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Una muestra colectiva

Sobre un sorprendente suelo común, la propuesta del museo "Soto Avendaño" para esta primavera.
Jueves, 04 de octubre de 2018 01:02

TILCARA (Corresponsal). "Impredecibles" es una muestra colectiva que se inauguró este viernes en el museo "Soto Avendaño". Las firmas de Brígido Abán, Ariel Cortez, Cecilia Espinoza, Facundo Cañizares, Leo Pantoja, Alejandro Condorí, Félix Lamas y, en dúo con Cortez, una tela que lleva también la firma de Froilán Colque, nos hace presumir la calidad de la exposición, que por cierto no decepciona. El criterio de curaduría, a cargo de Marilú Sotomayor, nos presenta cuadros alternados de los distintos autores, como cartas mezcladas en una baraja, y así la colectiva se extiende como una unidad ante el espectador, realidad que se potencia por el uso de una paleta cercana en todos los casos, una coloratura que las emparenta. Así, cosa a veces difícil en una muestra de varios autores, en "Impredecibles" reina un criterio de unidad que nos permite ahondar con comodidad en cada una de las distintas perspectivas. Tomaremos una tela de cada uno. Leo Pantoja, con sus tres copleras apenas pero precisamente trabajadas sobre un fondo blanco tinto en azules, rojos y amarillo, nos ofrece acaso una de las piezas más logradas de las dos salas, en una imagen que resume con eficacia la devoción por el arte de la copla en los movimientos lentos de sus ejecutantes, tanto como la ebriedad y el ritmo de la ceremonia.

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TILCARA (Corresponsal). "Impredecibles" es una muestra colectiva que se inauguró este viernes en el museo "Soto Avendaño". Las firmas de Brígido Abán, Ariel Cortez, Cecilia Espinoza, Facundo Cañizares, Leo Pantoja, Alejandro Condorí, Félix Lamas y, en dúo con Cortez, una tela que lleva también la firma de Froilán Colque, nos hace presumir la calidad de la exposición, que por cierto no decepciona. El criterio de curaduría, a cargo de Marilú Sotomayor, nos presenta cuadros alternados de los distintos autores, como cartas mezcladas en una baraja, y así la colectiva se extiende como una unidad ante el espectador, realidad que se potencia por el uso de una paleta cercana en todos los casos, una coloratura que las emparenta. Así, cosa a veces difícil en una muestra de varios autores, en "Impredecibles" reina un criterio de unidad que nos permite ahondar con comodidad en cada una de las distintas perspectivas. Tomaremos una tela de cada uno. Leo Pantoja, con sus tres copleras apenas pero precisamente trabajadas sobre un fondo blanco tinto en azules, rojos y amarillo, nos ofrece acaso una de las piezas más logradas de las dos salas, en una imagen que resume con eficacia la devoción por el arte de la copla en los movimientos lentos de sus ejecutantes, tanto como la ebriedad y el ritmo de la ceremonia.

CREACIÓN DE CECILIA ESPINOZA.

El mundo compartido de Colque y Cortez aúna, sin que forzar el conjunto, las estéticas y metáforas de cada uno de los dos pintores. Lo de Froilán Colque, en este caso, es la ensoñación carnavalera y motorizada de los personajes centrales, como si uno se encargara de imaginar a los protagonistas de un cuadro que, en el pincel del otro, imaginan otro cuadro transfigurado por la fiesta.

TELA CONMOVEDORA DE CAÑIZARES.

Lo de Ariel Cortez, que se acompaña por las otras dos telas suyas, hace a su ya conocida visión carnavalera, donde sus rojos y azules, como fundidos al borde de una luminaria, se proyectan en un marco de ensoñación que, pese a lo irreal, es mimesis bastante fiel de alguna de esas noches. Sin menoscabar un estilo que ya es sólo él una firma, me queda el deseo íntimo de verlo jugar en otra posición en la cancha, no para probarlo, que no lo precisa, sino por la sola promesa de lo que pudiera hacer sin recurrir al modo que lo identifica.

LA OBRA DE FÉLIX LAMAS.

Félix Lamas con rostros hieráticos, buceando en una estética iconográfica que, se me hace, aún puja por romperse para que al fin estalle en un estilo propio; la fantasía surreal de una anciana en una tela conmovedora de Facundo Cañizares; las muñecas, pero también las telas, con que Cecilia Espinoza alcanza una belleza más hogareña y entrañable; el barroco magistral con que Brígido Abán recurre a Arcángeles de expresiones chagalescas; y el atardecer en el mar, de Alejandro Condorí, donde el caminante, el sol y las aguas parecieran desteñirse de las franjas de aguayo que lo enmarcan. Una colección en la que apenas si sobran piezas para brindarnos un pantallazo de lo que es el arte jujeño contemporáneo. ¿Impredecibles?, eso ya no lo sé. Casi todas las telas llevan,a flor de piel, el sello de sus respectivos autores. 

MAGISTRAL/ VISIÓN CARNAVALERA DE LEO PANTOJA

LIENZO DE FROILÁN COLQUE/ ENSOÑACIÓN CARNESTOLENDA.