Esta semana estará en Jujuy la compañía Abismo Teatro de Buenos Aires, y su director César Brie, el argentino que volvió a radicarse a Buenos Aires en los últimos tiempos, después de transitar grandes caminos del teatro en Bolivia y en Europa. en el mundo entero en realidad.
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Esta semana estará en Jujuy la compañía Abismo Teatro de Buenos Aires, y su director César Brie, el argentino que volvió a radicarse a Buenos Aires en los últimos tiempos, después de transitar grandes caminos del teatro en Bolivia y en Europa. en el mundo entero en realidad.
Se presentará en el marco de esta visita, la obra "La Mansa, un cuento ruso", mañana y el miércoles a las 21.30 en el Teatro El Pasillo (José de la Iglesia 1190); y el jueves se dictará un importante seminario intensivo de teatro, a cargo del grupo de Teatro El Ausente.
"La Mansa, un cuento ruso" es un drama inspirado en un cuento de Fiódor Dostoievski, que llevaron a escena en Buenos Aires con la adaptación y dirección de Brie. Actúan Abril Piterbarg e Iván Hochman.
La asistencia de dirección es de Florencia Michalewicz, y la producción de Larisa Rivarola Szabason y Liza Taylor.
"Mientras ella esté aquí, va todo bien, puedo ir a mirarla a cada rato, pero mañana cuando se la lleven, ¿cómo haré cuando me quede solo?", dice el relato con el que se inicia la obra "La Mansa".
Quien cuenta la historia es él, el usurero, el hombre de la casa de empeños que poco antes se había casado con la muchacha mansa y ahora trata de encontrar una razón, un sentido, sobre su muerte prematura.
Ambos, separados por la muerte, están en escena sin separarse nunca en un diálogo de acciones y palabras. Él trata de entender lo ocurrido, regresa, recuerda, reconstruye, comprende, se confunde, trepa dolorosamente hacia la conciencia de lo que él es realmente, de lo que desencadenó y provocó. Ella lo ayuda a reconstruir, describe los hechos, agrega, confirma, se calla. Está muerta, no puede argumentar, razonar o justificar. Ella es la memoria de él, su víctima, su culpa, su amor herido, su silencio. Sólo al final, cuando él toma conciencia, la voz de ella se vuelve autónoma, libre, dialoga e interroga.
Dos hechos lo llevaron a escribir esta novela breve y extraordinaria: la muerte por suicidio de la joven hija de un amigo querido y una noticia de periódico que informa sobre una jovencita que se arroja desde una ventana abrazando una imagen de la Virgen.
Detrás de estos hechos, se percibe la honestidad del escritor, que ingresa en los rincones del pensamiento y sentimiento humano. El escritor no juzga, indaga.
La entrada se fijó en $100.