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El Papa escribió a una carmelita que trabaja con personas trans

La monja de 50 años las ayuda a dejar la prostitución y las drogas.

Martes, 25 de julio de 2017 16:56

El papa Francisco envió por correo electrónico un mensaje animando en su labor a la monja carmelita de clausura Mónica Astorga, que realiza en Neuquén desde hace 11 años una labor junto a personas transexuales para que abandonen la prostitución y las adicciones.

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El papa Francisco envió por correo electrónico un mensaje animando en su labor a la monja carmelita de clausura Mónica Astorga, que realiza en Neuquén desde hace 11 años una labor junto a personas transexuales para que abandonen la prostitución y las adicciones.

"A vos y al convento los tengo cercanos a mi corazón, como también a las personas con las que trabajan", escribió el Pontífice, indicándole que se lo podía decir a ellas, difundió la agencia Zenit.Org.

El Papa le escribió, según el diario La Mañana de Neuquén "al conocer el proyecto de construcción de 15 viviendas para mujeres transexuales, en el barrio Confluencia de esta ciudad" que tiene la oposición de los vecinos y "de la apertura de un hogar de ancianos que será llevado adelante por personas de este colectivo".

Francisco le escribió a la religiosa anteriormente y le manifestó: "En la época de Jesús los leprosos eran rechazados. Ellas son los leprosos de la actualidad. No dejes el trabajo de frontera que te tocó".

La hermana Mónica contó en una entrevista que al convento había llegado una chica que quería dar el diezmo e interrogada sobre su trabajo, ella indicó que se prostituía porque debido a su condición de travesti no conseguía otro empleo.

Le preguntaron si necesitaba ayuda y "fue ahí que el padre Ítalo (Varvello) y la hermana Mariucha (Dambroggio) se contactaron conmigo y me preguntaron si podía ayudarme", explicó.

Esta chica le pidió ayuda para dejar la prostitución y la hermana Mónica le preguntó si conocía a otras personas que querían dejar la calle.

"Me respondió "todas", entonces le dije que las vaya a buscar. Ella se puso a reír y me contestó: "Son como 7", dijo la hermana Astorga.

Con ayuda de Cáritas diocesana y de otras personas pudieron abrir una peluquería y un centro de costura.

La religiosa indicó que no logra entender que haya hombres que paguen por estar con ellas: "Es indignante porque esos hombres las levantan en la calle, las maltratan y las usan como si fueran basura", declaró