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24 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Vecinos repudiaron el fallo de un juez de Control

Referentes de distintos centros barriales piden que las autoridades judiciales brinden protección y seguridad.Comerciantes de las calles Pablo Arroyo, Mejías y Monroy piden mayor vigilancia policial en la zona y protección.
Domingo, 25 de noviembre de 2018 01:03

En el sector comprendido por la avenida Vespucio y Arismendi y Burela a Mejías es incesante la actividad comercial en la mañana de sábado. Se pueden apreciar carnicerías, verdulerías, pollerías, heladería y cientos de comercios de distintos rubros, incluida una feria.

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En el sector comprendido por la avenida Vespucio y Arismendi y Burela a Mejías es incesante la actividad comercial en la mañana de sábado. Se pueden apreciar carnicerías, verdulerías, pollerías, heladería y cientos de comercios de distintos rubros, incluida una feria.

Acompañados por la presidente del Centro Vecinal de las 560 Viviendas de Santa Rita María Palomares, El Tribuno de Jujuy pudo dialogar con algunos de los vecinos y comerciantes que se mostraron sorprendidos por la decisión del juez de Control Gastón Mercau quien no hizo lugar al pedido de detención de un "motochorro" que días atrás asaltó, en compañía de un menor, a una señora a quien le arrebataron la cartera. Secuencia que quedó grabada en una cámara.

Este hecho determinó que referentes de distintos centros vecinales de la zona en la tarde del pasado viernes realizaran una marcha solicitando al fiscal de la Comisaría 32º aplicar todo el peso de la ley a quienes se dedican a delinquir en esa zona.

Lo había solicitado el fiscal

En la mañana de ayer trascendió que el fiscal especializado en Delitos Graves contra la Propiedad, Mario Alejandro Maldonado, había solicitó al juez de Control Gastón Mercau la detención del imputado por el ilícito cometido en barrio Santa Rita, quien resolvió a última hora del día 23 de noviembre, no hacer lugar a lo solicitado.

Esto motivó que las dos personas detenidas por el robo de la cartera de la mujer quedaran en libertad, el de 16 años fue entregado a sus padres y el de 18 por decisión judicial.

No fueron pocas las personas que manifestaron su enojo en contra del juez Mercau a quien responsabilizaron de futuros actos delictivos que pueda realizar quien fue liberado pese al pedido del fiscal actuante.

Poma recordó que el lunes -por mañana- se presentarán en el Ministerio Público de la Acusación a los efectos de que se les brinde una explicación sobre un tema que tiene aterrorizados a todos los habitantes de la zona, quienes permanentemente deben sufrir entraderas en su viviendas, arrebatos en las paradas de ómnibus o asaltos con armas de fuego.

Aclararon que ya no saben qué hacer para combatir a los delincuentes, ya que colocaron alarma comunitaria y cámaras sin resultado alguno.

“No se puede trabajar”, dicen los comerciantes

PASAJES / LUGAR PREFERIDO POR LOS DELINCUENTES QUE LOS UTILIZAN PARA ROBAR.

Pablo Palacios, propietario de una carnicería y pollería, relata angustiado los dos robos sufridos en su local.
“El primero fue el 31 de julio, el día previo al festejo de la Pachamama”, indica.
“Ese día me quedé hasta tarde, cerca de las 23.30 porque se había vendido bien, había gente en la calle y cuando estaba cerrando pasan dos muchachos en una moto, pero no les presté atención, cuando estaba entrando al salón me empujan y me dicen que me tire al suelo junto con mi esposa y otras dos personas”, recuerda muy angustiado.
Totalmente resignado Pablo Palacios cuenta que “se llevaron el dinero que había en las dos cajas, además de una bolsa que contenía mil pesos en monedas”.
“Una vecina activó la alarma comunitaria y la Policía llegó al rato” aclara, “pero los ladrones ya habían desaparecido”.
También recuerda que en otra oportunidad le violentaron una puerta, se llevaron dos balanzas y todo el cambio de la caja, hace dos meses.
Una señora que no nos dice su nombre afirma que en las 820 Viviendas hay una casa que vende droga y ahí van todos, “por eso roban para drogarse” afirma y continúa atendiendo su negocio, pero con el mismo miedo que sienten todos en la zona.
Jackelín tiene un negocio y nos cuenta que ya le robaron en tres oportunidades y que jamás logró que la Policía haga algo, “siempre es lo mismo, que no tienen personal o que no cuentan con móvil”.
Un dato revelador “ya no tienen vergüenza, te asaltan con armas y a cara descubierta, no se hacen problemas”, afirma.
“Ahora tenemos una cámara con el vecino de al lado, pero a pesar de ello los robos siguen y nadie hace nada, porque entran por una puerta y salen por la otra”.
La comerciante se pregunta: “¿Si lo tenían detenido por qué lo soltaron?”, ahí mismo surge la frase que está en boca de todos: “No podemos confiar en nadie, ni en la Policía ni en la Justicia”.
La actividad comercial en la zona sigue pero los vecinos y los comerciantes no pueden trabajar ni vivir tranquilos.