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Preservar la memoria de un muy joven ingeniero nuclear

Se donó la pintura que lo representa a la Escuela Naverán de Palpalá para que sirva de ejemplo a los estudiantes.

Jueves, 24 de agosto de 2017 17:57

Por iniciativa de una docente, se busca preservar la memoria del destacado y joven ingeniero nuclear desaparecido Rubén Fortunato Ramos, con la idea de que sirva como ejemplo para los estudiantes. El humahuaqueño falleció en 2003 mientras realizaba un doctorado y construía un cohete con sus pares de la Universidad Nacional de Buenos Aires, su imagen plasmada en un cuadro fue donada a la escuela "Carmen Ávila de Naverán" de Palpalá.

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Por iniciativa de una docente, se busca preservar la memoria del destacado y joven ingeniero nuclear desaparecido Rubén Fortunato Ramos, con la idea de que sirva como ejemplo para los estudiantes. El humahuaqueño falleció en 2003 mientras realizaba un doctorado y construía un cohete con sus pares de la Universidad Nacional de Buenos Aires, su imagen plasmada en un cuadro fue donada a la escuela "Carmen Ávila de Naverán" de Palpalá.

"Esta expresión artística es para la escuela "Carmen Ávila de Naverán' ya que aquí se fundó en 2003 el primero de los cinco clubes de ciencias que impusieron su nombre (Rubén Fortunato Ramos)", explicó la profesora Marta Cruz Lamas. Se trata de una obra de la artista plástica Mabel Choque, quien según la maestra, anhela que los estudiantes conozcan la vida y obra del ingeniero nuclear y sigan su ejemplo.

La docente llevó durante años la imagen del joven a Europa, Asia y Latinoamérica donde asistió a los congresos mundiales de educación con proyectos de investigación representando a Argentina y a numerosas instancias de ferias de ciencias en todo el país.

Su objetivo siempre fue difundir su corta y prolífica historia con el fin de incentivar a los jóvenes a acercarse a la ciencia. Buscó dejar la pintura que recuerda su imagen a la escuela Naverán debido a que la institución llevó el estandarte de la imagen de Ramos durante varios años en que participó de ferias de ciencias en diferentes niveles desde el institucional hasta la instancia nacional, y en intercambios escolares científicos en la región y a nivel interprovincial.

La docente planteó que estos trabajos dieron cuenta del proceso permanente de enseñanza, aprendizaje, investigación, innovación y de un trabajo docente en equipo.

"Como docente argentina me siento feliz por nuestros nóbeles como Houssey (Bernardo), Milstein (César) y Leloir (Federico), pero como jujeña me siento muy orgullosa de haber aprendido y enseñado junto a mis pares a los estudiantes que vuelven a esta casa del saber portando su libreta universitaria y se dirigen a los chicos con las diferentes formas de mirar y ver la realidad", aseguró Cruz Lamas.

La profesora de Historia y enseñanza primaria, excoordinadora del equipo de Actividades Científicas de Jujuy en 2006; desde 2007 reside y ejerce la docencia en Córdoba, continúa participando en actividades científicas como investigadora y evaluadora de proyectos científicos, entre otros y está a punto de retirarse.

La entrega y donación

El acto de entrega de la obra a la Escuela Naverán se concretó en un sencillo acto en la escuela dirigida por Jorge Calizaya, con la presencia de alumnos y plantel docente, el artesano Ricardo Ríos quien obsequió obras y la artista plástica quien plasmó obras en relieve para el Club de Ciencias de la escuela Naverán, Mirian Mamaní. También participó el expresidente del Club de Ciencias de la escuela quien actualmente cursa 5º año de Medicina en la Universidad Nacional de Córdoba, Matías Iván Espinoza y el exintegrante del mismo quien representó a Jujuy en intercambios interprovinciales de ciencias y estudia la misma carrera en la Universidad Nacional de Tucumán, Nicolás Paco; y la evaluadora y docente de Córdoba, Ivana Gloria del Barrio entre otros.

La artista y autora de la obra de arte que recuerda la figura del ingeniero nuclear bajo el nombre de "Huellas de la vida", Mabel Choque es profesora de Artes Visuales y posee un postítulo docente en Educación Visual y Plástica de la Universidad Nacional de Córdoba.

Se destacó desde chico

Rubén Fortunato Ramos era hijo del afamado artista Fortunato Ramos; nacido en Humahuaca en 1974, estudió en la Primaria 77 "Bernardino Rivadavia" y en la Escuela Normal de Humahuaca, destacándose como mejor alumno del ciclo, y el secundario lo hizo en esa última escuela y lo finalizó en el Colegio El Salvador de esta capital.

Egresó con el mejor promedio en 1992 becado por la Fundación "Bernardo Hussey" los últimos años.

En 1994 inició sus estudios de Comunicación Social en la Universidad Católica de Salta, en 1995 lo hizo en Física en la Universidad Nacional de Tucumán donde cursó tres años y luego de rigurosos exámenes en Córdoba y Buenos Aires ingresó al Instituto Balseiro de Bariloche donde se graduó de ingeniero nuclear en 2001.

Mientras realizaba su doctorado, construía un cohete con sus compañeros de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y desarrollando su tesis "Plasma Focus", en el Balseiro.

Falleció trágicamente en Bariloche el 20 de febrero de 2003 por causa de la inhalación de monóxido de carbono.

El joven poseía cualidades artísticas, escribía poesía, recitaba, era excelente plástico, y por sus condiciones en la locución junto a su padre Fortunato Ramos logró un premio nacional, el Broadcasting 85.

Supo coordinar junto a su padre espectáculos, y realizaba diseño y fotografía, además de sus cualidades se caracterizaba por su humildad. LILIANA ALFARO

Qué buen chango!

Muchos deben tener anécdotas vinculadas con Rubén Ramos y afortunadamente yo también. Fue en los '90 cuando, cruzando las canchas de fútbol del campus de la Universidad Católica de Salta hacia los barrios Universitario y Castañares de la capital vecina, escuché la voz profunda de un muchacho e iniciamos una amena charla.

Eran tiempos en que había rumbeado para la Locución y apenas constituía el primer peldaño de su vida académica, que luego -supe después- lo llevó hasta el Instituto Balseiro y la Ingeniería Nuclear.

A pesar de los años transcurridos recuerdo la devoción con la que hablaba de la Quebrada y de su querida Humahuaca; tanto que la nostalgia se me instaló de inmediato y me dieron ganas de hacer una visita a la zona. Y con cariño inconmensurable me empezó a detallar todo lo que su papá hacía, trasuntando el orgullo que le generaba. Fue entonces que con humildad me dijo: "Mi papá es Fortunato Ramos...". Una admiración que ahora nos despierta su corta pero prolífica vida porque este sí que era un buen chango. EUGENIA SUELDO

 

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