HUMAHUACA (Corresponsal) Fátima Peñaranda vive actualmente en el Barrio Santa Rita de la localidad de Humahuaca.
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HUMAHUACA (Corresponsal) Fátima Peñaranda vive actualmente en el Barrio Santa Rita de la localidad de Humahuaca.
“Estoy amenazada” expresa Fatima. “Si dejas el terreno no vas a entrar nunca más”, me dicen los usurpadores.
El 28 de octubre del año pasado realizó la denuncia por la usurpación de su terreno en contra de Nora Rosalía Rueda y todavía no tiene respuestas de la justicia.
Las condiciones en las que se encuentra viviendo Fátima Peñaranda son extremadamente precarias.
Vive en una pequeña habitación sin luz ni agua, lejos de su familia que por razones laborales vive en El Aguilar.
Los vecinos la ayudan y le suministran agua para que ella pueda permanecer allí y no abandonar su terreno ya que según expresó “ellos ya dijeron vos salís, nosotros cerramos y no entras más”.
La mujer denunciante es oriunda de El Aguilar donde vivía con su familia. El año pasado en el mes de octubre se enteró que habían ingresado a su terreno, ubicado en la calle Uruguay del Barrio Santa Rita, de la ciudad de Humahuaca y viajó a ver cuál era la situación.
Al llegar a Humahuaca y al ver usurpado su terreno, el 28 de octubre del año pasado realizó la denuncia correspondiente.
Desde entonces pasa los días sin poder salir de la pequeña habitación por el temor de que los usurpadores no la dejen ingresar nuevamente a su terreno y perder las pocas cosas que aún tiene allí.
“Estoy viviendo como una presa” son las palabras que utilizó la mujer para describir su situación. “Los días son horribles, estoy encerrada sin luz y agua en esta habitación siempre esperando la ayuda de algún vecino que se acerca” contó la mujer.
Peñaranda manifestó haber realizado diferentes denuncias por usurpación y amenazas y explicó que no tiene un asesor legal porque confió en la justicia pero que hasta ahora no obtuvo ninguna respuesta.
María Lamas, vecina de Fátima Peñaranda relató que un día “al ver que Fátima necesitaba ir a higienizarse le dije que me quedaría un día cuidando sus cosas”.
Según su relato ese fue el motivo para que ahora la mujer que ocupa el terreno “se meta con mi niño, se pone a hacer ruido y a poner música cuando sabe que yo tengo a mi niño con autismo, el cuál no puede estar bajo emociones violentas”.
El pedido de Fátima Peñaranda es que la justicia acelere los trámites y que sean más rápidos en el proceso de resolver esta situación así ella puede volver con su familia a El Aguilar y reencontrarse con su hijo adolescente de 17 años y su esposo, “este terreno lo adquirimos con mucho sacrificio remarca”.