Los feligreses chilenos y de naciones vecinas palpitan la llegada del papa Francisco al país trasandino, y a poco de su llegada, informó el portavoz del Vaticano, el Santo Padre se reunirá durante su permanencia con dos víctimas de la dictadura militar de Augusto Pinochet. Ambos le entregarán una carta.
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Los feligreses chilenos y de naciones vecinas palpitan la llegada del papa Francisco al país trasandino, y a poco de su llegada, informó el portavoz del Vaticano, el Santo Padre se reunirá durante su permanencia con dos víctimas de la dictadura militar de Augusto Pinochet. Ambos le entregarán una carta.
El Papa llega a Santiago de Chile el lunes a las 20.10 horas y será recibido en una ceremonia encabezada por la presidenta.
Francisco, que inicia este lunes un viaje de casi una semana a Chile y Perú, recibirá en forma privada a las "víctimas de la represión de los años setenta", quienes le entregarán un escrito de puño y letra.
La reunión se celebrará el último día de su visita a Chile, en la ciudad de Iquique, al norte, antes de partir a Perú, donde permanecerá hasta el 21 de enero.
El vocero papal, Greg Burke, precisó que las dos víctimas de la dictadura darán un saludo personal al papa y no pronunciarán ningún discurso.
Burke no brindó detalles sobre quiénes son ni cómo fueron escogidos.
El Papa, que vivió personalmente la represión desatada en nuestro país por la dictadura militar en la década de 1970, cumple así un gesto simbólico de reparación.
Durante la primera y única visita hasta ahora de un papa a Chile, en 1987, Juan Pablo II se asomó desde el balcón del palacio presidencial de La Moneda acompañado por el general Augusto Pinochet, lo que fue interpretado como un aval papal al régimen militar, lo que generó también mucha irritación inclusive entre los católicos.
Durante el régimen militar, de septiembre de 1973 a marzo de 1990, se cometieron sistemáticas violaciones de los derechos humanos y las autoridades calculan que cerca de unas 40 mil personas fueron asesinadas, encarceladas o torturadas por razones políticas.
Francisco además tiene una fuerte relación con Chile, ya que hizo su noviciado como jesuita en ese país en los años 1960 y ha mantenido relaciones con amigos y colaboradores.
Denuncias de abusos
La intervención del Vaticano a la congregación laica peruana Sodalicio de Vida Cristiana y las denuncias de abuso sexual por religiosos en Chile, preceden la pronta llegada del papa Francisco a estos países, donde muchos indican que encontrará a una Iglesia mancillada por su permisividad con los sacerdotes pederastas.
La designación de un comisario apostólico en el Sodalicio buscaría acallar las recriminaciones de impunidad que las víctimas hacen al Vaticano, al que cuestionan que siga protegiendo al fundador de esa congregación, el laico Luis Fernando Figari.
"La medida puede reflejar un doble discurso del Vaticano", debido a que no expulsa a Figari, expresó el periodista de investigación peruano Pedro Salinas, coautor del libro "Mitad monjes, mitad soldados", que destapó el escándalo del Sodalicio en 2015.
En Chile, el ambiente tampoco será un lecho de rosas ni de oraciones para el pontífice argentino.
Una Organización no Gubernamental del vecino país destacó esta semana que 80 religiosos están envueltos en casos de abusos sexuales en ese país, de mayoría católica como Perú.
El jueves 8 será su última escala en Iquique donde tendrá un encuentro masivo en la Misa por Nuestra Señora del Carmen.