La laguna de Tres Cruces, donde el próximo 26 de junio se recordará el bicentenario del último ataque gaucho a la retirada realista que pronto dejaría sus pertrechos para escapar hacia el Alto Perú, recibe en este invierno la visita de estos cinco visitantes entre los patos que les sirven de anfitriones.
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La laguna de Tres Cruces, donde el próximo 26 de junio se recordará el bicentenario del último ataque gaucho a la retirada realista que pronto dejaría sus pertrechos para escapar hacia el Alto Perú, recibe en este invierno la visita de estos cinco visitantes entre los patos que les sirven de anfitriones.
Su andar casi cauto, la curvatura del pico sobre el interrogante del cuello, el tinte del extremo de sus plumas blancas y su andar en hilera por sobre el agua fría, hablan de un señorío del que parecen ser conscientes al mostrárnoslo.
Habrán llegado, como aquellos españoles en derrota, tras la necesidad de agua en tanta tierra seca, y quien sabe si no estuvieron entonces, hace doscientos años, para salir volando cuando el griterío de los gauchos y el estallar de la pólvora.
Hoy, ajenos a la memoria de los hombres pero coquetos ante nuestra mirada, andan buscando alimento en la laguna que, con la mañana, acaba de dejar de ser escarcha.
La ubicación
Tres Cruces está ubicada a 185 kilómetros al Norte de San Salvador de Jujuy, a 3.693 msnm y a escasos metros de la ruta nacional 9, donde también está el desvío que lleva hacia la localidad de El Aguilar.
Los festejos patronales se cumplieron a comienzos de este mes, con motivo del Día de la cruz.
La comunidad y las autoridades trabajan en potenciar sus atractivos turísticos.