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Asistencia para afrontar emergencias por violencia

El servicio del grupo Resiliencia ofrece a las mujeres un refugio. Pueden llamar al teléfono gratuito 0800 444 2040.Mientras que en la Secretaría de Paridad de Género hay equipos en toda la provincia para asistir a las víctimas.
Jueves, 22 de junio de 2017 18:25

La violencia familiar avanza. Para asistir a mujeres y sus hijos a salir de situaciones de riesgo existen varios servicios disponibles y gratuitos en Jujuy. El refugio gratuito del grupo voluntario Resiliencia los recibe para resguardarlos ante la emergencia. Otro se canaliza mediante la Secretaría de Paridad de Género de la Provincia de Jujuy, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano.

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La violencia familiar avanza. Para asistir a mujeres y sus hijos a salir de situaciones de riesgo existen varios servicios disponibles y gratuitos en Jujuy. El refugio gratuito del grupo voluntario Resiliencia los recibe para resguardarlos ante la emergencia. Otro se canaliza mediante la Secretaría de Paridad de Género de la Provincia de Jujuy, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano.

Las situaciones de riesgo que deben enfrentar algunas mujeres con sus hijos son frecuentes y se tornan insostenibles. Para afrontar la emergencia desde hace siete años, tienen la posibilidad de llamar a un número gratuito y llegar a un refugio para pasar la noche o varias, incluso con sus hijos y ser asistidos por voluntarios.

Otra opción es recurrir a los servicios que brindan desde la Secretaría de Paridad de Género, que cuenta con equipos de trabajo para asistir a las víctimas, orientar y acompañar en el proceso de desvinculación del agresor.

El refugio funciona desde el 2010 en que fue creado por el grupo Resiliencia, voluntarios que buscaron apoyo en el Obispado, la Pastoral Social de Río Blanco y el obispo Marcelo Palentini para dar cobijo a mujeres víctimas de violencia física o psicológica.

"A veces se piensa que la violencia física es sólo física, pero a veces también el victimario viene alcoholizado y a veces trae amigos, hay menores y niñas que pueden ser violadas", explicó Cecilia María Lasserre, referente del grupo Resiliencia comentando una de las situaciones posibles.

Otra de ellas, por las que pueden requerir refugio son aquellas en las que hay un hijo adicto que llega drogado, con lo cual pueden recurrir al servicio gratuito y alojarse para pasar la noche.

"Esto es para casos de urgencia las 24 horas del día, los 365 días del año. Nos pueden llamar un sábado, a las 3 de la madrugada, un feriado, nosotros siempre vamos a atender la demanda. Por eso es transitorio, van a venir uno, dos o tres días hasta que se pueda ver qué se puede hacer", precisó Lasserre. "Lo único que hacemos es brindarles un techo, ropa, comida para la emergencia", agregó.

Cuando ingresan escuchan su problema, si es necesario la llevan para que haga la denuncia para que no tenga problemas por haber abandonado su hogar; tras lo cual se la relaciona con los organismos nacionales o provinciales para que la asesoren legal y psicológicamente.

Para pedir ayuda y poder refugiarse una noche, o las necesarias, pueden contactar al servicio mediante el teléfono gratuito 0800 444 2040 al que pueden llamar desde un fijo o celular.

"En un comienzo la demanda era sobre mujeres que tenían un nivel social medio. Hoy la demanda es de gente de un nivel social más bajo", explicó Laserre asumiendo que ha ido variando la demanda. Sin embargo aclaran que no es un servicio para personas en situación de calle.

Desde el 2010 reciben a mujeres solas o con sus niños para atravesar las situaciones de emergencia de situaciones de violencia, para luego derivarlas a entidades específicas que las orienten. El grupo de voluntarios se autogestiona pero recibe ayuda y suma esfuerzos para asistir a las personas que lo demandan.

