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25 de Abril,  Jujuy, Argentina
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La opción por los pobres marcó, sin duda, la brújula de la Prelatura

Los misioneros claretianos realizaron una gigantesca tarea de difusión del evangelio y labor social en Humahuaca. El próximo domingo se cumplen cuarenta y cinco años de la asunción del primer obispo prelado José María Márquez Bernal.
Jueves, 22 de noviembre de 2018 01:03

El 25 de este mes se cumplirán cuarenta y cinco años de la asunción del primer obispo prelado de la Humahuaca. Aquella designación recayó sobre el claretiano José María Márquez Bernal, que fuera reemplazado después de veinte años por el actual obispo prelado, monseñor Pedro Olmedo. Desde la llegada de los misioneros claretianos a la región, recién iniciada la década del 60, hasta hoy, fue gigantesca la tarea de los sacerdotes, la difusión del evangelio, la labor social y la realización de obras en beneficio de la gente. La opción por los pobres fue sin duda el norte que marcó la brújula de la Prelatura. Todo ese trabajo quedó sintetizado en el libro "Una misión, una Iglesia", donde se reseñan los 47 años de vida de la Prelatura.

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El 25 de este mes se cumplirán cuarenta y cinco años de la asunción del primer obispo prelado de la Humahuaca. Aquella designación recayó sobre el claretiano José María Márquez Bernal, que fuera reemplazado después de veinte años por el actual obispo prelado, monseñor Pedro Olmedo. Desde la llegada de los misioneros claretianos a la región, recién iniciada la década del 60, hasta hoy, fue gigantesca la tarea de los sacerdotes, la difusión del evangelio, la labor social y la realización de obras en beneficio de la gente. La opción por los pobres fue sin duda el norte que marcó la brújula de la Prelatura. Todo ese trabajo quedó sintetizado en el libro "Una misión, una Iglesia", donde se reseñan los 47 años de vida de la Prelatura.

El mensaje de Franciscus

"La Prelatura debe mantener con fidelidad también la memoria del anuncio y el testimonio de los Apóstoles, para ‘plantar‘ una Iglesia particular en ese extremo de la tierra argentina. En esta porción de la viña del Señor han trabajado los misioneros, de ayer y de hoy, como los claretianos, que han predicado el Evangelio en un territorio muy bello, aunque a veces difícil y duro. Su esfuerzo ha ido acompañado por el de los sacerdotes surgidos de la Prelatura, las comunidades de vida consagrada, los catequistas y tantas otras personas comprometidas en robustecer una comunidad eclesial que vive con alegría la fe y la celebra con fervor, cultiva el espíritu de acogida, de comunión y de atención a los más necesitados. No dejemos todo esto en el olvido: que sirva como aliciente para ser hoy verdaderos discípulos y misioneros y fuente de esperanza para el mañana. Sí, la Prelatura de Humahuaca tiene mucho de qué dar gracias a Dios, mucho que contar, mucho que transmitir. Querido hermano expreso mi cordial cercanía a los pastores y fieles de Humahuaca, me uno a la acción de gracias a Dios por los dones recibidos en esos años y los encomiendo a la maternal intercesión de Nuestra Señora de la Candelaria. Les ruego que recen por mí y los bendigo de todo corazón. Franciscus". Tal un fragmento del mensaje con el que el Papa prologa el libro titulado "Una misión, una Iglesia" que sintetiza cuarenta y siete años de la Prelatura de Humahuaca.

Los primeros pasos

Se reconoce que la Iglesia Católica llegó acompañando a los primeros españoles que pisaron estas tierras y se asentaron en sitios emblemáticos de lo que hoy son tierras jujeñas. Trajeron consigo el mensaje de la Cruz, e instalaron su credo, sus templos y su acción bienhechora en puntos que siguen siendo íconos de los asentamientos. Así hoy, en Jujuy, sitios como Yavi, Cochinoca, Santa Catalina, Uquía, Susques, Casabindo, Humahuaca y tantos otros, se puede comprobar de qué manera la religión llegada de España interactuó con los habitantes originarios, de manera incruenta y positiva. Los pueblos aborígenes terminaron apropiándose de esa fe exótica, y los sacerdotes aprendieron a respetar y a coexistir con la fuerte religión americana, con sus dioses lares, a honrar el sol y la luna y venerar a la Pachamama como dadora de vida y felicidad. Así, en Jujuy, la cara más positiva del sincretismo se afianzó y se fortalece hasta nuestros días. Desde los primeros momentos hasta los años sesenta, natural y armónicamente se fue concretando esa coexistencia positiva. Fue en 1968, cuando comenzó a escribirse la historia moderna que se relata en el libro que comentamos.

Llegan los claretianos

CLARETIANOS/ UNA DE LAS IMÁGENES DEL LIBRO “UNA MISIÓN, UNA IGLESIA”.

En 1968, llegaron a Jujuy los primeros misioneros claretianos, y fue en septiembre de 1969, cuando mediante una bula del papa Pablo VI, se crea formalmente la Prelatura de Humahuaca, con base en la histórica ciudad de la Quebrada. Apenas cinco meses después, y con la necesidad de conformar orgánicamente la nueva estructura, se designó administrador apostólico a monseñor José María

"Del silencio al grito"

CASABINDO/ CULTOS A LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN EN EL PINTORESCO PUEBLITO PUNEÑO.

La Iglesia de la Prelatura tiene compromisos que en muchos casos van mucho más allá del mensaje pastoral. La iglesia se dio a la tarea de ayudar a organizar a las comunidades originarias, con el acompañamiento de sacerdotes y misioneros y se fijó entre sus objetivos centrales, asumir como propia la problemática aborigen, por ejemplo en el trabajo de apoyo a la recuperación de las tierras que ancestralmente ocupan los habitantes de la región.

