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Francisco volvió a "defender" al obispo acusado de encubrir violaciones

Está acusado de encubrir los abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima, condenado en 2011 por un Tribunal vaticano.

Lunes, 22 de enero de 2018 18:37

El papa Francisco ratificó hoy su defensa al obispo chileno Juan Barros, acusado por víctimas de abusos sexuales de su país de "encubrimiento", y aseguró que no tiene “evidencias para condenarlo” y que está “personalmente convencido de que es inocente”.
En un diálogo de más de una hora con los periodistas que lo acompañaron en su viaje a Chile y Perú, Francisco dedicó más de la mitad de la conferencia a explicar con detalle las razones de su apoyo al obispo de la diócesis de Osorno, acusado de encubrir los abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima, condenado en 2011 por un Tribunal vaticano.
“En el caso del obispo Barros, lo hice estudiar, investigar, lo hice trabajar mucho. No hay evidencia de culpabilidad, parece que no se va a encontrar. Yo espero una evidencia para cambiar de sentido”, explicó Francisco.
“Aplico un principio jurídico básico: ninguno es malo hasta que se pruebe”, afirmó el Papa, aunque reconoció que las declaraciones de apoyo que hizo el jueves en Iquique, Chile, pudieron haber “herido” a las víctimas y pidió perdón.
Ese día, había asegurado que acusarlo “sin pruebas es una calumnia” y admitió que una carta pública del cardenal Sean O’Maley criticando esas palabras lo hizo "reflexionar" sobre el “error” de utilizar la palabra “prueba”, más vinculada a elementos concretos, en lugar de “evidencia”, que se puede "obtener de muchas formas".
“La palabra 'prueba' me jugó una mala pasada. Estaba entrando y una periodista de Iquique me pregunta. Y ahí dije: el día que tenga pruebas, voy a hablar”, recordó el Pontífice.
Tras el rechazo de las víctimas a sus palabras, enfatizó que “la palabra ‘prueba’ no era la mejor para acercarme a un corazón dolorido. Y pido perdón si herí. Yo hablaba de evidencia. Y claro, sé que hay mucha gente abusada que no puede traer una prueba, no la tiene. O a veces la tiene, pero la vergüenza lo tapa y sufre en silencio. El drama de los abusados es tremendo”.
“Pero si digo que usted robó y no robó, estoy calumniando”, planteó, tras afirmar que sigue “la política de 'tolerancia cero' que aprendió de Benedicto XVI".
“El testimonio de victimas siempre es una evidencia, pero en el caso de Barros no las hay”, insistió.
Francisco reconoció además que Barros le entregó dos veces su renuncia, pero que él la rechazó porque sería “admitir culpabilidad previa”.
“Hay en Chile cuatro obispos a los que (Fernando, el sacerdote chileno condenado por abusos por el Vaticano en 2011) Karadima envió al seminario. Una persona de la conferencia episcopal sugirió si quizás no era mejor que se tomaran un año sabático y (volvieran) pasada la tormenta para evitar acusaciones, porque son buenos obispos”.
“Se la pedimos, y generosamente la dio. Vino a Roma y dije no, así no se juega, porque esto es admitir culpablidad previa”, afirmó.
Y agregó: “Cuando Barros fue nominado (como obispo de Osorno, en 2015), siguió adelante todo este movimiento de protesta. Él me dio la renuncia por segunda vez y le dije ‘no, vos vas’. Hablé largo rato con él. Se continuó investigando el caso, pero sigue sin haber evidencia".
"Eso fue lo que quise decir: no puedo condenarlo porque no hay evidencia, y personalmente estoy convencido de que es inocente”, enfatizó.

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El papa Francisco ratificó hoy su defensa al obispo chileno Juan Barros, acusado por víctimas de abusos sexuales de su país de "encubrimiento", y aseguró que no tiene “evidencias para condenarlo” y que está “personalmente convencido de que es inocente”.
En un diálogo de más de una hora con los periodistas que lo acompañaron en su viaje a Chile y Perú, Francisco dedicó más de la mitad de la conferencia a explicar con detalle las razones de su apoyo al obispo de la diócesis de Osorno, acusado de encubrir los abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima, condenado en 2011 por un Tribunal vaticano.
“En el caso del obispo Barros, lo hice estudiar, investigar, lo hice trabajar mucho. No hay evidencia de culpabilidad, parece que no se va a encontrar. Yo espero una evidencia para cambiar de sentido”, explicó Francisco.
“Aplico un principio jurídico básico: ninguno es malo hasta que se pruebe”, afirmó el Papa, aunque reconoció que las declaraciones de apoyo que hizo el jueves en Iquique, Chile, pudieron haber “herido” a las víctimas y pidió perdón.
Ese día, había asegurado que acusarlo “sin pruebas es una calumnia” y admitió que una carta pública del cardenal Sean O’Maley criticando esas palabras lo hizo "reflexionar" sobre el “error” de utilizar la palabra “prueba”, más vinculada a elementos concretos, en lugar de “evidencia”, que se puede "obtener de muchas formas".
“La palabra 'prueba' me jugó una mala pasada. Estaba entrando y una periodista de Iquique me pregunta. Y ahí dije: el día que tenga pruebas, voy a hablar”, recordó el Pontífice.
Tras el rechazo de las víctimas a sus palabras, enfatizó que “la palabra ‘prueba’ no era la mejor para acercarme a un corazón dolorido. Y pido perdón si herí. Yo hablaba de evidencia. Y claro, sé que hay mucha gente abusada que no puede traer una prueba, no la tiene. O a veces la tiene, pero la vergüenza lo tapa y sufre en silencio. El drama de los abusados es tremendo”.
“Pero si digo que usted robó y no robó, estoy calumniando”, planteó, tras afirmar que sigue “la política de 'tolerancia cero' que aprendió de Benedicto XVI".
“El testimonio de victimas siempre es una evidencia, pero en el caso de Barros no las hay”, insistió.
Francisco reconoció además que Barros le entregó dos veces su renuncia, pero que él la rechazó porque sería “admitir culpabilidad previa”.
“Hay en Chile cuatro obispos a los que (Fernando, el sacerdote chileno condenado por abusos por el Vaticano en 2011) Karadima envió al seminario. Una persona de la conferencia episcopal sugirió si quizás no era mejor que se tomaran un año sabático y (volvieran) pasada la tormenta para evitar acusaciones, porque son buenos obispos”.
“Se la pedimos, y generosamente la dio. Vino a Roma y dije no, así no se juega, porque esto es admitir culpablidad previa”, afirmó.
Y agregó: “Cuando Barros fue nominado (como obispo de Osorno, en 2015), siguió adelante todo este movimiento de protesta. Él me dio la renuncia por segunda vez y le dije ‘no, vos vas’. Hablé largo rato con él. Se continuó investigando el caso, pero sigue sin haber evidencia".
"Eso fue lo que quise decir: no puedo condenarlo porque no hay evidencia, y personalmente estoy convencido de que es inocente”, enfatizó.