No fue una frase más y quedó en segundo plano, pero graficó la coherencia del técnico de Gimnasia, Fernando Gamboa. "El partido fue totalmente nuestro, de principio a fin. Sin embargo, no quiere decir que jugamos un gran encuentro. Hay que cosas que mejorar y corregir". Perfecta definición para sintetizar lo sucedido el domingo en el "23 de Agosto". Su equipo venció con justicia a Crucero del Norte, que marcha último en la tabla, y hasta pudo haber goleado. Sin embargo, el "lobo" no jugó bien. Es la realidad.
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No fue una frase más y quedó en segundo plano, pero graficó la coherencia del técnico de Gimnasia, Fernando Gamboa. "El partido fue totalmente nuestro, de principio a fin. Sin embargo, no quiere decir que jugamos un gran encuentro. Hay que cosas que mejorar y corregir". Perfecta definición para sintetizar lo sucedido el domingo en el "23 de Agosto". Su equipo venció con justicia a Crucero del Norte, que marcha último en la tabla, y hasta pudo haber goleado. Sin embargo, el "lobo" no jugó bien. Es la realidad.
La idea está. En la goleada sufrida en manos de San Martín, hasta el primer gol de los tucumanos, Gimnasia había mostrado otra cara. Después, en Floresta, no mereció perder con All Boys y en casa pudo salir de perdedor tras cinco caídas consecutivas.
El DT pretende un equipo que no negocie la actitud y que vaya al frente. Y lo que pregona lo pone en práctica en cada entrenamiento y en los partidos en sí, al punto que el domingo terminó jugando con tres puntas (Luis Vila y los ingresados Ramiro Maldonado y Ulises Virreyra), cuando la "lógica" indicaba que debía ingresar un volante de contención para cuidar el uno a cero parcial. Las consignas pendientes son no terminar cada avance con un pelotazo, tratar de juntar más la línea de mediocampistas con los delanteros y fundamentalmente no perdonar arriba.
El domingo recibirá a Estudiantes de San Luis -Frezzotti y Céliz llegaron a las cinco amonestaciones- con la mente puesta en volver a ganar.
Ya dio el primer paso y quedan varios más para recuperar el protagonismo perdido, sabiendo que cada fin de semana es un nuevo examen a rendir.