Pedro Olmedo organizó la Eprepa, equipo prelaticio de pastoral aborigen, que se dio a la tarea de fortalecer la cultura autóctona, y sobre todo, en la lucha por la recuperación de sus tierras. Le correspondió participar activamente en la reforma constitucional de 1994, precisamente en la inclusión de los derechos de los pueblos originarios. El obispo Prelado y sus sacerdotes enfrentaron además diferentes políticas de Estado que dejaban de lado a los más pobres. La Prelatura acuñó como lema "Pasar de la cultura del silencio al grito de los excluidos". Acompañaron luchas sociales, piquetes y realizaron "marchas por la dignidad" para traer sus reclamos hasta la capital provincial y a nivel nacional. Así fue que también trabajaron con ahínco en la solicitud de declaración de zona de emergencia social para la Puna, y al mismo tiempo continuó con el reclamo permanente por fuentes de trabajo genuino, y la promoción de la educación y la salud de la gran región.

 

Organizaciones de la Prelatura

IGLESIA DE LA QUIACA

Trabajan distribuidos en los 37 mil kilómetros cuadrados de la Prelatura de Humahuaca los siguientes equipos: Hijas del Divino Redentor (Hospital de La Quiaca); Siervas del Espíritu Santo (Hospital de Humahuaca); Misioneras Claretianas (Abra Pampa y Humahuaca); Mercedarias de la Caridad (Hogar de Ancianos de La Quiaca y Pirquitas); Hijas de Cristo Rey (Mina El Aguilar); Hijas de la Compasión (Albergue Belén La Quiaca); Hermanos de La Salle (Abra Pampa); Religiosas del Sagrado Corazón (Albergue de Belén en La Quiaca); Misioneras claretianas, padres Lateranenses, Discípulos de San Juan Bautista, Servicios de Cáritas y Oclade para las migraciones, los desocupados, en dos hogares de Ancianos y dos para jóvenes.

 

Asume Pedro Olmedo

PEDRO MARÍA OLMEDO

Pedro María Olmedo, sevillano, nacido el 21 de octubre de 1944, tenía marcado su destino para llegar a Humahuaca.

Recién consagrado sacerdote, le fue dado a elegir a qué lugar del mundo donde los claretianos desempeñan su tarea misionera prefería viajar y eligió Jujuy, sin tener idea de cómo era el lugar ni las comunidades que aquí lo esperaban.

El 7 de julio de 1993, Juan Pablo II lo designó prelado de Humahuaca y le correspondió a monseñor Arsenio Casado, obispo de Jujuy elevarlo a la dignidad de obispo, un 26 de noviembre del mismo año, jerarquía que asumió en una inolvidable ceremonia a la que asistieron miles de fieles, y que contó con la presencia del obispo coadjutor de Santiago del Estero, monseñor Gerardo Eusebio Sueldo y del arzobispo de Salta, Moisés Julio Blanchoud.

No se puede decir que el trabajo de monseñor Olmedo haya sido clásico, o tranquilo.

La enorme extensión territorial de la Prelatura, que abarca como se dijo, los nortes andinos de Jujuy y Salta, en un total de 37.000 kilómetros cuadrados, un total de casi 100.000 habitantes, distribuidos en más de 250 comunidades, algunas ciudades importantes, otros pequeños pueblos, en algunos casos distantes parajes y muchas veces, apenas caseríos enclavados en la inmensidad de la Cordillera o del altiplano.

El obispo y los curas de la Prelatura no siempre llegan a la gente en vehículos. Muchas veces, trajinan largas horas a pié, por montados, por peligrosos caminos de herradura, llevando la esperada palabra de Dios, el mensaje de optimismo o en consuelo en las adversidades.

Nuevos desafíos

Otros temas que preocupan y ocupan la gestión de la Prelatura en los últimos tiempos, son el crecimiento del consumo de estupefacientes, especialmente entre los jóvenes, y la trata de personas.

Pedro Olmedo marcó días pasados, con toda crudeza en un programa de la televisión abierta, cuáles son los caminos de ingreso de la droga desde Bolivia a Argentina, señalando inclusive en qué sitios de la Puna y la Quebrada se realizan fraccionamientos y traspasos de la droga para que continúe su viaje a los centros de consumo más grandes, obstante ello, sus delicadas manifestaciones parecen no haber tenido eco en las autoridades.

Destacó además, que hoy la "frontera caliente" no es solo con Bolivia, sino que desde el lado chileno, se advierte que crece el tráfico de manera alarmante. Igualmente, planteó la importancia de acudir al control de la trata de personas en la frontera norte, donde los controles son demasiado frágiles o simplemente inexistentes.

Tejiendo puentes

Al finalizar el libro, el obispo Olmedo señala: "A través de estas páginas divisarán una iglesia que siempre trató de estar abierta, tejiendo relaciones y puentes con otras instituciones y organismos del gobierno como la búsqueda del bien común, pero siempre con una clara opción por los más débiles.

El acompañar al pueblo a recuperar su dignidad, a través de una acción evangelizadora encarnada y metida en el barro, hizo que de manera natural tuviéramos alguna influencia en los cambios políticos y sociales de la zona".

Más allá de las respuestas recibidas o no, el obispo, sus sacerdotes, y todas las agrupaciones que comparten la tarea en la región de la Prelatura, continuarán su trabajo y su obra, cuya historia, su presente y sus proyecciones están condensados en un libro que relata en detalle el magnífico trabajo, los objetivos y los sueños, de una iglesia con "olor a oveja", tal y como el papa Francisco pidió a sus pastores en todo el mundo.