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16 de Mayo,  Jujuy, Argentina
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Parque Nacional Calilegua, sinónimo de naturaleza

La selva pedemontana permite conocer la tupida vegetación de lianas, epífitas,pasar entre nubes, oir y respirar naturaleza.Prevén inaugurar un nuevo centro de visitantes y la entrada al parque. Lo visitan un promedio de 13 mil personas anualmente
Sabado, 11 de marzo de 2017 20:53

A pocos kilómetros de esta capital se erige una importante y rica reserva natural de Yungas que merece ser visitada al menos una vez. Es el Parque Nacional Calilegua que ofrece 76.307 hectáreas (has) con cientos de especies vegetales y animales, que se puede conocer al recorrer algunos de sus 10 senderos y experimentar al aire libre, acampar y fotografiar desde las alturas en medio de nubes.

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A pocos kilómetros de esta capital se erige una importante y rica reserva natural de Yungas que merece ser visitada al menos una vez. Es el Parque Nacional Calilegua que ofrece 76.307 hectáreas (has) con cientos de especies vegetales y animales, que se puede conocer al recorrer algunos de sus 10 senderos y experimentar al aire libre, acampar y fotografiar desde las alturas en medio de nubes.

Adentrarse en el Parque Nacional Calilegua es sumergirse en otro mundo. Una fantasía cinematográficas difícilmente pueda emularla y está a minutos del pueblo que le da su nombre, 10 km y a 123 km de esta capital, sobre la ruta provincial 83. Visitada por especialistas, biólogos, estudiantes y escolares, la grandeza de su diversidad no defrauda.

A medida que se va subiendo por la ruta 83, se va reconociendo distintos pisos vegetacionales, la selva pedemontana, la selva montana, y pastizal de neblina, y aunque no se llega por esa vía también posee el cuarto piso, pastizal de altura que tiene un ascenso desde 1500 metros sobre el nivel del mar (msnm) hasta 3000 metros.

Uno de los lugares más visitados es el Mirador del Río San Lorenzo, ubicado a 1,5 km del área de uso público, con un recorrido de casi un kilómetro, y desde allí se puede observar un lindo paisaje del curso de agua como los cerros, algunos cortes lingitudinales, de fondo rojo.

Y lo cierto es que más allá del relato de la diversidad que existe, la experiencia de todo visitante apunta avistar alguno de ellos. Es posible, y lo fue durante la visita del Tribuno de Jujuy, al ingresar al Observatorio de aves en el sendero pedemontano que vuelve a la ruta, por el que se sube a cierta altura en una estructura de madera que sólo permite ingresar a cinco personas a la vez por seguridad.

Allí, a menos de un metro se posaban algunas urracas de tono azul que llegan en bandadas debido a que algunos visitantes, pese a la recomendación los alimentan. Se posan para probar suerte en ese sentido y permiten descubrir su belleza, y según cuentan los guardaparques se caracterizan en que simulan el canto de otras aves.

En este sendero se podía ver el trabajo de los guardaparques ya que había árboles señalizados y reconocer por ejemplo los que estaban secos y el porqué encontrarlos en el suelo eran parte de una estrategia, a modo de barras de retención ya que erosiona el agua. También se encontraban los hoyos frescos, hechos por pecaríes que buscan hongos para lo cual descubren las raíces de ciertos árboles, sin embargo en otro momento es posible ver monos "sebus apella" entre otros pequeños animales. Todo detallado por los guardaparques Nelson Valient y Sebastián Ravicué, quienes anunciaron los avances y el trabajo de mantenimiento y para crear conciencia para cuidarlo.

Actualmente trabajan en la señalética de modo que pretenden indicar con carteles en los senderos datos específicos, si hay un cruce de sendero o a dónde dirigirse, y las barreras que pueden ser riesgosas por barrancos. Se podía verlos en los carteles de sendero, con datos específicos.

También se podía identificar con cada número de qué especie se trataba, guiado por el folleto que reúne 78 especies reconocidas, distribuidas en los tres pisos de vegetación que tiene el parque. Se ven estratos herbáceos, arbustivos, de llanas o enredaderas que desaparecen a medida que se sube a otro piso, sotobosque que crece debajo de los árboles; y más arriba se encuentra por ejemplo pino del cerro.

En la portada del parque prevén colocar en breve un cartel de referencia para identificar el Parque Nacional para llevarse un recuerdo. Allí la frase recita "Yo visité el Parque Nacional Calilegua".

El parque prevé inaugurar pronto el nuevo edificio del centro de visitantes y también la entrada al parque, en jurisdicción de la seccional Aguas Negras.

 

Se puede acampar y hacer paseos

 

En el Parque hay dos espacios de trece parcelas para acampar y de dos, abajo del mismo sector, con asadores y un quincho. “La mejor época del año son las vacaciones de invierno, que viene bastante gente. Estamos tratando de ordenar y tiene un cupo, hasta 70 chicos pueden acampar”, afirmó el guardaparques Nelson Valient.


Suelen llegar muchas delegaciones de 20 a 40 chicos, la mayoría de Salta y de otros puntos de la provincia de Jujuy y se quedan generalmente una noche. También viene gente de Chaco, Corrientes, y en menor cantidad quienes siguen carreras de Biología o afines de Córdoba, Buenos Aires, Neuquén y otras que apuntan a conocer y estudiar. Es que al tratarse de estudiantes tienen en el Parque Nacional de Calilegua un sitio natural y accesible, a poca distancia y permite estar en el corazón de las Yungas. Y es que por ejemplo para ir al Parque Nacional Baritu se debe ingresar por Bolivia de difícil acceso. Hay especies que se comparten con la selva paranaense, que es plana, y al ser selva de montaña tiene alrededor de 3000 plantas vasculares, 350 especies de aves, 99 de mamíferos que se van perdiendo. Allí se encuentran tapir, pecarí o chancho de monto, venado o corzuela, pumas, ocelotes el ícono de la región, el yaguareté que encontró en esta zona el último refugio y es que entre los desmontes, caza furtiva, los incendios forestales y el avance de la frontera agrícola se redujo su hábitat sólo a lugares protegidos como este, Iguazú y Chaco, porque antes llegaba hasta Río Negro.


También hay quienes optan por continuar hacia el pueblo de San Francisco, sobre todo para visitar las Termas del Jordan apta para visitar de mayo a noviembre, que requiere guía que pueden contratar en el pueblo. Allí se llega por la ruta 83, camino de cornisa, y se debe dejar el vehículo en la ruta y caminar alrededor de dos horas de ida.