Un efectivo de la fuerza provincial fue nuevamente protagonista de un hecho de violencia de género y habría amenazado a su mujer con un arma blanca y luego permaneció dentro de su vivienda junto a sus dos hijas, amenazando con quitarse la vida con un machete.
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Un efectivo de la fuerza provincial fue nuevamente protagonista de un hecho de violencia de género y habría amenazado a su mujer con un arma blanca y luego permaneció dentro de su vivienda junto a sus dos hijas, amenazando con quitarse la vida con un machete.
El lamentable episodio tuvo lugar ayer alrededor de las 9.30 en una vivienda ubicada entre las calles Colón y Río Bermejo del barrio Alto Castañeda, cuando los efectivos de la seccional 30§ del barrio Mariano Moreno tomaron conocimiento por medio de una mujer, que su esposo que esgrimía un machete se había atrincherado en su casa y mantenía cautivas a sus dos niñas.
De inmediato el fiscal de Investigación Penal N§ 8 Alejandro Bossatti se hizo presente en el lugar junto a un grupo de mediadores dependientes del Ceop y un psicólogo del gabinete del Ministerio de Seguridad, quienes lograron que al cabo de unos minutos el efectivo depusiera su actitud y se entregara.
Según fuentes cercanas a la investigación, todo habría iniciado con una discusión entre la pareja y terminó con la mujer huyendo del domicilio y alertando a los efectivos que habría sido amenazada de muerte por su pareja y que sus hijas corrían peligro. Se trata del cabo 1§ Luis Rivero de 36 años, quien se desempeñaba en el sector administrativo de la Seccional 6§ del barrio San Pedrito, quien no porta el arma reglamentaria de la fuerza desde hace tres años, según trascendió.
Por otra parte, el efectivo habría admitido ante los mediadores que atraviesa serios problemas económicos, situación que habría provocado que sea protagonista de una escena de extrema violencia delante de su propia familia, amenazando que se quitaría la vida delante de sus hijas que tienen entre 5 y 7 años.
La mujer no denunció
Rivero fue trasladado al Cuerpo de Infantería donde permanece en calidad de arrestado a la espera de que la Fiscalía reuniera más pruebas para imputarlo. Pero más tarde se supo que la mujer decidió no presentar cargos en contra de su marido.
Es por eso que el fiscal Bossatti aguardaba que los efectivos que intervinieron en el hecho terminaran de declarar, para elevar al juez de Control una imputación sobre el efectivo. Es decir que al no haber denuncia de la mujer, la imputación por supuestas "amenazas con arma blanca en contra de ella y de sus hijas" no sería tal. Además a última hora se estudiaba desde la Fiscalía acusarlo por supuesta "privación ilegítima de la libertad".