Uno de los momentos más emocionantes del "Primer Encuentro del Voluntariado Jujeño" fue el discurso que interpretó Jorge Vázquez, presidente del "Hogar Pequeña Belén", en el que brindó su opinión sobre el trabajo voluntario.
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Uno de los momentos más emocionantes del "Primer Encuentro del Voluntariado Jujeño" fue el discurso que interpretó Jorge Vázquez, presidente del "Hogar Pequeña Belén", en el que brindó su opinión sobre el trabajo voluntario.
Vázquez practica el acto de dar desde hace 40 años y a base de experiencias forjó un concepto que todos los asistentes compartieron, "el idealismo del voluntariado no tiene precio. Por eso es que nosotros no cobramos. No hay ninguna billetera capaz de valorizar lo que es esto, ningún dinero en el mundo puede representar lo que hacemos, solamente se representa con amor y lo que se gana es paz", remarcó.
Continuó diciendo al respecto que "es una cosa que uno lo lleva muy adentro, que no se aprende en la escuela, se aprende en la vida. Es una manifestación de amor hacia los demás. Nacemos con esto, es innato, un servicio que se hace de corazón. Los demás no entienden porque hacemos esto si no nos pagan, nos tratan de locos, pero no saben lo que se pierden".
Sobre su vida comentó que fue sacerdote en Buenos Aires durante la década del 70' en plena dictadura militar. Tuvo que soportar ver las torturas que marcaron ese momento del país. Fue perseguido por los militares y tuvo que exiliarse en países de Latinoamérica, "me alejé de la iglesia católica cuando me fui de Argentina, ahí encontré la verdad. Entendí que Dios no pertenece a ninguna iglesia, que está en todos lados, él está donde lo necesitan como los voluntarios".
Para finalizar dejó un mensaje a la sociedad: "Muchos que van a la iglesia creen que por hacer eso ya van a ir al cielo pero Dios está en la calle, en el que necesita ayuda. Practicar el voluntariado es un acto de fe y amor. El amor es puro todo lo puede y todo lo crea, y si yo creo que puedo hacer algo por el bien de los demás es porque llevo amor dentro".
El trabajo en equipo debe ser como una orquesta
Otra de las charlas que se vivió en el encuentro fue sobre las pautas primordiales que un conjunto de personas que pertenecen a un grupo deben tener para que su rendimiento sea el esperado. Este discurso se basó en el trabajo en equipo y estuvo a cargo de Alejandro Goyechea, presidente de la fundación "Alas de Águila". "El trabajo en equipo debe ser como una orquesta que suena afinada, cada integrante toca un instrumento y debe haber una coordinación para que el sonido suene bien", empezó diciendo. También remarcó que "esta actividad no prospera cuando una persona se enfoca en sí mismo y toma decisiones sola. Cuando no toma a sus pares como alimentadores de ideas, el trabajo en equipo es todo lo contrario. Es abrir el laboratorio de ideas y creatividad entre todos los que conforman esa institución". Agregó que "se debe enfocar en el nosotros y no en el yo. Cada uno, dentro de una organización, tiene una función que debe realizar y cada uno debe entender que es tan importante como cualquiera del grupo. Así como el cuerpo humano, para vivir bien necesitamos que cada órgano, tejido, hueso, músculo, etc, realicen de forma adecuada su función". Además, hizo hincapié en factores como ser la comunicación interna, manifestando que la misma debe ser óptima, es decir que cada integrante debe saber sobre las acciones que van a desarrollarse, "fíjense lo que pasó en Volcán, todos llevaban ropa pero faltaba el agua, eso fue una falta de comunicación".
Apuntó que "en Argentina estamos acostumbrados a que se confunda el concepto de solidaridad. Mucha gente en ese momento ayudó a Volcán y no lo hizo nunca más, eso no es ser solidario, es ser caritativo. Ser solidario implica compromiso y también enseñarle al otro a obtener sus recursos por sí mismo".