Muy respetuosa del público, salió y antes que nada dio la bienvenida a quienes se apostaron en la platea del coliseo jujeño para recibirla. Maria Creuza estaba en Jujuy, en el escenario más preciado de nuestra ciudad, y con toda su historia musical, era ella quien agasajaba a la gente.
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Muy respetuosa del público, salió y antes que nada dio la bienvenida a quienes se apostaron en la platea del coliseo jujeño para recibirla. Maria Creuza estaba en Jujuy, en el escenario más preciado de nuestra ciudad, y con toda su historia musical, era ella quien agasajaba a la gente.
El público muy agradecido con su presencia, emocionado, se privó de "bailar" (o moverse), quizás por la emoción de verla y escuchar aquellos temas que marcaron un tiempo en común con la artista, o quizás porque el recital, que ella tituló "Clásicos", era un poco más acariciador.
La cita fue en la noche del viernes en la sala mayor del Teatro Mitre, la artista brasileña amada en nuestro país, no se hizo esperar. Salió al escenario a horario, donde antes ya la esperaban los tres músicos que la acompañan en esta gira, entre ellos su esposo Víctor Vélez en el piano.
Y rápidamente manifestó su deseo de que el recital funcione "como si yo no fuera la invitada", dijo, convenciendo a los presentes que canten con ella.
"Demás está decir que todo el tiempo voy a estar homenajeando a mi compositor favorito, Vinicius de Moraes", expresó. Y así fue, todo lo que contó entre tema y tema, estuvo relacionado a su historia musical, artística y de vida, de la mano del maestro poeta, referente en la cultura brasileña. Contó cómo él la eligió después de escucharla en alguna oportunidad fortuita, y consiguió su teléfono para llamarla. Cuando ella atendió esa llamada, aún sin creer que era cierto, que quien estaba del otro lado de la línea era de Moraes, su vida cambió.
"Me llevó a recorrer el mundo, literalmente", dice agradecida del padrino artístico que tuvo. El aporte de ella, con su talento y su enorme voz obviamente eran fundamentales para que eso sucediera, tanto que también contó que cuando la hizo cantar en su casa -adonde la invitó en esa llamada-, le expresó: "Maria, tu voz me acaricia"…. El público del Mitre en ese momento hizo "Ahhhhhhh", y ella aclaró que eso se lo dijo delante de una de sus mujeres. Así lo describió, como un atrevido, muy divertido y generoso, que la encontró y le dio su lugar, y con el que compartió una vida de amistad y admiración. El tema que le pidió que cantara era "Íntimo".
Creuza eligió para esta presentación canciones que marcaron su vida, y por eso la riqueza de una velada en la que cada interpretación se correspondía con una anécdota. "Yo viví ese momento en que Toquinho compusiera esa canción con Vinicius, en la playa, en medio del sol que desaparecía en Salvador de Bahía", dice antes de cantar "Tarde em ItapuÆ". "Tuve esa gran suerte. Los dos -ella y Toquinho- estábamos empezando la carrera y teníamos la suerte de tener un padrino de lujo como Vinicius. Yo cierro los ojos y veo esa imagen, en el que estaba buscando la nota en el momento en que ese sol se iba", dice.
Después cantó algunas creaciones dedicadas a los que están enamorados porque "Vinicius decía que era para la persona que amas con toda la vida". Así, conquistaba a la platea cada vez más, comprometiéndola con sus sentimientos y con sus recuerdos, en cada una de sus interpretaciones.
Contó también cuando en su primera vez cantando en París, se olvidó la letra y siguió cantando mientras improvisaba. Vinicius que la había escuchado atentamente, cuando terminó pidió un aplauso para su nueva "coautora", Maria Creuza. Definiéndolo por ello como un hombre generoso y divertido. Esa canción, en Jujuy, la cantó con la letra en el atril….
"Hay un tema que no puedo dejar de hacer, que es de un jo0ven que me presentó Vinicius una vez en un bar de Ipanema, Djavan", y fue el tiempo de "Meu ben querer".
La noche siguió con clásicos que la gente disfrutó entregándose a un momento de recuerdos definidos, porque el público en Jujuy se caracterizó por ser gente de la misma franja etaria de la protagonista, que seguramente la siguió en sus mejores años, aquellos en los que empezaba a brillar en el mundo. No faltaron "Garota de Ipanema", "A felicidade", "Onde anda voce", "Eu sei que vou te amar", "Se todos fossem iguais a voce", entre otros y de otros autores que también ama y destaca.
Cuando fue el momento de presentar a sus músicos, cada uno se lució en un solo. En el caso del baterista principalmente se destacó un momento sublime donde con cada una de las partes de sus instrumentos fue dibujando "el alma del samba", como lo definió Creuza que escuchaba anonadada. A ese momento se sumó su marido, el pianista que "metía la cuchara", y se justificó diciendo que era un "baterista frustrado".
Los cierto es que uno mejor que otro, acompañaron con hidalguía la voz de la bahiana que generosa y agradecida con el público, deleitó y dejó satisfecho al público de la Tacita de Plata. "La música es mi oficio, y que ustedes me sigan escuchando, es increíble", concluyó emocionada.