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Caravanas de migrantes toman distintas actitudes en la frontera

Están los que inician el trámite en el paso oficial para lograr el estatus de refugiado, algo que podría demorar meses.Por otro lado están los que no quieren dar ningún dato propio por temor a ser deportados por los Estados Unidos.

Domingo, 18 de noviembre de 2018 01:00

La caravana migrante que salió de Honduras hace más de un mes rumbo a Estados Unidos se encontraba dividida este sábado en su camino por el noroeste de México, mientras enfrenta constantes críticas del presidente Donald Trump y el rechazo de algunos residentes en la fronteriza Tijuana.

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La caravana migrante que salió de Honduras hace más de un mes rumbo a Estados Unidos se encontraba dividida este sábado en su camino por el noroeste de México, mientras enfrenta constantes críticas del presidente Donald Trump y el rechazo de algunos residentes en la fronteriza Tijuana.

 

Más de 3.200 centroamericanos -en su mayoría hondureños- ya están en Tijuana, su última escala antes de intentar cruzar a EEUU.

Más de 3.200 centroamericanos -en su mayoría hondureños- habían llegado a Tijuana, su última escala antes de intentar cruzar a Estados Unidos, según cifras oficiales. Pero un estimado de 1.500 se encontraban aún en el camino, a la altura de Mexicali, bloqueados por las autoridades.

 

De los que lograron llegar a Tijuana, más de 2.100 se alojan en un hacinado albergue que improvisó el gobierno local en un deportivo. El resto estaba disperso en los numerosos albergues de migrantes que normalmente operan activistas en esta zona fronteriza.

Ante la saturación de los albergues, las autoridades bloquearon el paso de los autobuses en que viajaban los migrantes.

Algunos de los miembros de este grupo de rezagados, integrado por numerosas familias con niños, quieren aventurarse a recorrer a pie el último tramo a Tijuana, un escarpado camino de más de 180 km. Otros intentarán pedir autostop.

"Los coordinadores nos están diciendo que mañana (domingo) saldríamos para Tijuana", dijo a la AFP Wilmer Pinto, un guatemalteco de 38 años que no puede hacer el trayecto a pie por viajar con tres niños.

"Una gran estafa"

Tras acusar a la caravana de buscar una "invasión" contra su país, Trump dispuso el envío de hasta 9.000 soldados a su frontera sur y advirtió que sólo aquellos que crucen por un punto oficial podrán pedir refugio.

El viernes, el mandatario reiteró su discurso antiinmigrante a través de su cuenta de Twitter.

"¿No es irónico que una vasta caravana de gente esté marchando hacia nuestra frontera en busca de asilo en Estados Unidos porque tienen miedo de estar en su país, pero van ondeando orgullosamente las banderas de su país?" escribió el mandatario. "¿Puede esto ser posible? Sí, porque todo es una gran estafa y los contribuyentes estadounidenses están pagando por ello!", añadió Trump.

En tanto, numerosos tijuanenses protestan contra la presencia de la caravana, incluido el alcalde conservador Juan Manuel Gastélum, quien pidió que los centroamericanos sean expulsados alegando que "llegan en un plan agresivo, grosero".

Para Andrés Marroquín, un habitante de Tijuana que pasaba rápidamente en su auto para ver a los migrantes, "mucha gente, no todas, no hay que generalizar, es muy mal agradecida".

"No le gusta dónde los dejan, lo que les dan de comer, lo que les dan de tomar, ellos quieren exigir sus propios derechos, cuando la verdad, si no los exigieron en su propio país, ¿por qué lo vienen a exigir aquí?", dijo a la AFP.

Escisión de caravana

Ante esta situación, incluso los migrantes rezagados en Mexicali buscan desmarcarse del resto de la caravana. "Queremos darle buena imagen a la gente de Tijuana, somos en mayoría familias pacíficas, y no queremos que se incomoden con nuestra presencia como sabemos está pasando con los que ya llegaron", dijo Malvin Sánchez, un hondureño de 25 años. En tanto, algunos de los que ya están en Tijuana han acudido al paso fronterizo de El Chaparral para iniciar el lento proceso de solicitud de asilo o refugio a Estados Unidos. Existe una lista de espera de más de 1.500 personas, que para ser atendidas deben esperar hasta dos meses ya que las autoridades migratorias estadounidenses los atienden a cuentagotas. Al día, reciben entre 30 y 90 personas.

 

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