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Llega la cuarta temporada de "Narcos"

Gran despliegue hollywoodense de Netflix para una nueva entrega de la serie que tendrá su estreno el 16 de noviembre.

Jueves, 01 de noviembre de 2018 10:23

Ambientación de época, maquillaje, vestuario, utilería y alrededor de 300 extras fueron necesarios para recrear una boda narco de comienzos de fines de los 70 en Jalisco, Guadalajara, en una de las escenas clave de “Narcos: México”, que llega a Netflix el 16 de noviembre.
Rodada en el inmenso salón de fiestas del Palazzio Videmar, en la zona de Peralvillo de la siempre ajetreada Ciudad de México, el despliegue de Netflix para la escena no tiene nada que envidiar a la filmación de una película de Hollywood.
Como homenaje o como cliché de género, la escena recuerda a aquella de “El padrino” (1972) de Francis Ford Coppola; un casamiento en la familia del capo es la excusa para la presencia de miembros de las organizaciones delictivas, poderes políticos y policiales.
Alejados del inmenso salón en el que los extras bailan alrededor de la banda y de la colosal torta de casamiento, Miguel Félix Gallardo (Diego Luna) debe poner paños fríos a sus sicarios, dispuestos a balear a un insolente Salvador Osuna Nava (Ernesto Alterio), director de la equivalente mexicana del FBI.
Allí, en su capacidad de negociación y en la explotación del tráfico de influencias en el poder, Félix Gallardo comenzaría a cimentar el liderazgo que se verá en “Narcos: México”.

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Ambientación de época, maquillaje, vestuario, utilería y alrededor de 300 extras fueron necesarios para recrear una boda narco de comienzos de fines de los 70 en Jalisco, Guadalajara, en una de las escenas clave de “Narcos: México”, que llega a Netflix el 16 de noviembre.
Rodada en el inmenso salón de fiestas del Palazzio Videmar, en la zona de Peralvillo de la siempre ajetreada Ciudad de México, el despliegue de Netflix para la escena no tiene nada que envidiar a la filmación de una película de Hollywood.
Como homenaje o como cliché de género, la escena recuerda a aquella de “El padrino” (1972) de Francis Ford Coppola; un casamiento en la familia del capo es la excusa para la presencia de miembros de las organizaciones delictivas, poderes políticos y policiales.
Alejados del inmenso salón en el que los extras bailan alrededor de la banda y de la colosal torta de casamiento, Miguel Félix Gallardo (Diego Luna) debe poner paños fríos a sus sicarios, dispuestos a balear a un insolente Salvador Osuna Nava (Ernesto Alterio), director de la equivalente mexicana del FBI.
Allí, en su capacidad de negociación y en la explotación del tráfico de influencias en el poder, Félix Gallardo comenzaría a cimentar el liderazgo que se verá en “Narcos: México”.

 

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