Cómo llegan al refugio

En la práctica, al recibir a las mujeres en el refugio los voluntarios se han encontrado con diversas situaciones y tenían en común el riesgo percibido que las llevó a pedir ayuda. “Vienen y dicen "me apuntó con un revólver, me quiso pegar con un hacha’”, recordó Laserre. Sin embargo, explicó que cuando reciben la llamada les preguntan si está golpeada y si es el caso les recomiendan pasar por el hospital “Pablo Soria” de modo que la revisen, porque desconocen el grado de gravedad, y porque es importante que la Policía las vea y eso quede registrado en la denuncia.
Dijo que hay temor en muchas mujeres que no quiere denunciar para evitar que ellos se queden sin trabajo y con ello sin sustento, aunque no sea cierto. “Muchas veces vuelven con el victimario, lo cual no pensamos que está mal”, recordó. Explicitó que el hecho de haber llegado al refugio y salir del hogar serviría como prueba de que tuvieron que salir de la casa.
Ante este problema social, al llegar al refugio los voluntarios relacionan a las mujeres con los distintos organismos provinciales para que las asistan en distintos aspectos. Uno de ellos es el económico, de modo que puedan acceder a un crédito blando.
Es por ello que si llaman pueden también recibir asistencia al respecto, por lo que le explican a quienes están en situación de violencia cómo prepararse para salir y a dónde dirigirse. Sucede que muchas dependen económicamente y no tienen familia cerca, algo que es importante para la contención, por lo que los organismos ofrecen ayudarlas.
 

Existen redes de contención gratuita

SOLEDAD SAPAG, SECRETARIA

La secretaria de Paridad de Género planteó que además de trabajar con redes de contención de sus grupos familiares, sobre todo aquellas que tienen su familia de origen en otra ciudad, la ayudan con el traslado o pasaje, y la conexión con distintas instituciones donde permanecerán para tener contención psicológica y social. 
Por otro lado, se trabaja con las madres y cuando los niños necesitan atención terapéutica específica individual se coordina con la Secretaría de Adolescencia y Familia, o se trabaja con la madre para darle herramientas que impactan a nivel familiar.
También brindan asistencia cuando hay casos de abuso en los hijos, y de hecho aseguró que están litigando en varios casos de abuso sexual. La mayoría son derivados de la Policía o del Ministerio de Salud, con lo cual se hacen intervenciones legales y psicológicas con las víctimas. 
Por otra parte, la demanda puede ser espontánea pero también surge cuando deriva la Justicia, que no sólo lo hace con mujeres en situación de violencia sino a los agresores, en ese último caso no litigan desde la Secretaría. Además, planteó que muchas personas derivadas por la justicia no vienen; y que por la ley de salud mental no pueden obligar a ninguna persona a que sea asistida. 
Es que muchas veces la Justicia envía a las personas, porque tienen temor.
También representan jurídicamente a las víctimas de violencia de género a través de la intervención de abogados, sobre todo cuando ellas no cuenten con recursos necesarios.
Realizan tratamiento terapéutico a las víctimas de violencia con diversas formas de abordaje, individual o grupal. con un equipo interdisciplinario. 

La demanda de asistencia crece

El año pasado la Secretaría de Paridad de Género atendió a 2.455 personas que implicó casi 6.000 asistencias. Algunas permanecen en tratamiento, otras van una vez y no vuelven. El servicio está en nueve puntos de la provincia con equipos a través de Centros de Atención Integral de Violencia de Género.
“Cada una de las atenciones que se hacen acá son distintas, porque las realidades de las personas si bien están atrasadas por la misma problemática, situación de violencia, cada una tiene una realidad distinta por eso el abordaje es individual, es un proceso que cada una de las personas realiza”, precisó la secretaria Soledad Sagap.
Las personas se sostienen porque sienten que esta instancia de tratamiento, hablar de esta situación y tener herramientas que van descubriendo desde el abordaje psicoterapéutico son útiles.
La mayor dificultad es que sean derivados por la Justicia. “No resulta tan efectivo para las personas para adherirse a estas instancias de tratamiento”, precisó Sapag. “Cuando las personas entienden y pueden aceptar que están en esta situación de violencia es distinta la permeabilidad que tienen estos servicios”, agregó. 
Explicó que hay personas que están en situación extrema a quienes les aportan para que puedan movilizarse, y alguna medida para que su situación cambie y mejore. Les dan horarios para las personas que trabajan, para las que tienen hijos y necesitan dejarlos mientras están siendo atendidas, para que sea factible que puedan asistir. 
Son nueve equipos, Centro de Atención integral de la violencia de género. Hay un centro en La Quiaca, Abra Pampa, Humahuaca, en Palpalá, Libertador General San Martín, Caimancito, Santa Clara y San Pedro, y en San Salvador que cuenta con cinco equipos debido a la gran demanda.
Se difunde la actividad mediante el dictado del ciclo talleres de prevención “Vivas y dignas nos queremos”, del proyecto de “Prevención de violencia de género con inserción en la comunidad”, y mediante folletería con información de cada espacio. Serán siete talleres para distintas regiones, que apunta a prevenir.
La Secretaría recientemente amplió el horario de atención en la sede central de Necochea 270 al incorporar un nuevo equipo interdisciplinario. Permanecerá abierta de lunes a viernes desde las 7 hasta las 21 y los días sábados de 8 a 14.

