Con esmero y detalle los distintos integrantes de la comunidad parroquial de San Pedro y San Pablo trabajaron en las miniaturas que ayer deleitaron al público en la II Ciudad de Santa Anita.
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Con esmero y detalle los distintos integrantes de la comunidad parroquial de San Pedro y San Pablo trabajaron en las miniaturas que ayer deleitaron al público en la II Ciudad de Santa Anita.
El puntapié inicial fue a las 15 con la oración y bendición impartida por el párroco Miguel David Aciar en el predio recuperado de Pachi Gorriti y Zárate.
Tras abrirse el portón se formó la fila frente al banco y el Registro Civil para poder tener acceso a los distintos stands y al sector de recreación.
Padres, catequistas, niños y las distintas instituciones que funcionan en la parroquia se encargaron de aprovisionar la mueblería, la juguetería, la concesionaria, la inmobiliaria, la santería, la universidad, la boutique y el amplio sector gastronómico con delicias en panificaciones, platos de restaurante y jugos, entre otros.
Además hubo pelotero, lota y numerosos juegos para toda la familia.
Incluso los infractores debieron visitar la cárcel y pagar "prenda".
El fruto del esfuerzo colectivo se destinará a las obras en curso.