Luego del éxito de "Gilda: No me arrepiento de este amor", la directora Lorena Muñoz vuelve a tomar a un ídolo popular para ofrecer su visión autoral sobre una personalidad icónica y regresa al ruedo nada más y nada menos que con Rodrigo, la figura cuartetera que con su muerte prematura se convirtió en mito.
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Luego del éxito de "Gilda: No me arrepiento de este amor", la directora Lorena Muñoz vuelve a tomar a un ídolo popular para ofrecer su visión autoral sobre una personalidad icónica y regresa al ruedo nada más y nada menos que con Rodrigo, la figura cuartetera que con su muerte prematura se convirtió en mito.
La cineasta buscando no repetirse en su segunda intervención en el género de la biopic ofrece un retrato sin concesiones del carismático cantante mostrando su ascenso, arrollador éxito y trágica muerte durante un relato que baja el busto del pedestal para exhibir no solo las virtudes sino también los defectos de un artista que vivió "A 2000", tal el nombre de su último disco. Así el filme muestra un personaje con dimensiones que sucumbe a las tentaciones y que se deja arrastrar por los excesos y son precisamente esos matices los que hacen que una película biográfica resulte atractiva para el espectador.
A ello se suma un elenco integrado por buenos actores como Florencia Peña, Daniel Araoz y Fernán Mirás, entre otros, quienes saben sostener el relato destacándose por supuesto el protagonista, Rodrigo Romero, de extraordinario parecido con el artista, quien sale airoso de lo que fue su debut actoral.
La película está destinada a la polémica mediática y seguramente provocará acalorados debates en los programas de la tarde y en los hogares de muchos por lo que se muestra y por lo que no se muestra pero siempre hay que recordar que se trata de una propuesta inspirada en hechos reales y que no deja de ser simplemente la visión subjetiva de Muñoz sobre Rodrigo, idolatrado por muchos, apreciado por casi todos.