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Electorado femenino no puede frenar a Bolsonaro

La movida contra el polémico candidato presidencial se fue debilitando con el correr de los días.

Sabado, 20 de octubre de 2018 01:02

Era el punto débil de Jair Bolsonaro: las mujeres. Pero el rechazo de millones de brasileñas por un candidato misógino y machista se fue debilitando y no parece suficiente para impedir que el ultraderechista se convierta en el próximo presidente de Brasil.

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Era el punto débil de Jair Bolsonaro: las mujeres. Pero el rechazo de millones de brasileñas por un candidato misógino y machista se fue debilitando y no parece suficiente para impedir que el ultraderechista se convierta en el próximo presidente de Brasil.

Bolsonaro hizo en varias ocasiones declaraciones denigrantes o despectivas sobre las mujeres, que representan el 52% de los 147 millones de electores.

El excapitán del Ejército le dijo a una diputada de izquierda: "No te violaría, porque no lo mereces", trató a una periodista de "analfabeta e idiota" y explicó que su hija pequeña, la única mujer tras cuatro varones, había sido fruto de una "debilidad".

También justificó que los empresarios quieran pagar menores salarios a mujeres que a hombres.

Pero después de la primera vuelta, el exparacaidista inició una operación de seducción, tomándose selfies con mujeres, difundiendo un tierno video con su hija y, sobre todo, con la promesa de un gobierno justo para todos y todas.

Una semana antes, a fines de septiembre, cientos de miles de mujeres habían marchado por 60 ciudades brasileñas al grito de "Ele Nao!" (Él No), mostrando su rechazo hacia él.

Surgido en Bahía (nordeste), el movimiento "Mujeres unidas contra Bolsonaro" alcanzó los 3,8 millones de miembros en Facebook a una velocidad relámpago. Su fuerza inicial parecía capaz, incluso, de arrastrar a capas enteras de la sociedad para hacer frente a la extrema derecha.

Pero la contraofensiva no demoró. Tras el pirateo de la cuenta en Facebook y la agresión a una de sus administradoras, los partidarios del ultraderechista pusieron todo su empeño en desacreditar las marchas, difundiendo fotos con mujeres desnudas tomadas en Australia hace 17 años como si fueran de las protestas actuales en Brasil.

Organizaron también contramanifestaciones de "Mujeres por Bolsonaro", mientras los pastores de poderosas Iglesias evangélicas redoblaban su apoyo al candidato del Partido Social Liberal (PSL) y recordaban a sus seguidoras la importancia de los valores conservadores.

Frases explosivas y el ejercicio de la tolerancia en una sociedad dividida

A medida que se afianzan sus posibilidades de convertirse en el próximo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro trata de echar agua al vino de algunas de las declaraciones que a lo largo de su carrera le valieron el rechazo de mujeres, negros y gays.

En una de sus últimas intervenciones, dijo que prevé gobernar “inclusive” para los ateos y los homosexuales.

Bolsonaro tuvo que desautorizar por otra parte a su compañero de fórmula, el general retirado Hamilton Mourao, por propuestas que pretendían pasar por encima de la Constitución.

El ultraderechista no mostró en cambio hasta ahora ningún deseo de matizar su apoyo irrestricto a la dictadura militar (1964-85) y sus métodos de tortura.

Estas son algunas de las frases que le han dado fama, acompañadas en algunos casos de explicaciones con las que pretende rebajarles la carga polémica.

“El error de la dictadura fue torturar y no matar” (entrevista con la radio Jovem Pan, junio de 2016).

En la sesión de la Cámara de abril de 2016 que votó a favor de un juicio de destitución de la presidenta Dilma Rousseff -una exguerrillera torturada por los militares- Bolsonaro dedicó su voto al fallecido coronel en retiro Ustra, jefe del DOI-Codi (servicios de inteligencia y represión de la dictadura), acusado de por lo menos seis asesinatos bajo tormento. “Por la memoria del coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, el pavor de Rousseff (...) , mi voto es sí!”, proclamó Bolsonaro. “Fui a [una comunidad] quilombola en Eldorado Paulista. El afrodescendiente más liviano pesaba siete arrobas. No hacen nada! Me parece que ya no sirven ni para procrear” - (conferencia en abril de 2017 en el Club Hebraica de Rio de Janeiro). El 11 de octubre, en una entrevista con la radio CBN, Bolsonaro declaró que si llega al gobierno, un hombre estará al frente del ministerio de Defensa, pero que “los demás pueden tener gays, mujeres y afrodescendientes” como ministros.

Familia tradicional

Pero “con 50 millones de votos” en el primer turno, “no podemos decir que las mujeres no votaron a Bolsonaro”, subraya Erika Campelo, copresidenta de la web Autres Brésils. Este católico, apóstol de la familia tradicional, enemigo declarado del aborto y de la planificación familiar”. “No estamos volviendo hacia los años 60-70 de la dictadura, sino hacia el final del siglo XIX”, asegura Debora Diniz. “Su concepción de la familia es la de mi bisabuela”. Si Bolsonaro es elegido, sigue la antropóloga, “según lo que ha dicho desde hace 27 años [como diputado], prohibirá el aborto en todos los casos: incluso para salvar la vida de una mujer, en caso de violación o de anencefalia” del feto.

Giro de 180 grados

Algunas han dado incluso un giro de 180 grados, como la exintegrante de Femen Sara Winter, muy satisfecha con que el exmilitar quiera “armar a las mujeres” para su autodefensa, “aumentar las penas de los violadores e instaurar la castración química”.

Entre su electorado, encontramos a “mujeres de todas las categorías sociales, pero sobre todo de las clases acomodadas, de las clases medias superiores”, señala Erika Campelo.

También hay “mujeres más vulnerables con prioridades específicas”, como las que sienten miedo de ser asesinadas si salen de casa, en un país que registró 63.880 homicidios en 2017.

“Entonces llega Bolsonaro con su voz de macho y les dice: Yo voy a protegerte”, explica Diniz, refiriéndose al fenómeno.

Amenazas

Finalmente, votan por el ultraderechista Jair Bolsonaro, esas mujeres ferozmente opuestas al Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), representado en estas elecciones por Haddad, delfín del expresidente Luiz Inácio Lula de Silva, encarcelado por corrupción.

“Para estas mujeres, votar contra el PT es mucho más importante que todo lo que Bolsonaro pueda decir”, estima Diniz.

Los ataques contra quienes se oponen a la ola conservadora se multiplicaron durante la campaña. 

La propia Diniz, una militante por la despenalización del aborto, vive con protección policial desde junio.

Diniz indica haber recibido “muchas más amenazas, con el clima polarizado de esta elección”.
 

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