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El vendaval Bolsonaro también impactó en el Congreso brasileño

El Partido Social Liberal conducido por este político no convencional se colocó como segunda minoría detrás del PT.Bolsonaro, que logró el 46% de los votos en la primera vuelta, quedó en excelente posición para disputar el balotaje.

Martes, 09 de octubre de 2018 01:04

El vendaval electoral que dejó a Jair Bolsonaro a las puertas de la presidencia de Brasil impactó también en el Congreso, donde la pequeña fuerza del líder ultraderechista se convirtió en la segunda bancada de la Cámara de Diputados, en detrimento de otros partidos tradicionales.

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El vendaval electoral que dejó a Jair Bolsonaro a las puertas de la presidencia de Brasil impactó también en el Congreso, donde la pequeña fuerza del líder ultraderechista se convirtió en la segunda bancada de la Cámara de Diputados, en detrimento de otros partidos tradicionales.

"Estos últimos días hubo una ola pro-Bolsonaro muy fuerte, un tsunami que afectó a la elección de mucha gente y ha dejado un Congreso más de derechas, más polarizado, más tenso", dijo a la AFP Sylvio Costa, fundador de la consultora política Congresso em Foco.

Bolsonaro (46% de los votos en la primera vuelta del domingo), quedó en excelente posición para disputar el balotaje del 28 de octubre frente a Fernando Haddad (29%), del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT). Y el Partido Social Liberal (PSL), al que Bolsonaro se afilió en marzo, pasó de 8 a 52 diputados (de un total de 513), entre ellos su hijo Eduardo Bolsonaro, superando las expectativas de los bolsonaristas más optimistas. E irrumpió con 4 escaños (de un total de 81) en el Senado, entre ellos el obtenido por otro de sus hijos, Flávio Bolsonaro.

Los resultados contrarían todas las previsiones de los analistas, que pronosticaban muy pocos cambios y una dificilísima gobernabilidad si Bolsonaro, un excapitán del Ejército nostálgico de la dictadura militar (1964-1985) y que fue un poco prolífico diputado durante 27 años, ganase la presidencia.

El PT de Haddad y del ahora encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, prosigue su erosión, aunque se mantiene como principal fuerza de la Cámara. En la elección de 2014 logró 69 escaños, las deserciones lo dejaron al final de la legislatura con 61 y ahora tiene 56.

En la cámara alta, perdió 7 de sus 13 senadores.

En el Senado
La onda expansiva del controvertido exmilitar arrasó con las otras dos fuerzas históricas del Congreso.
El centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña (Psdb), del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), pasó de 49 a 29 diputados.
Y el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), del impopular presidente saliente Michel Temer, cayó de 51 a 33 diputados.
MDB y Psdb siguen siendo, sin embargo, la primera y la segunda fuerza del Senado, donde la caída fue de menor amplitud que en la Cámara, probablemente porque sólo renovaba dos tercios de sus escaños.

El abstencionismo
Un total de 29,9 millones de brasileños no acudieron este domingo a las urnas para elegir presidente en Brasil, lo que se tradujo en una abstención del 20,3% de los ciudadanos con derecho a voto, el mayor índice desde las elecciones de 2002, según informó el Tribunal Superior Electoral (TSE). De acuerdo con la justicia electoral, eso significa que uno de cada cinco brasileños prefirió no ir a votar durante la fiesta electoral de este domingo, pese a que el voto es obligatorio en Brasil. Los comicios no interesaron a la quinta parte de los electores pese a la polarización entre el ultraderechista Jair Bolsonaro y el socialista Fernando Haddad, que fueron los más votados, con el 46,03% y el 29,28 % de los sufragios respectivamente.

Nueva embestida
Bolsonaro volvió a embestir ayer desde las redes sociales con expresiones tajantes.
“Ustedes eligen: ser gobernados por alguien limpio o por aquel mandado por la corrupción”, escribió el exmilitar desde su domicilio en Río de Janeiro, donde aún se recupera de las heridas que sufrió el 6 de septiembre pasado, cuando fue acuchillado durante un acto electoral, informó EFE. Bolsonaro reiteró que Brasil “no puede” volver a apostar en la izquierda y el “comunismo” y reafirmó, si gana la segunda vuelta del 28 de octubre, que su plan pasa por “reducir el número de ministerios” “privatizar (empresas) estatales” y acabar con la corrupción. El tuiteo coincidió con otra visita de Haddad a Lula.

Buey, Bala y Biblia 
La lógica indica que Bolsonaro tendría ahora, en caso de ser electo, un escenario más propicio para impulsar sus reformas promercado o del sistema político que prometió durante la campaña.
Un respaldo reforzado además por el apoyo que obtuvo de la bancada conocida como BBB (Buey, Bala y Biblia), que reúne transversalmente a los parlamentarios del agronegocio, los partidarios de la liberalización del porte de armas y los evangélicos. Su discurso de mano dura contra la violencia, que en 2017 dejó un récord de 63.000 asesinatos, y contra el aborto, así como sus gestos hacia los poderosos propietarios rurales, le hicieron ganarse el favor de los sectores más conservadores del Congreso.

Última oportunidad
Fernando Haddad está muy complicado ya que necesitará liderar un contraataque histórico para llegar a Brasilia. Su unión total con Lula le permitió ganarse rápidamente a sectores populares que se identifican con el exmandatario. Pero puede comprometer su acercamiento a grupos y partidos que ven al líder de la izquierda como sinónimo de corrupción y de políticas estatistas a las que acusan de haber hundido a Brasil en una recesión de dos años. Una de las claves para acortar distancias con Bolsonaro puede procurársela el centroizquierdista Gomes, del Partido Democrático Trabalhista, que fue ministro de Integración Nacional de Lula y consiguió 12,5% de los votos.

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