Los incrementos en la tarifa del transporte en la capital se efectivizaron finalmente ayer, luego de que la ordenanza fuera aprobada en el Concejo Deliberante sin demasiada oposición. Los amarillos acataron el aumento pero indicaron que aún quedan cuestiones sin resolver para los choferes. En tanto, muy pocos compartidos implementaron la readecuación tarifaria.
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Los incrementos en la tarifa del transporte en la capital se efectivizaron finalmente ayer, luego de que la ordenanza fuera aprobada en el Concejo Deliberante sin demasiada oposición. Los amarillos acataron el aumento pero indicaron que aún quedan cuestiones sin resolver para los choferes. En tanto, muy pocos compartidos implementaron la readecuación tarifaria.
Desde las primeras horas de ayer la bajada de bandera de los taxis amarillos comenzó a costar $ 12,50 y cada 100 metros la ticketera aumentó $ 1,25. La tarifa nocturna subió a $ 15 y a $ 1,50 la ficha.
Por otra parte, el costo de los taxis compartidos comenzó a ser de $ 12 y la tarifa nocturna es de $ 15.
En el caso de los compartidos, pocos acataron la ordenanza. Muchos choferes dijeron que los $ 12 no son competitivos con el precio del colectivo y perderían demasiados viajes.
Sin embargo, sí optaron por cobrar un aumento de $ 1. Según indicó el grupo, hubo un acuerdo tácito para pasar a cobrar de $ 9 a $ 10, y de ese modo también resolverían el problema del vuelto.
Por su parte, el titular del Sindicato de Peones de Taxi, Raúl Olivares, indicó que el incremento sí fue necesario para responder a las subas en el precio del combustible y el impacto de la inflación en general.
Aunque están de acuerdo con el aumento, Olivares indicó que aún resta definir la situación de los choferes con respecto a la relación jurídica que mantienen con sus empleadores, es decir, quienes les alquilan los móviles y licencias. "Siempre somos la parte más débil y tenemos desventajas, a la hora de explotar el servicio tenemos un patrón que nos hace trabajar en negro y nos exige recaudaciones que hoy garantizan su ganancia", sostuvo Olivares.
Actualmente en capital son alrededor de dos mil los choferes de "amarillos", y Olivares aseguró que los peones de taxis siempre son perjudicados porque deben hacerse cargo de los costos del gas, el combustible que usan para trabajar y no se respeta el convenio colectivo de trabajo.
"Algunos taxistas pagamos $ 500 por jornada de trabajo, más el combustible son $ 700 que tenemos que recaudar y después recién tenemos una ganancia para nuestra casa. En cambio para los titulares, que tienen por ejemplo dos o tres choferes, ganan por mes $ 9 mil, sin hacer nada en este sistema en negro", finalizó.