La asistencia desde la Secretaría 

El servicio de la Secretaría de Paridad de Género no toma las denuncias ni tiene abordaje policial pero se ocupa del tratamiento de las personas en situación de violencia. Brinda herramientas a las personas en situación de violencia para que puedan salir y busca empoderarlas mediante un tratamiento psicosocial. Cuentan para ello con trabajadores sociales, psicólogos y abogados, y de hecho litigan en forma gratuita en los casos que lo requieren. 
Plantean que la denuncia la pueden hacer antes o después de consultar a la Secretaría, aunque entienden que hay personas que no quieren denunciar. Así lo afirmó la titular Soledad Sapag quien consideró que la Policía debe recibir la denuncia, considere o no que es grave, y luego debe dar el aviso final.
También recomendó no optar por la exposición policial porque no tiene una instancia judicial posterior y no deja un antecedente de lo que ocurrió. 
Hay además casos de violencia psicológica que se trabaja desde un abordaje psicosocial. Es que ni bien llegan a la Secretaría, un equipo recibe a la persona, la escucha y si deciden continuar con la asistencia se les otorga un equipo que trabajará con ellas integrado por un psicólogo, trabajador social y abogado.
Se atiende a la víctima haya hecho o no la denuncia, se la escucha, evalúan el riesgo y acompañan en ese proceso. 
La asistencia implica también que tengan herramientas para salir de las situaciones de violencia. Esto es que puedan incorporarse al Plan social nutricional, tener asistencia en casos de emergencia o refugio si lo necesitan, hasta que el agresor salga de la vivienda. “La idea no es que sean las mujeres las que salgan de sus casas y dejen a sus niñitos sin sus cosas y pertenencias, sino que el objetivo es que puedan permanecer en sus casas y se restrinja el acercamiento del agresor. Todo esto si va de la mano de la justicia y de los tiempos judiciales”, precisó De hecho, presentó un proyecto de ley para que se le brinde ayuda económica, mediante un subsidio.

Se autosustentan pero reciben ayuda

El refugio del grupo Resiliencia se autosustenta, con recursos que donan voluntarios y se manejan con servidores. Reciben donaciones, y quienes deseen hacerlo pueden adherir con el valor de un kilo de carne, estimado en 150 pesos, que se les suele cobrar a domicilio. Los interesados pueden llamar al 0800 444 2040, ya que están preparados para recibirlos por unos días, para superar la emergencia. 
Por sus filas han pasado alrededor de 300 voluntarios, ya que por trabajo u otras razones los aleja del servicio y se suman otros. No obstante, siempre requieren de más servidores voluntarios, hombres o mujeres, para ayudar a sostener el refugio. Quienes se registren en el mismo número, posteriormente reciben una capacitación y el servicio es de una vez a la semana el tiempo que se pueda desde 1 hora.
También necesitan todo tipo de ayuda en elementos de limpieza, de higiene personal y pañales. Se puede aportar ese tipo de ayuda también llamando al número mencionado.
Fue creado entre un grupo de gente que buscó apoyo, el primero lo recibieron del padre Héctor Barrera en la Pastoral Social del Santuario de Río Blanco, y luego con el entonces obispo Marcelo Palentini y con las Hermanas del Buen Pastor. Recibieron ayuda de la senadora Liliana Fellner que aportó colchones y colchas, mientras el Gobierno actual aportó bolsones de comida.