El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la canciller alemana, Angela Merkel, protagonizaron ayer una gélida reunión en la Casa Blanca, dejando al descubierto sus diferencias en temas centrales, como migración y comercio internacional.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la canciller alemana, Angela Merkel, protagonizaron ayer una gélida reunión en la Casa Blanca, dejando al descubierto sus diferencias en temas centrales, como migración y comercio internacional.
El helado ambiente entre los dos dirigentes quedó brutalmente en evidencia cuando los dos posaban para fotógrafos y camarógrafos en el Salón Oval y Trump evitó el protocolar estrechón de manos.
Ambos líderes ofrecieron una conferencia de prensa conjunta en la que el grueso de las preguntas se dirigió a Trump, ya sea por su polémica propuesta de reforma del sistema de salud o su aún más polémica denuncia contra Barack Obama por supuesto espionaje. Al ser consultado sobre su denuncia de haber sido espiado por Obama Trump bromeó que él y Merkel tenían "una cosa en común", a ambos les interceptaron sus comunicaciones, pero Merkel no se río de la broma.
Trump se manifestó en favor de un intercambio comercial justo y recíproco, y rechazó que pueda ser visto como un "aislacionista".