¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

15 de Mayo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

"No podía entrar a una cancha donde sabía que me iba a morir"

El capitán de Boca Juniors, Pablo Pérez, sostuvo que está "muy triste por la gente de River que no tiene nada que ver". 

Lunes, 26 de noviembre de 2018 15:54

El mediocampista de Boca Pablo Pérez reveló que el micro de Boca sufrió pedradas hasta metros antes de llegar al Monumental y remarcó que "no podía" entrar a una cancha donde "sabía" que se iba a morir.
Luego de atenderse en un sanatorio porteño, contó que hasta cuando fue trasladado en ambulancia al sanatorio Otamendi fue atacado con objetos contundentes arrojados al paso del vehículo desde la salida misma del estadio.
"La gente estaba loca antes de entrar. Imaginate si ganábamos en esa cancha. Una de mis hijas estaba llorando cuando llegué a casa. No podía entrar a una cancha donde sabía que me iba a morir", indicó.
El mediocampista, quien sufrió una ulcera en la córnea del ojo izquierdo, señaló que este martes debe volver a revisarse la herida que sufrió.
"Mejoró bastante (la lesión). Pero me sacaron vidrios por todos lados. De repente aparecieron 200 personas tirando piedras. Estaba toda la gente acumulada en un sólo lugar, no estoy mintiendo ni exagerando nada", expresó el jugador a la prensa.
El jugador reconoció sentirse "muy triste por la gente de River que no tiene nada que ver y se está fumando esta tristeza que es para el espectáculo".
Al ser consultado sobre qué tipo de sanción le cabría a River, el capitán boquense aclaró: "no me interesa" y puntualizó que "si el ojo me lo sacan, no me lo paga nadie".

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El mediocampista de Boca Pablo Pérez reveló que el micro de Boca sufrió pedradas hasta metros antes de llegar al Monumental y remarcó que "no podía" entrar a una cancha donde "sabía" que se iba a morir.
Luego de atenderse en un sanatorio porteño, contó que hasta cuando fue trasladado en ambulancia al sanatorio Otamendi fue atacado con objetos contundentes arrojados al paso del vehículo desde la salida misma del estadio.
"La gente estaba loca antes de entrar. Imaginate si ganábamos en esa cancha. Una de mis hijas estaba llorando cuando llegué a casa. No podía entrar a una cancha donde sabía que me iba a morir", indicó.
El mediocampista, quien sufrió una ulcera en la córnea del ojo izquierdo, señaló que este martes debe volver a revisarse la herida que sufrió.
"Mejoró bastante (la lesión). Pero me sacaron vidrios por todos lados. De repente aparecieron 200 personas tirando piedras. Estaba toda la gente acumulada en un sólo lugar, no estoy mintiendo ni exagerando nada", expresó el jugador a la prensa.
El jugador reconoció sentirse "muy triste por la gente de River que no tiene nada que ver y se está fumando esta tristeza que es para el espectáculo".
Al ser consultado sobre qué tipo de sanción le cabría a River, el capitán boquense aclaró: "no me interesa" y puntualizó que "si el ojo me lo sacan, no me lo paga nadie".

Jugar o no el partido
Pablo Pérez relató que incluso cuando salió con la ambulancia del estadio Monumental en dirección al sanatorio en donde fue atendido, el vehículo recibió pedradas.
"Hasta la puerta recibimos piedrazos. Y yo te puedo decir: hasta antes de entrar", dijo y agregó que al salir en ambulancia el rodado también fue atacado con piedras ni bien dejó el estadio "Hasta la enfermera estaba asustada", puntualizó.
Luego Pérez sostuvo que cuando estaba en el hospital lo llamó el entrenador Guillermo Barros Schelotto y le dijo "venite que se va a jugar. Yo iba a jugar igual, nos estaban obligando".
"El médico de la Conmebol no me vino a ver. Y firmó un papel donde dijo que yo estaba en condiciones. El médico de Conmebol debe tener alguna orden", apuntó.
Pérez agregó que luego de la agresión le mandaron mensajes Ignacio Scocco y Milton Casco, con quienes compartió el equipo de Newell s Old Boys que se consagró campeón en el 2013 de la mano de Gerardo Martino.
"Me escribió Nacho. Y Milton, por la amistad que tenemos de Newell´s. Scocco me escribía desde el vestuario", comentó.