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"A los chicos debemos enseñarles a perder"

Marcelo Herrera es el coordinador de los seleccionados juveniles de los “ticos” y habló de todo con El Tribuno.
Sabado, 13 de enero de 2018 17:04

Marcelo Herrera fue un volante incansable, de esos jugadores que siempre se quieren tener en un equipo. Porque a la entrega le sumó actitud y personalidad. Así se ganó el apodo de "Popeye".

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Marcelo Herrera fue un volante incansable, de esos jugadores que siempre se quieren tener en un equipo. Porque a la entrega le sumó actitud y personalidad. Así se ganó el apodo de "Popeye".

Jugó en el "lobo" en sus inicios, luego pasó a Gimnasia y Tiro de Salta, Vélez Sarsfield, allí fue campeón del mundo, Miami Fusión, Belgrano, Platense y volvió a Jujuy para despedirse del profesionalismo en Gimnasia. También integró el seleccionado nacional cuando era dirigido por Daniel Passarella. Una carrera impecable.

Cuando colgó los botines, en el 2001, comenzó a dirigir. Empezó interinamente en el club "albiceleste". Después firmó en Liga Deportiva Alajualense de Costa Rica, Real Potosí de Bolivia y Pérez Zeledón Costa Rica. También fue ayudante de campo de Hugo Tocalli en Vélez Sarsfield y Carlos Bianchi en Boca Juniors. Y el destino quiso que la Federación de Fútbol de los "ticos" pusiera sus ojos en él para "formar jóvenes". Ya pasaron tres años -llevó como colaboradores a los también jujeños Leandro Calvetti y Matías Arnedo- y el presente le sonríe. En una mano a mano con El Tribuno de Jujuy, Herrera contó los por qué.

"Fue un año diferente. En las selecciones menores hay un año de transición, que son los pares, donde se prepara toda la estructura para la temporada siguiente que sí es de competencia. En el 2017 participamos en dos campeonatos premundiales, clasificatorios para las citas ecuménicas. También jugamos torneos de la Concacaf, cerrando el año representando a Costa Rica en los juegos de Managua con la Selección Sub 21 para clasificar a los Juegos Centroamericano. Salimos subcampeones al perder la final con Honduras. Se trata de un rival que nos enfrentamos en todas las competencias y somos los dos que venimos clasificando en los últimos tres años. Habla de un nivel de exigencia alto. Los objetivos trazados en el inicio, allá por noviembre de 2014, que se pusieron en marcha al inicio del año siguiente, se van cumpliendo", dijo conforme "Popeye".

En el pasado Mundial Sub 20, Costa Rica dirigido por Herrera pasó de fase y Argentina se volvió en primera rueda. El entrenador analizó que "tenía un buen plantel y pienso que podría haber avanzado más. Hay realidades como Torres, Martínez, Ascacíbar y otros jugadores importantes. Qué paradoja, le dieron más importancia a mi trabajo desde Argentina por haber clasificado a la fase siguiente sobre el mal funcionamiento que tuvo el seleccionado nacional. Quiero decir, no se realzó el trabajo nuestro por lo que hicimos, sino porque a Argentina le fue mal. Fue así". Agregó que Costa Rica clasificó muy bien. "Nosotros al ganarle en el último encuentro de grupo a Zambia aseguramos el pase. Después perdimos en la etapa siguiente con Inglaterra, que se coronó campeón del torneo. Perdimos en un buen nivel por dos a uno, nos anularon un gol a través del VAR, que había sido cobrado y luego volvieron sobre sus pasos. Quedó la sensación que se hizo un gran trabajo y se cayó ante una potencia", indicó.

También reconoció que en todo proceso es clave tener los pies sobre la tierra. "En el fútbol se pretende que el chico llegue rápido a primera división y ganarle a todos los rivales. Y bajo este concepto, lo más factible es que quede en el camino. Viviendo las etapas en los tiempos justos y sabiendo lo que se debe hacer en cada momento, te puedo asegurar que los chicos terminan mejor formados. No es tan importante ser campeón a los 14 años, lo importante es que sepan perder. No conozco a nadie que gane ya y todos los días. No hay uno que no haya sufrido. Esto se debe inculcar todos los días a los chicos. Se vive en un mundo exigente. Todo ya, el mejor auto, la mejor moto y el mejor celular. No es así", afirmó convencido.

Los conceptos de Herrera vienen fundamentados por la importante trayectoria que le tocó vivir como futbolista, además, durante esos años contó con entrenadores que le dejaron una enseñanza y de cada uno logró sacar lo mejor.

No equivocarse

También el técnico jujeño habló de los padres en la etapa formativa del jugador y señaló que "desde que llegué a Costa Rica realizo reuniones con los papás de los chicos convocados, desarrollando además cónclaves con los coordinadores y entrenadores de los equipos. Tratamos de concientizar de lo importante que es que el papá no intervenga en el trabajo cotidiano del chico. Lo que pedimos, el jugador lo hace, pero después el padre pide otra cosa. El chico está en el medio y no sabe a quién hacerle caso", relató.

Y recordó que recientemente "un papá con su nene me vinieron a saludar. Se fueron de mi escuela de fútbol a un club de la ciudad, porque querían tener otro nivel de competencia, ganar trofeos y cosas así, según me dijeron. Yo conozco el medio y sigo completamente orgullo de mi escuela. Seguimos insistiendo que lo más importante no es ganar. Los chicos hasta los 12 años deben divertirse, cómo puedo soportar que un nene de 8 ó 9 años llore porque perdió. La función que uno tiene es dar el mejor mensaje, de no equivocarnos". Herrera habla con el bagaje del conocimiento que les dieron los años dentro del campo ahora afuera.

"Un Mundial potencia todo"

"Popeye" Herrera, al ser consultado hasta qué punto era importante para un país jugar un Mundial, como sucederá con Costa Rica ahora en Rusia, fue contundente: "Potencia todo. Inclusive los mismos jugadores del Sub 20 que fueron a Corea quieren ser fundamentales en sus equipos y así poder jugar una Copa del Mundo de mayores. Y no es lo mismo un jugador que disputó un Mundial con aquel que no lo hizo. No es lo mismo llevar a un chico que haya jugado competencias internacionales, que sepa salir a un estadio con 40.000 personas, que se sepa de un control antidóping, a uno que no lo hizo nunca. Todo es aprendizaje, que se puede cristalizar con una convocatoria para el Mundial próximo. Pero el gran objetivo que tenemos es Qatar 2022". Asimismo se refirió a su evolución como entrenador, declarando que "con 51 años, uno va encontrando un equilibro emocional y de conocimiento que no tenía. Cuando tenía 35 ó 36 años y empecé a dirigir quizá sabía lo mismo que ahora, más allá que siempre se va aprendiendo, mi observación a algunas situaciones son totalmente distintas ahora. A lo que antes quería resolver con energía, fuerza y carácter, hoy lo pienso más. Hay determinaciones que se toman desde la razón y no desde el corazón". Y detalló que el 80 % de vida estuvo fuera de Jujuy. "Me tuve que buscar mi propio futuro porque no se me dio o no lo encontré. Trabajé en Córdoba, Salta, Buenos Aires, Estados Unidos, Costa Rica. En el ínterin hubo pocos lapsos de trabajo a mi Jujuy. No tengo bronca ni rencor. Estoy feliz de estar en Costa Rica", subrayó.

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