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Argentina adhirió a convención de OEA

Ayer se publicó en el Boletín Oficial la Ley 27.360, un logro muy importante para el país que llena un vació en derechos.

Miércoles, 31 de mayo de 2017 19:37

No sufrir discriminación por edad, tener herramientas que permitan autonomía, gozar de cuidados a largo plazo y ser consultados ante cualquier decisión que los involucre, son algunos de los derechos que garantiza el Estado argentino a las personas de más de 60 años a partir de la oficialización de una convención de la Organización de Estados Americanos (OEA).

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No sufrir discriminación por edad, tener herramientas que permitan autonomía, gozar de cuidados a largo plazo y ser consultados ante cualquier decisión que los involucre, son algunos de los derechos que garantiza el Estado argentino a las personas de más de 60 años a partir de la oficialización de una convención de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La aprobación a la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores se realizó mediante la Ley 27.360 publicada ayer en el Boletín Oficial.

"La Convención es un logro muy importante para el país y la región porque no existía un instrumento jurídicamente vinculante que protegiera los derechos de las personas mayores; había derechos que estaban protegidos mediante otros instrumentos pero estaban dispersos", explicó a Télam la médica Mónica Roqué, ex directora nacional de políticas para adultos mayores y redactora de la Convención en la OEA.

Roqué, quien presidió la delegación argentina que trabajó en la Convención sancionada en junio de 2015, enfatizó que "históricamente para problemas específicos hacen falta instrumentos específicos, y esto sucedió con varias temáticas como mujer, personas con discapacidad, niños y trabajadores inmigrantes".

La Convención establece como edad a partir de la cual una persona se comienza a considerar mayor a los 60 años, a excepción de los países que ya habían fijado 65 para este grupo. "Un aspecto central de esta herramienta es la no discriminación por edad, que es algo que sucede en todos los ámbitos, no sólo en el laboral, sino también en el político, en el recreativo, en el cultural", explicó Roqué, quien hoy es Directora del Centro de Estudio Sobre Derechos Humanos de las Personas Mayores de la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social del Cono Sur.

Entre los derechos que fija la herramienta de la OEA, otro tema clave es "el consentimiento informado": "Esto significa que no se puede hacer ninguna práctica de salud sin su consentimiento, lo que también corre para las residencias de larga estadía, llamados geriátricos, donde el consentimiento no lo tiene que dar un familiar sino el propio adulto mayor, de lo contrario es tomado como una privación ilegítima de la libertad". "La capacidad jurídica es otro derecho que protege la Convención, muchas veces en nuestra sociedad asimilamos que una persona mayor es sinónimo de incapaz, entonces el estado, la sociedad, el familiar decide por ellos", agregó Roqué. La Convención plantea además el sistema de cuidados progresivos que apunta a garantizar la autonomia de las personas, para lo cual el Estado debe garantizar cuidados domiciliarios y centros de días.

 

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