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Peregrinación de los enfermos

Debido a la lluvia de la noche anterior la Santa Misa se ofició en el templete. Concelebró el obispo Paredes Cruz. "María tiene mucho que ver con el consuelo que sentimos en el alma a la hora del dolor, a la hora de la angustia", expresó.
Lunes, 22 de octubre de 2018 01:02

El obispo coadjutor de Humahuaca Félix Paredes Cruz, en representación del obispo titular Pedro Olmedo, concelebró ayer la Santa Misa en honor a las madres y los enfermos junto al obispo de Jujuy, Daniel Fernández.

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El obispo coadjutor de Humahuaca Félix Paredes Cruz, en representación del obispo titular Pedro Olmedo, concelebró ayer la Santa Misa en honor a las madres y los enfermos junto al obispo de Jujuy, Daniel Fernández.

Fue en el marco de la tercera peregrinación al Santuario de la Virgen del Rosario, de Río Blanco y Paypaya. La celebración se ofició en el templete de la Virgen debido a que el campito no se encontraba en condiciones por la lluvia que cayó durante toda la noche en el predio donde debían entrar los colectivos y también las sillas de ruedas.

La Santa Misa comenzó con la entrada de la imagen en el templete que llegó hasta sus puertas en camioneta desde la iglesia Catedral, seguida de los colectivos con los enfermos. Se vio a la multitud ondear emocionada sus pañuelos en saludo a la Patrona provincial.

Si bien la Eucaristía fue dada íntegramente por el obispo Paredes Cruz, monseñor Fernández refirió al inicio que "hoy abrimos el corazón para recibir a todos los enfermos, particularmente a los agentes de la Pastoral de la Salud que junto al presbítero Santos, los acompañan. También tenemos la alegría de hacerlo en el Día de la Madre, por lo cual ponemos en el corazón de nuestra mamita Virgen de Río Blanco, la vida y la tarea de cada una de ellas. Tenemos la alegría del mismo modo, que presida esta misa el padre Félix, el obispo coadjutor de la Prelatura de Humahuaca. Siempre lo tenemos a Pedro Olmedo pero está celebrando su cumpleaños. Recibimos con mucha alegría a quien será después del padre Pedro el pastor de nuestra Iglesia hija y hermana de Humahuaca".

Entre los signos, se presentó en el altar un bebé en un corazón en alusión a los corazones maternales como el de María.

Por su parte, monseñor Paredes Cruz compartió brevemente en su homilía su experiencia de peregrinación al Santuario, recordando que "desde 1978 como todo jujeño peregriné hasta 1988, es decir 10 años con los grupos juveniles de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús del barrio Mariano Moreno. En el 88 ingresé al seminario, luego fui a Buenos Aires y desde entonces no tuve la posibilidad de peregrinar en estas fechas hasta hoy, en que la Virgen me ha permitido hacerlo. Es decir, que después de 30 años, peregrino nuevamente al Santuario de nuestra Patrona de Jujuy. Por lo tanto quiero agradecerle".

Más adelante indicó que "el lema que nos convoca es Madre de bondad y esperanza de los enfermos, María no mira con indiferencia nuestra enfermedad o la de quienes amamos. María tiene mucho que ver con el consuelo que sentimos en el alma a la hora del dolor, a la hora de la angustia. María nos enseña a sufrir al modo de ella, al modo de los hijos de Dios".

El obispo coadjutor dijo que para las madres, los hijos siguen siendo pequeños toda la vida y de esa manera "María nos mira, nos quiere y nos protege. Donde hay una imagen de la Virgen representada hay un puesto de socorro seguro para nuestra vida. Ella viene a nosotros antes que acudamos a su intercesión; permite que sintamos su presencia activa y protectora , especialmente en los momentos duros de la vida".

Acotó que "donde quiera que vayamos la Virgen está presente rodeada en su mayoría de personas débiles, sencillas, ancianos, enfermos, indigentes de cuerpo y alma y eso sucede con frecuencia porque descubrimos que el trato que tenemos con María se traduce en cariño dulce y consolador".

Luego se acercaron dos plantas de rosas para ser ubicadas en el campito de la Virgen y los cinco decanatos ofrecieron cajas con ropas para bebés que fueron entregadas a madres embarazadas. También le ofrecieron a la Virgen un ramo de flores como signo de amor a la madre de todos. Terminada la misa, ambos obispos recorrieron el predio y los colectivos apostados en inmediaciones del templete, portando el Santísimo Sacramento para la bendición.

 

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