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25 de Abril,  Jujuy, Argentina
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La lucha después del intenso debate: En Jujuy existe un hogar que contiene a mujeres que abortaron 

La institución funciona a pulmón y durante años contuvo a aquellas que lo atravesaron o están embarazadas y pensaron hacerlo.
Lunes, 05 de noviembre de 2018 15:12

El hogar “Pequeña Belén” está ubicado en el barrio Alto Éxodo Jujeño de Alto Comedero y desde el año 1996 brinda contención, asistencia y rehabilitación a mujeres que fueron víctimas de diferentes problemáticas que, en muchos casos, las derivaron a tener que atravesar por un aborto clandestino.

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El hogar “Pequeña Belén” está ubicado en el barrio Alto Éxodo Jujeño de Alto Comedero y desde el año 1996 brinda contención, asistencia y rehabilitación a mujeres que fueron víctimas de diferentes problemáticas que, en muchos casos, las derivaron a tener que atravesar por un aborto clandestino.

Estas historias de dolor llevan consigo otras cuestiones como ser abuso sexual, padres ausentes, problemas familias, de pareja y violencia de género en todas sus manifestaciones. Y su consecuencia es un fornido trauma.

El debate por la Ley que permite legalizar el aborto fue un tema que puso en vilo a todo el país durante gran parte del año, provocando una rivalidad entre quienes apoyan el proyecto y los que están en contra. Pero ambos coinciden en algo: que este flagelo desaparezca para que no haya más muertes como consecuencia de ello.

Una vez rechazada la Ley en el Senado de la Nación, la discusión continuó y se mantiene ahora con el proyecto que establece modificar la Educación Sexual Integral en los establecimientos educativos, como en el caso de la disparidad entre los que piensan que el aborto debe ser legal y los que no, también emergieron dos posturas.

Para quienes están de acuerdo con los cambios en la ESI, aplicar conceptos nuevos y renovadores, y salir de los tradicionales en los más chicos sobre la sexualidad, impulsaría que el día de mañana mujeres y hombres tomen conciencia sobre esta problemática y así se evitarían abortos clandestinos.  

Pero teniendo en cuenta que, lamentablemente, este mal es un tema latente que es real y existe en la actualidad, es imprescindible tratar de anularlo desde ahora para evitar que siga aumentando el número de muertes de mujeres a causa de un aborto clandestino.  

Tras el intenso debate no hubo muchos cambios en todo lo que aborda este tema, por ello es importante remarcar la figura de aquellos que se comprometen día a día a darle una salida.

Ante la espera de propuestas por parte de los organismos competentes, “Pequeña Belén” se encarga de luchar contra este flagelo desde hace años. La entidad está a cargo de Jorge Vázquez que junto a otros voluntarios lo sostienen a pulmón.

En ese sentido, Silvana Velázquez, referente de la institución, en diálogo con El Tribuno de Jujuy mencionó que: “Hay mujeres que lamentablemente llegaron a tomar esa decisión y poseen un síndrome pos aborto, con secuelas emocionales, espirituales y físicas. Cargan culpa y deben perdonarse, cada caso es distinto.  Muchas de ellas, la mayoría, piensan en el suicidio, son heridas muy difíciles de sanar. La mujer tiene la necesidad de que ese hijo lo perdone”.

Continuó diciendo que, “este trabajo lo realizamos en el hogar con mujeres de todas las edades, a nosotros nos toca mucho el corazón al verlas destruidas por esa decisión. A aquellas que están embarazadas les decimos que no están solas, les hacemos sentir que hay alguien que está con ellas que en algunas ocasiones fueron víctimas de abusos sexuales. Lo peor es cuando ocurre un abuso y después un aborto, ese trauma es el peor”.

Historias conmovedoras de dolor y amor

Cada caso que llega tiene tristes causas y crueles consecuencias que en muchas ocasiones son sofocadas en el hogar. Esto refleja la importancia que tiene esta labor y lo necesario que es darle más respaldo por parte de las autoridades y de la sociedad en general.

"Recibimos a muchas mujeres con serios problemas como ser violencia de género o abuso sexual, recuerdo un caso de una joven de 16 años con un trastorno post aborto. Ella llegó al hogar luego de haber abortado dos veces culpa de su madre. Uno por medio de golpes y otro por un aborto clandestino que la obligó a hacerse. Cuando ingresó acá, solo pensaba en morirse y odiaba a su madre. Hoy, esta joven estudia y siempre habla con nosotros, vive una vida normal. Lo que ella necesitaba era un perdón por la culpa que llevaba dentro, y en eso la ayudamos", relató Silvana Velázquez.

Jorge Vázquez contó otra historia que también pasó por el hogar, “hace un tiempo, tuvimos la visita de María, una adolescente embarazada de cinco meses.

Cuando la vi, noté una mirada angustiosa y desoladora. Quería quitarse la vida y llevar también la vida de ese pequeño que crecía en su vientre.

La invité a pasar a mi hogar y de inmediato le presenté a mi familia. Llegaba desde la provincia de Salta, de la zona de La Caldera.

Primero, le presenté a mi esposa y le hice saber lo mucho que la amaba, en pocas palabras, le conté lo feliz que era a su lado. Después llegaron mis hijos, llegó el mayor, los del medio y por último el más chico, que en ese momento tenía cuatro años, y me atreví a decirle que su hijo iba a ser tan sonriente como él.

También le mencioné que la vida es hermosa, parece que se había olvidado de eso. Charlamos durante horas y se quebró en llanto. De a poco ella empezó a ver la vida de otra manera, un día me mandó una carta contándome lo feliz que era junto a su hijo y su esposo.

Se había casado y me agradecía que le haya mostrado mi felicidad. Buscó eso también y lo encontró.

A María no le dije nada raro, solo le hablé de una forma espontánea, genuina y sencilla, y le enseñé mi vida. Creo que pudo entenderlo porque simplemente le mostré mi vida, le mostré mi felicidad”.

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