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Trump se complica al perder la mayoría republicana en la Cámara

El fallo dividido de los votantes, reflejo de la polarización del país bajo la administración del actual presidente.El predominio de los republicanos en la Cámara baja se daba hace ocho años y se cortó con la presente elección.

Jueves, 08 de noviembre de 2018 01:04
DONALD TRUMP / EL PRESIDENTE DIJO QUE PESE A LA DERROTA EN LAS LEGISLATIVAS, FUE UNA BUENA ELECCIÓN.

El Partido Demócrata recuperó el control de la Cámara de Representantes pero sin materializar el amplio repudio que esperaba contra el presidente Donald Trump, quien celebró que su Partido Republicano ampliara el control del Senado y ganara gobernaciones clave en las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos.

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El Partido Demócrata recuperó el control de la Cámara de Representantes pero sin materializar el amplio repudio que esperaba contra el presidente Donald Trump, quien celebró que su Partido Republicano ampliara el control del Senado y ganara gobernaciones clave en las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos.

 

La nueva mayoría demócrata limitará las ambiciones legislativas de Trump en temas como el sistema de salud o inmigración.

El fallo dividido de los votantes, reflejo de la polarización del país bajo la administración Trump, demostró los límites del discurso nacionalista y antiinmigración del presidente en el cambiante electorado del país, sobre todo entre sectores urbanos de mayor formación pero también el gran apoyo que encuentra entre los trabajadores fabriles y en zonas rurales.

 

En conferencia de prensa en la Casa Blanca, el presidente dijo que su agrupación "desafió la historia al ampliar su mayoría en el Senado" y definió los comicios de ayer como una jornada "increíble" para los republicanos pese a haber perdido la Cámara baja tras controlarla durante ocho años.

"Esta elección marca el mayor avance en el Senado del partido de un presidente en su primer mandato desde por lo menos John F. Kennedy en 1962", aseguró.

Aun cuando la victoria demócrata no fue lo extensa que se pronosticaba, a Trump le quedan por delante dos años de gobierno incómodos y con un balance de fuerzas complejo, al menos hasta que se presente a la reelección en 2020.

La nueva mayoría demócrata no sólo limitará las ambiciones legislativas de Trump en temas como el sistema de salud, inmigración o gasto público, sino que además podría someter al mandatario a investigaciones por sus controversias personales que podrían distraer y ocupar a la Casa Blanca justo cuando trabaja por la reelección del jefe.

Líderes demócratas minimizaron la posibilidad de iniciarle un juicio político pero la posibilidad es más real ahora que cuando los republicanos controlaban la Cámara baja.

En la conferencia de prensa, Trump primero prometió intentar cooperar con la nueva mayoría de la Cámara baja, pero enseguida amenazó con negarse a hacerlo si los demócratas inician investigaciones en su contra y pronosticó que si eso sucede, le otorgará puntos políticos de cara a las presidenciales de 2020.

"Si eso ocurre, vamos a hacer lo mismo (contra los demócratas desde el Senado), y el gobierno se paralizará. Y eso probablemente será mejor para mí (...) porque creo que soy mejor en ese juego que ellos", agregó.

La líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien probablemente será la presidenta de la cámara, celebró el resultado de las elecciones y habló de "un nuevo día".

Sin embargo, la ventaja demócrata es escasa. De los 218 asientos necesarios para la mayoría en la Cámara de Representantes, de 435 integrantes, los demócratas ganaron 222 y los republicanos, 199. Aún debían definirse 14 bancas.

En Senado, con una carrera sin decidir y otra, en Florida, que irá a recuento, las proyecciones son que los republicanos controlarán 54 de los 100 escaños, y los demócratas 46, tres menos que los que tenían.

La noche podría haber sido mucho mejor para los demócratas, que sufrieron dolorosas derrotas en las elecciones de gobernador en Ohio y Florida, donde el republicano Ron DeSantis, apoyado por Trump, terminó con el sueño del demócrata Andrew Gillum de ser el primer gobernador afroestadounidense del estado.

Los demócratas ganaron al menos 16 de las 36 gobernaciones que se pusieron en juego, y ahora controlan 23 de las 50 del país. Los republicanos se quedaron con 18, y dominan 26.

Las elecciones también expusieron un extraordinario realineamiento en un electorado definido cada vez según la raza, el género y la educación, en una evolución que podría afectar la política de Estados Unidos durante años.

Los éxitos republicanos se basaron sobre una coalición que es de mayor edad, más blanca y masculina y que es menos probable que tenga título universitario. Los demócratas triunfaron entre las mujeres, los afroestadounidenses, jóvenes y universitarios.

Una diversidad récord en términos de candidatos redundó en una participación récord de 113 millones de votantes.

El nuevo Congreso tendrá un récord de mujeres, con 118 representantes y senadoras, frente a las 107 que había. Un total de 95 fueron elegidas para la Cámara baja, rompiendo el récord de 84. En el Senado, 13 mujeres triunfaron ayer, y se suman a 10 senadoras que no pusieron en juego sus bancas.

En la cámara jurarán además las dos primeras legisladoras musulmanas, Masachussetts eligió a su primer congresista negra y Tennessee a su primera mujer senadora.