desde las 11 de la mañana hasta las 6 del otro día, así fue como la mano se formó", contó.
Sobre sus inicios dijo, "más que nada tatuaba a mis amigos, después a los amigos de mis amigos, y después imagínate, estando en un villa tatuaba lo que venía, gente jodida, que estaba en la transa, polis y taqueros, (jefe de comisaría) etc. conocía todo el mundillo interno. Más adelante empecé a salir y comprar insumos y así fue como me reencontré a un tatuador muy nombrado, de apodo "Chatran", quiso conocer mis trabajos y me invitó a su estudio para realizar tatuajes básicos. Le dije que sí de una, imagínate: había llegado hacía dos meses atrás a Buenos Aires con una mano atrás y la otra adelante y de golpe trabajar en la galería Bond Street, uno de los lugares donde se encuentran los mejores tatuadores de la Argentina. Comencé a trabajar los sábados y con el tiempo todos los días, llegando a ser el encargado del local. Luego de un año me voy para aprender más sobre esta profesión porque deseaba ser mejor".
Eso hizo que Fernando viaje continuamente, "la primera convención que viaje para tatuar fue en Tucumán, recuerdo que una chica me pidió que le tatuara un rosario en el pie. Pese a que ya había tatuado frente a personas ya que en Bond Street se tatuaba en una pecera, en la convención estaban los mejores tatuadores, así que me temblaban las piernas y se me secaba la garganta de los nervios. Después participé de muchas convenciones, estuve en Rosario, Santa Cruz, Río Gallego, Bolivia, Perú, Chile. La idea de viajar, además de ser una aventura, era la de formarme. El viajar mucho me ha hecho mejor tatuador pero además conocer muchas culturas y condiciones geográficas. Por ejemplo sé cómo trabajar con una persona de Jujuy, de Bolivia o de Buenos Aires que vive en el llano. Teniendo en cuenta la condición climática, costumbres o gustos".
Luego indicó que el tatuaje para él "es una forma de vida, por eso le digo a la gente que viene a verme y se quiere hacer algo que está de moda: "recapacitá y vení a verme en una semana", porque los diseños de moda o tendencia duran dos años, no más que eso. Por ejemplo, tatuajes de infinito y palomitas llevo hechos más de un millón. Cuando es una forma de vida la gente se tatua por necesidad, por ejemplo conocí a alguien que se tatuó el signo de virgo porque se sentía muy identificado con eso", relató.
Después consultado sobre si el tatuaje cansa aseguró que "la gente se cansa del tatuaje cuando solo se lo hizo por tatuarse, se tatuó por una moda. Es porque no se hace nada representativo".
También indicó que se siente muy satisfecho con su labor, "soy muy agradecido de la gente que te elige para hacer un trabajo, lo que siento cuando me eligen o escriben, es impagable, no tiene nombre, sea el diseño que sea. Pero si es en el estilo que mas me destaco, como el maorí, polinesio o samoano mucho mejor, siempre disfruto mucho ese momento y trato de que la persona que se va a tatuar también la pase bien", dijo.
Finalmente explicó por qué eligió llamarse "Nómades", "en mis primeros viajes, cuando me despegué de Chatrán empecé a ir para Oberá (Misiones) para tatuar. Después comencé a ir para todos lados, Jujuy, Buenos Aires, Santiago, y en uno de esos viajes me llama mi hermana Gisela y me dice, "vos no sos Fer Tattoo, sos Fer Nómades", me gustó y de ahí quedó. El jujeño trabaja en Santa Cruz de la Sierra en Géminis Tattoo, en Ledesma solo con turnos, Yuto los fines de semana y en San Salvador Javitattoo.

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