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"Aprendí a convivir con el dolor de que ella ya no está"

Su hija Pamela fue asesinada en el 2007 y el caso sigue impune. Desde ese momento, inició una incansable lucha en Jujuy.

Martes, 20 de noviembre de 2018 01:02

Silvia Ibáñez perdió a su hija en el 2007 de una manera cruel y violenta, a pesar de eso, logró asimilar ese dolor y convertirlo en una tenaz lucha para pedir Justicia por Pamela Ibáñez y por otras víctimas de femicidios. También busca que la sociedad tome conciencia sobre esta problemática brindando charlas y además acompaña a las personas que pasaron por lo mismo que ella.

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Silvia Ibáñez perdió a su hija en el 2007 de una manera cruel y violenta, a pesar de eso, logró asimilar ese dolor y convertirlo en una tenaz lucha para pedir Justicia por Pamela Ibáñez y por otras víctimas de femicidios. También busca que la sociedad tome conciencia sobre esta problemática brindando charlas y además acompaña a las personas que pasaron por lo mismo que ella.

El 16 de enero del 2007 la vio en su casa por última vez, 25 días después hallaron sus restos óseos a la vera de la ruta provincial Nº 2, camino a la localidad de La Almona. "Mi vida cambió totalmente desde ese momento, antes era una señora que vivía como cualquier otra, ahora la gente me llama a toda hora para pedirme ayuda y yo se las doy. Me cuentan que su hija está desaparecida y me preguntan qué pueden hacer", dijo Silvia Ibáñez, en diálogo con El Tribuno de Jujuy.

Sobre esa lucha que inició el fatídico día que hallaron el cuerpo de Pamela, indicó que "la voy a llevar por siempre y nunca la dejaré". En la actualidad contiene a familiares de víctimas guiándolos y brindándoles contención. Trabajó en la Secretaría de Paridad de Género y presentó desde allí el primer registro de femicidios en Jujuy, dentro de ese organismo fue coordinadora del programa de Acompañamiento a Familiares de Víctimas de Femicidio.

Participó en congresos a nivel nacional relacionados a esta problemática y empezó a dar charlas a jóvenes y a adultos con el fin de visibilizar este tema. En la misma buscan prevenir hablando del respeto hacia el otro y los valores que deben tener las personas para vivir en paz.

"Al principio todo fue muy difícil porque en el 2007 muy poco se hablaba de la violencia de género, de la trata de personas y de los menores extraviados", comentó.

Fue así que empezó a interiorizarse en estos temas, "sigo capacitándome para poder dar respuestas a las preguntas de aquellos que sufren de esto, tengo que saber mucho del tema para poder ayudar a la gente. Muchos valores se fueron perdiendo y en las charlas busco siempre hablarle a los chicos sobre los buenos hábitos", indicó la madre de Pamela.

Después de hablar con jóvenes y adultos, mencionó que muchos de ellos se le acercaron confesándole casos de maltrato con sus parejas y le pedían apoyo. Ella los orienta para que sepan donde pedir ayuda o donde pueden realizar una terapia para salir de eso.

Remarcó la importancia de contener a estos familiares que en esos momentos se encuentran desorientados, "cuando estuve dentro del programa impulsé que los familiares de víctimas reciban un tratamiento psicológico y que se realice un estudio en sus hogares para saber la situación de las familias. Hoy en día, a pesar de que ya no estoy ahí, sigo haciendo todo lo posible por contener a estas personas que sufren mucho".

El caso sigue impune

Pasaron casi 12 años y nadie sabe quién o quiénes fueron los autores del crimen, “con el Nuevo Código Procesal Penal el caso pasó al Juzgado Residual y lo último que me dijeron es que no había más para investigar, no hubo ningún tipo de avance, todo continua impune”, comentó Silvia Ibáñez. 

Pamela Noemí Ibáñez tenía 28 años y era madre de dos hijos. Salió de su domicilio particular, en el barrio Cuyaya, entre las 8.30 y 9 del 16 de enero del 2007. Según sus familiares, les había dicho que ese día debía ir hasta el banco Macro de la calle Alvear y La Madrid, al cual nunca llegó.

Ante la prolongada ausencia, cuando promediaban las 22.30 de ese mismo día, sus familiares realizaron la denuncia ante la Policía. 

El 10 de febrero, veinticinco días después, recién la encontraron, “me entregaron una bolsa de consorcio con su ropa, otra con su cabellera y otra de sus huesos”, relató su madre, entre lágrimas, al mencionar cómo fue el momento posterior de ese hallazgo. 

Fueron veinticinco días claves, según el testimonio de muchos criminólogos, donde él o los asesinos aprovecharon ese tiempo para borrar o contaminar cualquier tipo de evidencia y prueba que pudiera identificarlos.

El 6 de febrero de ese mismo año los familiares de la víctima realizaron la primera marcha pidiendo por la aparición de Pamela. 

Al día de hoy siguen buscando Justicia.

Levantar la autoestima para que salgan adelante

El objetivo de Silvia Ibáñez es alentar a esos familiares que quedan desolados en esos difíciles momentos para que no bajen los brazos y así luchen por esclarecer los casos en los que un hombre mata a una mujer. Intenta levantar la autoestima de esa persona “para que pueda salir adelante y brindar al otro todo lo que ella sufrió en un bien para la sociedad. Seguir con bronca y con rencor es seguir con esa violencia. Todo lo que nos pasó nos tiene que servir para hacer un bien al otro. Aprendí a convivir con ese dolor de que mi hija Pamela ya no está, dejé de preguntarme porqué pasó y empecé a preguntar para que pasó y de que me sirve, sacándole todo el dolor y la incertidumbre”.

A todos los que pasan por una situación de violencia les recomendó que busquen ayuda profesional, “pero todo depende de uno mismo. Si uno no decide salir de eso es difícil y nada va a cambiar, yo siempre le digo a las mujeres que por más que les brinde todas las herramientas, la decisión de salir de eso es de ellas”.

Por último, brindó un mensaje para las personas que sufrieron la pérdida de un familiar a causa de la violencia de género, “tienen que aprender a convivir con esa ausencia y transformar ese dolor en algo positivo para los demás, para que al otro no le pase. Hay que estar siempre disponibles para el otro, entre todos los dolores podemos sacar fuerzas para hacer el bien”.