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Música para los fuegos de artificio

Lunes, 01 de enero de 2018 13:39

Estas fiestas de fin de año traen consigo además de las felicitaciones, buenos augurios y deseos, la alegría de despedir un año con sus buenos y malos momentos y empezar de nuevo. Tradicionalmente en todo el mundo se asocia esta alegría con los fuegos artificiales.

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Estas fiestas de fin de año traen consigo además de las felicitaciones, buenos augurios y deseos, la alegría de despedir un año con sus buenos y malos momentos y empezar de nuevo. Tradicionalmente en todo el mundo se asocia esta alegría con los fuegos artificiales.

Los fuegos artificiales, que en estos momentos gozan de mala fama y con razón, acompañaron las guerras y celebraciones desde antaño.

La pólvora, que es la base de la pirotecnia fue inventada en la China milenaria y fue llevada a Europa por los árabes en sus conquistas del norte de África y España. Así es como implantaron los fuegos artificiales en las fiestas populares. A modo de ejemplo, en uno de los artículos he escrito sobre las fiestas en la región de Valencia y Alicante. Estas ciudades tienen una tradición pirómana muy fuerte. Es así que las fallas de Valencia están asociadas a los cohetes y petardos. Todos los días suena la mascletá, recordando que la fiesta continúa. Recordemos que se llama mascletá porque se arrojaban cohetes a los pies y el más macho (masclet en valenciano) aguantaba las explosiones. Alicante también celebra sus fiestas con grandes fuegos. Elche, ciudad famosa por El Misterio de Elche, celebra al final de la representación con una explosión donde el estruendo es un dulce sonido para los habitantes de esta ciudad.

Seguramente desde España llegó esta tradición a América Latina. En las fiestas religiosas de Bolivia, es inconcebible una procesión sin los cohetillos. Quizás al haber estado más cerca de la corona española que Argentina, Bolivia mantiene tradiciones fuertemente hispanas.

En Argentina, celebrábamos las fiestas de fin de año con fuegos de artificio y cohetes o petardos. Afortunadamente ha dejado de ser popular al ver el efecto dañino que tiene sobre los animales, los niños y personas con alguna discapacidad.

Como nuestra columna es musical, con especial interés en la música antigua, hablaremos de una obra emblemática del barroco, la música para los reales fuegos de artificio compuestas en 1749 por Georg F Haendel en Inglaterra. Fue encargada para celebrar el final de la guerra de sucesión austriaca y la firma del tratado de Aquisgran. Esta celebración contó con un gran espectáculo visual de pirotecnia y la música de Haendel lo acompañaba.

Consta de cinco movimientos y se sigue ejecutando en nuestros días. Es todo un clásico en el repertorio orquestal.